La banca moderna que viene
La tecnolog¨ªa y la competencia no bancaria est¨¢n transformando el tablero de las entidades
Fueron necesarios doscientos cincuenta mil a?os para que la poblaci¨®n mundial alcanzara los 1.000 millones de habitantes, esto sucedi¨® hacia el a?o 1800. Para sumar sus ¨²ltimos 1.000 millones, la humanidad necesit¨® s¨®lo doce a?os. Seg¨²n Naciones Unidas, nuestro planeta Tierra supero los 7.000 millones de habitantes en octubre de 2011.
Estamos sin duda, ante un megacambio en todos los sentidos: profundo y de gran escala, que se produce a velocidad de v¨¦rtigo. Las tecnolog¨ªas en todas sus manifestaciones y alcances, no son para nada ajenas, al contrario, todos podemos comprobar que se difunden a nuestro alrededor de un modo asombroso y r¨¢pido, sin pausa, sin tregua: Internet y toda clase de dispositivos m¨®viles capturan diariamente oc¨¦anos de informaci¨®n que los ordenadores se transmiten e interact¨²an a trav¨¦s de las redes sociales. Todo esto genera inmensas repercusiones en la vida diaria de la gente, de las empresas y de la econom¨ªa.
Los bancos, no se encuentran al margen de estas repercusiones; les impactan notablemente. Esto nos hace pensar que la respuesta no es f¨¢cil, ni simple, ni reduccionista, sobre c¨®mo deben de articularse y organizarse una vez superada la l¨ªnea divisoria de la crisis, que ha provocado una profunda reconversi¨®n del sistema bancario espa?ol y, en consecuencia, las entidades que han sobrevivido deben replantear profundamente su estructura, maneras y formas de realizar el negocio, definitivamente condicionado y moldeado por la tecnolog¨ªa, que ha adquirido un protagonismo relevante. Son los ¡°vendavales innovadores¡± que dir¨ªa Schumpeter, que penetran en todos los segmentos y estratos sociales.
Por ejemplo, las innovaciones tecnol¨®gicas han posibilitado la inclusi¨®n financiera de la poblaci¨®n de rentas bajas o geogr¨¢ficamente dispersa facilit¨¢ndoles la realizaci¨®n de pagos e ingresos, la obtenci¨®n de cr¨¦dito o el dep¨®sito de sus ahorros. Internet y la telefon¨ªa m¨®vil son los encargados de hacer posible, con seguridad y rapidez, la prestaci¨®n de estos servicios donde la banca tradicional no llega. Es el caso de los pa¨ªses emergentes, donde plataformas privadas como M-Pesa permite a 18 millones de personas, que suponen casi el 90% de las familias kenianas, realizar env¨ªos de dinero a trav¨¦s de mensajes de texto con m¨®viles de baja gama.
Al mismo tiempo, instituciones no bancarias (non-banking institutions, NBI), como: PayPal, AliPay, Dwolla, Square, LevelUP, Venmo, Simple, M-Pesa, LendingClub, Zopa, Lenddo...), ara?an de manera continuada parte del negocio de los bancos, aplicando la estrategia de persona a persona (P2P), que irrumpe de manera importante en pa¨ªses financieramente avanzados como EE UU (LendingClub cuenta con un negocio que supera los 3.000 millones de d¨®lares, con una morosidad del 3%) y Reino Unido (Zopa, supera los 600 millones de euros, con una morosidad del 0,5%).
Las NBI realizan la ¡°funci¨®n¡± de los bancos sin ser bancos a bajos costos, aprovechando los espacios libres que les permite la regulaci¨®n financiera para ofrecer un servicio tradicional de la banca, como es la distribuci¨®n del cr¨¦dito. Esto significa que los bancos deben reaccionar incorporando estas y otras innovaciones tecnol¨®gicas, pero deben hacerlo con una cultura hacia los clientes diferente a la actual, lo que exige introducir un proceso de formaci¨®n e informaci¨®n permanente en la relaci¨®n, lo que conlleva transformar a los clientes en usuarios. Pero ?qu¨¦ significa esta transformaci¨®n, en qu¨¦ cambia un cliente como usuario? Por de pronto, un usuario representa un aliado, un prescriptor, un sujeto familiar. Lograr esta relaci¨®n exige eliminar las barreras comunicativas que marcan al cliente como extra?o, como el otro.
La consecuencia es crear y fomentar un ambiente comunicativo de inmediatez, renunciando a utilizar la fuerza del poder (capacidad de cr¨¦dito y seguridad) apelando m¨¢s al inter¨¦s com¨²n, lo que implica dotar a la propia organizaci¨®n de un sistema de apertura efectiva a las sugerencias, normas y valores de la sociedad en la que opera. Los clientes, buscan ante todo confianza y un lenguaje claro, transparente y sencillo, que les permita establecer una comunicaci¨®n comprensible. Esto se consigue estableciendo una relaci¨®n con vistas al largo plazo y no condicionada por los intereses a corto.
Mientras tanto, las NBI desde sus plataformas se mueven velozmente y ganan terreno en los nuevos espacios que se abren. Pero la tecnolog¨ªa por s¨ª sola no puede competir; es el talento, la creatividad y el esp¨ªritu innovador lo que marcar¨¢ esta carrera. Son tiempos duros, complejos y cargados de incertidumbre y pocos favorables para la industria bancaria, que cuenta con menores tasas de crecimiento, estrechez de m¨¢rgenes y baja estima hacia el sector, sin embargo debe decidir c¨®mo neutralizar la llegada de los nuevos jugadores que continuar¨¢n abriendo m¨¢s los espacios del negocio y atraer¨¢n a m¨¢s competidores.
Por lo tanto, se hace vital despejar al menos las siguientes cuestiones que afectan la l¨ªnea de flotaci¨®n del negocio bancario: ?La funci¨®n que desempe?an cambiar¨¢ por la presi¨®n de los nuevos competidores financieros? ?Los bancos como especialistas deben continuar perfeccionando la maquinaria sin cambiar su funci¨®n o deben basarse en la tecnolog¨ªa para cambiar su funci¨®n? ?Deben emplear la tecnolog¨ªa para emprender nuevos negocios poniendo en valor la rica informaci¨®n acumulada (big data)?
El nuevo modelo de negocio de la ¡°banca moderna¡±, que sin duda debe ser m¨¢s transparente, con m¨¢s calidad informativa y socialmente m¨¢s responsable, se traduce en que las entidades deben adaptar su ¡°funci¨®n¡± a los vendavales creativos de la innovaci¨®n. Lo excitante es que esta partida no ha hecho m¨¢s que comenzar y todas las entidades tienen mucho que decir. Como en anteriores ocasiones, el sector bancario no desaprovechar¨¢ esta oportunidad para renovarse y, de paso, recuperar la reputaci¨®n que ten¨ªa en otros tiempos. Para ello, cuenta con los recursos, los medios y el talento.
Ram¨®n Casilda B¨¦jar es profesor del Instituto de Estudios Burs¨¢tiles.
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