La reestructuraci¨®n bancaria
Es l¨®gico ¡ªy muy positivo para evitar que vuelva a suceder¡ª que la opini¨®n p¨²blica se haya centrado en el aprovechamiento personal de los gestores de algunas cajas de ahorro y en las conductas en contra de la ley que deben ser perseguidas y castigadas por la justicia. Pero la pr¨®xima publicaci¨®n del ejercicio de revisi¨®n del Banco Central Europeo (BCE) podr¨ªa aprovecharse para reflexionar tambi¨¦n sobre el proceso de reestructuraci¨®n bancaria espa?ola que se ha ido ejecutando a lo largo de los seis ¨²ltimos a?os.
La reestructuraci¨®n financiera en Espa?a se inici¨® nada m¨¢s estallar la crisis de Lehman Brothers. Al mes siguiente del colapso de Lehman, hace ahora seis a?os, el Gobierno espa?ol aprob¨® un decreto creando el Fondo para la Adquisici¨®n de Activos Financieros y se empez¨® a buscar soluciones para la primera entidad que ten¨ªa problemas, la caja de Castilla-La Mancha. La intervenci¨®n de esta entidad mostr¨® que ni el Gobierno ni el Banco de Espa?a pod¨ªan gestionar la crisis bancaria que se ven¨ªa encima con los instrumentos tradicionales con que se hab¨ªan gestionado las crisis anteriores. Y tanto el Gobierno como el principal partido de la oposici¨®n reaccionaron entonces r¨¢pida y positivamente a la petici¨®n del Banco de Espa?a de crear los instrumentos legales necesarios para gestionar una crisis m¨¢s importante y, sobre todo, muy diferente de las que se hab¨ªan vivido antes.
Son varias las caracter¨ªsticas de esta crisis bancaria que la hacen muy distinta de las sufridas por Espa?a anteriormente. En primer lugar, esta vez se produjo rodeada de una crisis mundial, por lo que los riesgos de desconfianza y contagio cobraban una importancia trascendental. Mantener la confianza en la parte buena del sistema bancario y evitar que la situaci¨®n de las peores entidades se trasladara a las mejores deb¨ªa ser la prioridad de cualquier declaraci¨®n o actuaci¨®n que se emprendiera. La segunda caracter¨ªstica importante fue que, por primera vez en Espa?a, la crisis se plante¨® fundamentalmente en unas cajas de ahorros ocupadas por el poder pol¨ªtico, frente a los episodios pasados en los que fueron los bancos los que tuvieron m¨¢s problemas. La falta de profesionalidad de los gestores explica los problemas que hab¨ªa que resolver y las actuaciones de algunas comunidades aut¨®nomas explican la dificultad de resolverlos. La tercera caracter¨ªstica importante era que esta vez Espa?a no contaba con un Banco de Espa?a que pudiera emitir dinero para ayudar a las entidades de cr¨¦dito con rapidez y sin pasar por el presupuesto. A diferencia del pasado, las ¨²nicas ayudas posibles eran las presupuestarias y ¨¦stas ten¨ªan que someterse adem¨¢s a la aprobaci¨®n de la Comisi¨®n Europea.
Otra diferencia con las crisis anteriores era que el problema no era solamente el de aportar nuevos fondos, sino el de no perder s¨²bitamente los que suministraban los acreedores extranjeros. La voluminosa dependencia de la financiaci¨®n externa de nuestros bancos era algo nuevo.
El FROB creado en 2009 ha sido y es el instrumento clave de la reestructuraci¨®n
Han sido numerosos los cambios institucionales y legales que se han ido produciendo para poder gestionar adecuadamente esta especial crisis bancaria. Y es que la tarea no fue solo la de gestionar el salvamento de un buque que se hund¨ªa, sino que a la vez hubo que construir las barcas de salvamento. La creaci¨®n del FROB el mismo a?o 2009 fue trascendental. Ha sido y es el instrumento clave para gestionar la reestructuraci¨®n bancaria a lo largo de estos seis a?os porque el problema espa?ol no era un problema de activos de toxicidad inmediata que pudiera acometerse con una nacionalizaci¨®n r¨¢pida y generalizada del sistema. Su problema era el de un tumor ¡ªel inmobiliario¡ª cuyo desarrollo depender¨ªa de c¨®mo evolucionara la econom¨ªa, que es la que determina el alcance del deterioro de activos y la rentabilidad del negocio.
Por ello, a las entidades ¡°buenas¡± bastaba con exigirles que provisionaran y se capitalizaran adecuadamente, pero sin necesidad de ninguna nacionalizaci¨®n ni de intervenci¨®n del Estado. A las entidades ¡°problem¨¢ticas¡± que no se hab¨ªan integrado en las m¨¢s sanas, se les ofrecieron dos posibilidades. Pod¨ªan solicitar la inyecci¨®n de recursos del FROB, pero ¨¦ste solo les conceder¨ªa ayudas p¨²blicas si aceptaban las exigencias de cambios de gesti¨®n y de planes de reestructuraci¨®n concretos (reducci¨®n de oficinas, gastos de estructura, etc¨¦tera). Si no lo hac¨ªan, ser¨ªan intervenidas en cuanto el Banco de Espa?a detectara su inviabilidad. Este esquema consigui¨® que, de las 45 cajas existentes en 2009, quedaran unas 15 a finales de 2011.
Pero si el FROB fue el instrumento esencial de la reestructuraci¨®n bancaria, hubo otros cambios institucionales que facilitaron el proceso y que, aunque ya no existan, cumplieron la funci¨®n de esquivar la resistencia de algunos gestores y comunidades aut¨®nomas que quer¨ªan seguir manteniendo el poder sobre esas entidades. El m¨¢s importante fue el decreto que incentiv¨® la conversi¨®n de cajas en bancos, que en un solo a?o consigui¨® que todas las cajas espa?olas convirtieran su actividad financiera en bancos. Esta actuaci¨®n, que otros pa¨ªses todav¨ªa no se han atrevido a emprender, transform¨® completamente el sector de las cajas y homogeneiz¨® el tratamiento de todas las entidades de cr¨¦dito espa?olas por parte del Banco de Espa?a.
Otro instrumento clave de la reestructuraci¨®n acometida en estos seis a?os ha sido el de avanzar en la transparencia del sector. Ya en 2010, cuando el mercado empez¨® a desconfiar de la banca europea, el Banco de Espa?a exigi¨® a las entidades que ofrecieran al mercado informaci¨®n adicional normalizada sobre su exposici¨®n al sector de promoci¨®n y construcci¨®n, desglosando los porcentajes de cr¨¦ditos de dudoso cobro, las garant¨ªas y las coberturas constituidas para afrontar su posible deterioro. Tambi¨¦n les exigi¨® detallar la informaci¨®n sobre su cartera hipotecaria minorista, incluyendo los porcentajes de cr¨¦ditos dudosos. Adem¨¢s, deber¨ªan valorar sus necesidades de financiaci¨®n en los mercados y las estrategias de corto, medio y largo plazo que hab¨ªan puesto en marcha.
Esta labor de transparencia ha sido una tarea continuada durante estos seis a?os. Adem¨¢s de las exigencias crecientes por parte del supervisor, Espa?a fue el primer pa¨ªs europeo que propuso hacer stress tests a sus bancos y acab¨® haci¨¦ndolo conjuntamente con los dem¨¢s pa¨ªses bajo la direcci¨®n de la Agencia Europea en dos ocasiones, elabor¨® el informe FSAP con el FMI, y realiz¨® los exigidos por el MOU del rescate o asistencia europea. Este mismo a?o est¨¢ participando en el ejercicio del BCE cuyos resultados conoceremos en breve.
La desconfianza de 2012 tuvo un final feliz gracias a las autoridades europeas
El mejor indicador del esfuerzo de reestructuraci¨®n desarrollado durante estos seis a?os es el aumento extraordinario de los saneamientos de las entidades de cr¨¦dito desde que se inici¨® la crisis. Hasta finales de 2011, las provisiones y saneamientos efectuados fueron del orden de unos 115.000 millones de euros sin contar los m¨¢s de 20.000 millones acumulados de provisiones gen¨¦ricas. Desde entonces se ha saneado una cifra del mismo tenor, con lo que la suma total de saneamientos de las entidades a lo largo de estos seis a?os alcanza una cifra superior a los 240.000 millones.
Otra medida de la importancia de la reestructuraci¨®n espa?ola ha sido la de aumentar el capital de las entidades. La capitalizaci¨®n efectuada en 2012 es la que m¨¢s ha llamado la atenci¨®n, lo cual es explicable porque entonces hubo que pedir ayuda a Europa. Pero no se pueden olvidar, aunque fueran m¨¢s discretas, las capitalizaciones que se han acometido desde el inicio de la crisis y que no requirieron grandes recursos del contribuyente ni pedir asistencia financiera europea. Me refiero a las que hicieron las propias entidades tanto a partir de sus resultados o acudiendo al mercado con emisiones, o aquellas que utilizaron fondos que no requirieron aportaciones del contribuyente como los recursos acumulados por los fondos de garant¨ªa de dep¨®sitos. Es la suma de todos los aumentos de capital efectuados desde que se inici¨® la reestructuraci¨®n la que ha permitido alcanzar unos ratios de capital que ser¨¢n valorados en la revisi¨®n del BCE.
?Qu¨¦ juicio se puede hacer sobre la reestructuraci¨®n financiera llevada a cabo durante estos seis a?os? Ciertamente, si se compara con pa¨ªses que no han tenido crisis bancaria porque no tuvieron previamente una burbuja de deuda, la foto de Espa?a no sale bien, porque ha tenido que aportar un volumen importante de recursos p¨²blicos. La crisis bancaria, como el desempleo, son en buena parte hijos de la burbuja de deuda y estos dos problemas no hubieran estado presentes durante las dos ¨²ltimas legislaturas si durante las tres legislaturas precedentes no se hubiera acumulado un endeudamiento espectacular del sector privado, junto a una sistem¨¢tica p¨¦rdida de competitividad. Por ello, si se compara con pa¨ªses que hayan acumulado una burbuja parecida, la foto de los avances conseguidos durante los dos ¨²ltimos Gobiernos de Espa?a no sale tan mal. No s¨®lo por la menor cantidad de recursos p¨²blicos aportados sino sobre todo por haber mantenido sin ayudas, sin intervenci¨®n y sin nacionalizaci¨®n las tres entidades de cr¨¦dito m¨¢s importantes del pa¨ªs. Este es el acierto mayor de la reestructuraci¨®n bancaria espa?ola: haber evitado que el tumor, que afectaba a un tercio del sistema y estaba enquistado en unas 30 entidades, se trasladase a las m¨¢s grandes, pues en ese caso el panorama hubiera sido dram¨¢tico.
La reestructuraci¨®n financiera en Espa?a se inici¨® nada m¨¢s estallar la crisis de Lehman Brothers
S¨®lo hubo un momento, durante el primer semestre de 2012, en que la creciente desconfianza que se gener¨® en ese periodo en el Reino de Espa?a y en el sistema bancario espa?ol contagi¨® a las entidades espa?olas grandes, hundiendo su calificaci¨®n por las agencias de rating y cre¨¢ndoles problemas graves de liquidez que no se hab¨ªan visto nunca antes ni, afortunadamente, despu¨¦s. Fue un gran error no darse cuenta entonces de que la variable m¨¢s importante a cuidar en una crisis bancaria es la confianza.
Pero ese periodo de aumento espectacular de la desconfianza en Espa?a y en su sistema bancario, que pod¨ªa haber acabado tr¨¢gicamente con la salida del euro, tuvo un final feliz gracias a la reacci¨®n de las autoridades europeas. Por una parte, las declaraciones de Draghi junto al respaldo de Merkel al euro consiguieron un descenso espectacular en los costes de financiaci¨®n de los Tesoros y de los bancos de las econom¨ªas perif¨¦ricas, y ello ha ayudado a reducir el d¨¦ficit p¨²blico y a dar la vuelta a la sangr¨ªa de resultados de la banca espa?ola. Por otra parte, aunque el ejercicio de transparencia que exigi¨® la troika al Gobierno espa?ol a cambio de la asistencia financiera acab¨® proporcionando una cifra de necesidades de capital de nuestra banca ¡ªmenos de 50.000 millones¡ª similar a la estimada por las autoridades espa?olas, el hecho de haber sido programado y controlado por los componentes de la troika tuvo el efecto ben¨¦fico de que dejaran de pensar que las necesidades de capital estaban en la horquilla de entre 150.000 y 200.000 millones que manejaban algunos bancos de inversi¨®n.
?El ejercicio de revisi¨®n del BCE que se publica este mes significar¨¢ el final de la reestructuraci¨®n bancaria de Espa?a? Esto ser¨ªa lo m¨¢s deseable y lo m¨¢s probable a la vista de las previsiones econ¨®micas disponibles en este momento. Pero evidentemente todo depende de lo que suceda en el futuro y, desafortunadamente, ¨¦ste no da la raz¨®n siempre a las previsiones. Desazona un poco observar que todos los organismos nacionales e internacionales previeron para 2012 unos crecimientos del PIB de Espa?a similares a los que ahora est¨¢n previendo para 2015. Si esta vez se cumplieran los pron¨®sticos y entr¨¢ramos en una recuperaci¨®n sostenida, incluso aunque fuera moderada, la reestructuraci¨®n bancaria realizada a lo largo de los seis ¨²ltimos a?os podr¨ªa ser suficiente.
Sin embargo, si ahora, como sucedi¨® al final de 2011, la econom¨ªa espa?ola entrase en recesi¨®n en contra de todas las previsiones, ser¨ªa inevitable aplicar medidas adicionales de reestructuraci¨®n y de apoyo p¨²blico al sistema financiero. Pero esto no deber¨ªa llevar a juzgar que lo hecho durante estos seis a?os no ha servido. No hay que descartar que los gobernantes salidos de las pr¨®ximas elecciones, bajo el s¨ªndrome de Ad¨¢n, presumieran de que no se ha hecho nada antes de que llegaran ellos. Pero esperemos que esta vez no suceda, bien porque la recuperaci¨®n vaya hacia arriba, bien porque el adamismo vaya hacia abajo.
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