Eclosi¨®n disruptiva
A Espa?a le queda a¨²n mucho trabajo por hacer para aprovechar el reto del avance tecnol¨®gico
El concepto de econom¨ªa disruptiva no es nuevo. En la teor¨ªa de la organizaci¨®n, lleva d¨¦cadas manej¨¢ndose como un principio de renovaci¨®n de ideas, productos y servicios. Sin embargo, es posible que sea ahora cuando estemos ante una aut¨¦ntica eclosi¨®n disruptiva de proporciones a¨²n no calculadas para la econom¨ªa mundial, con m¨²ltiples implicaciones en t¨¦rminos de organizaci¨®n productiva y del trabajo. Algo sobre lo que en Espa?a ¡ªun pa¨ªs donde crear empleo deber¨¢ ser la prioridad a¨²n durante muchos a?os¡ª deber¨ªamos tomar nota y, a ser posible, convertirnos en alumnos aplicados.
Ya antes de la crisis se hablaba de la revoluci¨®n digital y de las comunicaciones pero esto, siendo importante, est¨¢ dejando de ser lo principal y es s¨®lo una peque?a parte (incluso ya un poco manida como recurso) de lo que se avecina. La crisis, de hecho, ha podido tener un efecto perverso sobre la econom¨ªa disruptiva. Por un lado, la ca¨ªda de la actividad econ¨®mica y la inversi¨®n echaron el freno al avance tecnol¨®gico. Por otro lado, el proceso de destrucci¨®n-creaci¨®n de los ¨²ltimos a?os ha favorecido la renovaci¨®n de estructuras anquilosadas y el renacimiento e impulso de nuevas apuestas de negocio. El caldo de cultivo perfecto para esta revoluci¨®n.
Hay varios aspectos que llaman poderosamente la atenci¨®n y que revelan que se trata de algo que trasciende la econom¨ªa para convertirse en un cambio cultural. Una de las ideas m¨¢s provocadoras la ilustra Jeremy Rifkin en su exitoso libro La Sociedad de Coste Marginal Cero (Paid¨®s), se?alando que todo lo que est¨¢ sucediendo con Internet y otras formas de interacci¨®n tecnol¨®gica est¨¢ reduciendo los costes marginales de forma dr¨¢stica y va a dar gran protagonismo a la colaboraci¨®n, el asociacionismo y el poder de la demanda. Hasta tal punto que va a cambiar, definitivamente, la sociedad capitalista tal y como la conocemos.
Otro argumento relacionado, tal vez una de los m¨¢s poderosos pero m¨¢s dif¨ªcil de asumir, es que este proceso no es una amenaza sino una oportunidad. Muchas veces hemos escuchado, por ejemplo, que el progreso tecnol¨®gico de la era de Internet tiene efectos destructivos para el empleo. Y no deja de ser cierto que un gran n¨²mero de ocupaciones dejar¨¢n de tener sentido tal y como est¨¢n hoy concebidas pero surgir¨¢n otras muchas y que, en general, la sociedad deber¨¢ beneficiarse de estas transformaciones porque van a suponer menores costes y a devolver a la demanda gran parte del protagonismo. Surgen plataformas que pueden relanzar el valor de cualquier empresa o idea y que ya no se basan en la relaci¨®n est¨¢ndar vertical que conocemos entre vendedor y cliente. As¨ª est¨¢ sucediendo en un n¨²mero importante de industrias como en la editorial, la musical o la financiera, por citar algunos ejemplos.
A Espa?a le queda a¨²n mucho trabajo por hacer para empaparse del cambio y aprovechar el reto. Hay hechos controvertidos como la existencia de bastantes buenos profesionales y emprendedores relacionados con las nuevas tecnolog¨ªas y tambi¨¦n de empresas de comunicaciones punteras internacionalmente. Pero la baja inversi¨®n en I+D y la necesidad de clarificar la pol¨ªtica tecnol¨®gica e industrial dejan un hueco importante a¨²n que llenar. Habr¨¢ resistencia pero los ganadores ser¨¢n claramente quienes asuman que esto es el principio de algo nuevo m¨¢s que el fin de lo que conocemos.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.