Hacia una educaci¨®n (jur¨ªdica y financiera) para la ciudadan¨ªa
Aprender c¨®mo gestionar los propios recursos es indispensable para nuestra vida diaria
Pocos temas hay m¨¢s importantes para la salud c¨ªvica de una sociedad que el de la educaci¨®n. Una sociedad civil bien educada es una sociedad fuerte, y aqu¨¦lla en la que la mayor parte de sus integrantes carecen suficientemente de ella es d¨¦bil, manipulable y f¨¢cilmente sometible.
Vaya por delante que soy un inequ¨ªvoco partidario de una asignatura del tipo Educaci¨®n para la Ciudadan¨ªa, con ¨¦sta o con otra denominaci¨®n, pero no con cualquier contenido, sino siempre y cuando en esa asignatura se ense?e lo que su nombre indica, es decir, conocimientos, informaci¨®n y consejos para ser mejores ciudadanos, lo que significa entre otras cosas ser m¨¢s conscientes y responsables de los propios actos. Para lo cual, tener unas sencillas nociones de Derecho me parece esencial.
Es importante, qu¨¦ duda cabe, estudiar y conocer qui¨¦nes fueron Plat¨®n o Felipe II, en qu¨¦ consiste la tabla peri¨®dica, c¨®mo se calcula el ¨¢rea de un tri¨¢ngulo, cu¨¢l es la estructura ling¨¹¨ªstica de una determinada oraci¨®n, c¨®mo se reproducen las plantas, o tener un nivel muy alto de ingl¨¦s. Y lo es no ¨²nicamente por la propia y mera informaci¨®n que se obtiene de su estudio, sino tambi¨¦n porque todas estas variadas materias, y otras muchas m¨¢s, entrenan la mente, la abren, y la estructuran y la preparan mejor para el futuro.
Siendo esto as¨ª, siempre me ha llamado la atenci¨®n la ausencia casi absoluta de ense?anza en la etapa escolar de lo que podr¨ªamos denominar Derecho b¨¢sico para la vida diaria. El Derecho es algo con lo que a lo largo de nuestra vida nos vamos topando continuamente, nos rodea por todos lados, y sin embargo parece considerarse como algo para juristas, para especialistas en definitiva, cuando es todo lo contrario: cuanto mejor se conozcan unas cuantas nociones pr¨¢cticas, m¨¢s preparados estaremos en muchos momentos de nuestra vida. ?O es que no vamos a comprar una casa o a arrendarla, a montar un negocio por medio de una sociedad, a otorgar o recibir un poder, a resolver temas de herencias o plantearnos nuestro testamento, a recurrir una notificaci¨®n administrativa que consideramos injusta, a pelearnos (o no) en una junta de propietarios de nuestro edificio, a contraer matrimonio y tener que elegir un r¨¦gimen econ¨®mico, a firmar contratos laborales, a tener que acudir a un juzgado, etc., etc.? Pues s¨ª, una o probablemente varias de estas cosas nos van a suceder a lo largo de nuestra vida, y lo cierto es que al terminar con la mayor¨ªa de edad la etapa escolar, de todas ellas y de muchas otras, los estudiantes no saben pr¨¢cticamente nada. ?Y eso por qu¨¦? Resulta que todos estos conocimientos de gran utilidad para su futuro no los aprenden cuando est¨¢n en disposici¨®n y condiciones ideales de hacerlo, sino despu¨¦s, a salto de mata, de manera imperfecta y asistem¨¢tica, y a veces ni siquiera eso.
A estas materias hay, desde luego, que a?adir, las que tienen espec¨ªfica relaci¨®n con las entidades financieras, las cuales conforman casi una asignatura en s¨ª mismas. No es necesario recordar el vuelco que en los ¨²ltimos a?os se ha producido en cuanto a la confianza que la sociedad en general ten¨ªa en la solvencia de sus instituciones financieras, en general, y en el consejo y asesoramiento que esas entidades prestaban por medio de los directores de las sucursales a los clientes. Del todo a la nada, y no sin falta de raz¨®n, desde luego. Ahora s¨ª somos m¨¢s conscientes de que los bancos est¨¢n para hacer negocio y no para ponerse del lado del cliente, y que si bien son necesarios, por mucha normativa que haya que en teor¨ªa proteja al cliente bancario, la mejor protecci¨®n es que ese cliente tenga la actitud correcta, de autodefensa de sus propios intereses. Para lo cual es imprescindible tener suficiente educaci¨®n financiera. Y el momento ideal para ofrecerla es, en tambi¨¦n, en mi opini¨®n, la etapa escolar. No se trata de grandes profundizaciones, sino de tener claros los conceptos b¨¢sicos: qu¨¦ es un pr¨¦stamo, un cr¨¦dito, una hipoteca, un leasing, que es la TAE y para qu¨¦ sirve, c¨®mo se abre una cuenta corriente, qu¨¦ posibilidades tengo de recurrir y a qui¨¦n en caso de que en mi opini¨®n exista un abuso bancario, en qu¨¦ medida es razonable endeudarse en funci¨®n de los ingresos¡
Y por mi parte a?adir¨ªa tambi¨¦n ideas m¨¢s generales: que hay que abandonar la posici¨®n c¨®moda, s¨ª, pero pasiva y profundamente perjudicial que ha tenido el cliente bancario en Espa?a, de dejarse hacer, de confiar demasiado, tanto por no entender en muchas ocasiones, como por no molestarse en buscar, en otras. Ya hace muchas d¨¦cadas, el maestro Garrigues nos alertaba contra la cultura del d¨®nde hay que firmar. ?Ha cambiado mucho la situaci¨®n? Mi impresi¨®n es que, a pesar de todos los pesares, y a¨²n con esta enorme crisis encima, no lo ha hecho. O no lo suficiente, al menos.
A esta idea se anuda otra, que es cien por cien educaci¨®n para la ciudadan¨ªa, en mi opini¨®n: hay que comprender el verdadero valor de la firma de cada uno. Firmar en un contrato significa prestar el consentimiento al contenido del mismo, sea cual sea ¨¦ste. Incluidos los bancarios. No es buena actitud el esperar que sean todos los dem¨¢s ¨Cleyes, jueces, el Estado, los propios bancos- los que trabajen para protegernos y que nosotros mismos no asumamos esta tarea en primera l¨ªnea de fuego. Y la primera ense?anza para ello es valorar la propia firma, en tanto en cuanto supone reflejar nuestra conformidad, y no volver a preguntar d¨®nde hay que firmar, sino qu¨¦ hay que firmar.
Formar a los escolares en ciudadan¨ªa no es pretender inculcarles unos valores que solamente comparte una determinada opini¨®n pol¨ªtica, ¨¦tica o religiosa, sino que, entre otras cosas, es prepararles para ser ciudadanos m¨¢s formados, m¨¢s conscientes, m¨¢s responsables. Ganan ellos y gana la sociedad en su conjunto. El Derecho en su vertiente m¨¢s pr¨¢ctica y aplicable en la vida cotidiana es una herramienta util¨ªsima para ayudar a conseguir esos objetivos.
De modo que, s¨ª, soy muy partidario de una asignatura escolar que podr¨ªa llamarse Educaci¨®n jur¨ªdica y financiera para la ciudadan¨ªa. Porque para que una sociedad tenga altura, primero hay que asentar la base. Y eso es imposible sin una correcta educaci¨®n.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.