La hora de la inteligencia econ¨®mica
Expertos analizan la urgente necesidad de Espa?a de mejorar la gesti¨®n de la informaci¨®n
La inteligencia econ¨®mica y competitiva es una disciplina que poco a poco se abre paso en Espa?a a ra¨ªz de la necesidad del pa¨ªs y de sus empresas de ganar competitividad y reducir la incertidumbre de las inversiones y negocios. Pero, ?qu¨¦ es la inteligencia competitiva? ¡°Es analizar la informaci¨®n estrat¨¦gica, darle valor a?adido, explotarla, y tratar de influir sobre nuestro entorno y de protegernos¡±, define Fernando Davara, presidente del C¨ªrculo de Inteligencia, uno de los participantes del foro organizado por EL PA?S y patrocinado por el Banco Sabadell para debatir el tema. ¡°Yo a?adir¨ªa¡±, dice Sonia Gogova, fundadora de Soluciones ICAP (Inteligencia Competitiva Aplicada) en Telef¨®nica, ¡°que la inteligencia siempre debe hacerse para dar apoyo al proceso de la toma de decisiones, debe tener un objetivo bien identificado de antemano y dirigir el an¨¢lisis hacia ese fin¡±.
El campo de la inteligencia competitiva es a¨²n bastante desconocido en Espa?a y se presta a confusi¨®n. Los expertos asienten que tanto en el ¨¢mbito pol¨ªtico como empresarial la disciplina se asocia a tareas que van desde el marketing, la comunicaci¨®n corporativa y hasta el espionaje industrial. El trabajo del analista de inteligencia no es otro que el de recopilar y analizar, tanto ingentes cantidades de informaci¨®n, como escasos datos, para ayudar a un gobierno o un empresario a tomar una decisi¨®n con el menor riesgo posible.
El Gobierno de Mariano Rajoy present¨® hace unos a?os un proyecto de Sistema de Inteligencia Econ¨®mica (SIE) como un intento para establecer un mecanismo de coordinaci¨®n p¨²blico-privado para compartir y analizar informaci¨®n clave para la competitividad y seguridad de las empresas espa?olas. A pesar de que el plan qued¨® en el anuncio, Fernando Eguidazu, director general de Relaciones Econ¨®micas Internacionales del Ministerio de Exterior, sostiene ¡°que el pa¨ªs ha avanzado mucho en la obtenci¨®n y an¨¢lisis de informaci¨®n, donde hay muchos organismos competentes que lo hacen¡±, pero reconoce que ¡°falta una pol¨ªtica o sistema de coordinaci¨®n para sacar provecho de toda esa informaci¨®n¡±.
¡°Espa?a es bastante novata en esta disciplina mientras pa¨ªses como Estados Unidos, Alemania, Francia, Reino Unido, Suecia o Jap¨®n llevan d¨¦cadas desarrollando sus modelos de gesti¨®n de inteligencia econ¨®mica. A?adido a esto, en la sociedad espa?ola mucha gente a¨²n no ve con buenos ojos que el Gobierno asista o defienda los intereses de las empresas espa?olas en el extranjero. En Italia o Francia, salir en respaldo de una multinacional es perfectamente comprendido y aceptado. De momento, lo que hemos desarrollado son canales de contactos permanentes entre el Gobierno y la empresa en casos concretos, pero es verdad que de forma artesanal y no a trav¨¦s de un mecanismo sistem¨¢tico¡±, a?ade Eguidazu.
Aunque los or¨ªgenes de la inteligencia econ¨®mica pueden perfectamente remontarse a los tiempos de Marco Polo, en los que los diarios de viajes pod¨ªan considerarse una fuente para desarrollar estrategias comerciales a trav¨¦s de la descripci¨®n de un determinado ¡®mercado¡¯, lo cierto es que la disciplina se ha desarrollado con vigor tras la ca¨ªda del muro de Berl¨ªn y la posterior liberalizaci¨®n del comercio mundial unida al desarrollo tecnol¨®gico.
La llamada geoeconom¨ªa ¡ªen contraposici¨®n a la geopol¨ªtica que se refiere a un territorio determinado¡ª, se refuerza en los ¨²ltimos 25 a?os como una disciplina que traspasa fronteras en busca de seguridad en el suministro de materias primas y dominio de los mercados. En 1990, el analista franc¨¦s Pascal Lorot defini¨® la geoeconom¨ªa como ¡°las estrategias comerciales decididas por los Estados para adquirir el dominio de ciertas tecnolog¨ªas clave y/o conquistar ciertos segmentos del mercado mundial¡±. Otro experto, el estadounidense Edward Luttwak, la defini¨® ese mismo a?o como el ¡°mantenimiento de la antigua rivalidad existente entre las naciones utilizando medios econ¨®micos en lugar de b¨¦licos¡±.
Sendos pa¨ªses, Francia y EE?UU, est¨¢n entre las potencias m¨¢s consolidadas en la aplicaci¨®n de la inteligencia econ¨®mica y competitiva para desarrollar y defender sus sectores estrat¨¦gicos. En ambos casos, los organismos de inteligencia que tienen para velar por la seguridad externa e interna, colaboran sistem¨¢ticamente con sus empresas, provey¨¦ndolas de la informaci¨®n que les falta para mejorar su competitividad y su papel en una econom¨ªa globalizada. El desarrollo de la inteligencia est¨¢ sobre todo en manos de las empresas, pero siempre cuentan con el respaldo gubernamental. Los empresarios pueden, a trav¨¦s del an¨¢lisis de inteligencia, especializarse en un segmento, descubrir nuevos canales de comercializaci¨®n, conocer mejor las fortalezas y debilidades de sus rivales, las necesidades de sus clientes, y adelantarse a las tendencias. Sin embargo, en otras cuestiones que afectan a los negocios, como la injerencia pol¨ªtica, la inseguridad jur¨ªdica o la corrupci¨®n, la inteligencia del Estado se convierte en un complemento vital.
¡°Tenemos que creernos que Espa?a tiene que desempe?ar un papel estrat¨¦gico en el exterior y luego desarrollar el modelo de inteligencia que se necesita. ?Qu¨¦ capacidad de influencia tiene el pa¨ªs, c¨®mo vamos a implicarnos en el mundo como Estado a medio y largo plazo, qu¨¦ tenemos que hacer para conseguirlo?¡±, enfatiza Jos¨¦ Luis de la Fuente O¡®Connor, responsable de vigilancia estrat¨¦gica e inteligencia econ¨®mica de la divisi¨®n de innovaci¨®n, medioambiente y calidad de Iberdrola y presidente de la Asociaci¨®n Espa?ola para la Promoci¨®n de la Inteligencia Competitiva (AEPIC). ¡°Me preocupa m¨¢s que como pa¨ªs no tengamos claro qu¨¦ queremos ser y hacer en el mundo, que el hecho de que no tengamos o estemos retrasados en el desarrollo de un modelo propio de inteligencia econ¨®mica¡±, opina. ¡°El Gobierno tiene que tener un objetivo, determinar las grandes l¨ªneas de la pol¨ªtica econ¨®mica tambi¨¦n supone tener un gran plan para el desarrollo empresarial. La inteligencia econ¨®mica est¨¢ para ayudar a decidir por qu¨¦ camino se quiere ir¡±, a?ade Sonia Gogova.
Carlos Abarca, director tecnol¨®gico del Banco Sabadell, propone que las grandes empresas que tienen medios y unidades propias de inteligencia, mayormente las del Ibex 35, trabajen juntas en beneficio de proyectos en los que haya intereses comunes. ¡°Esta pr¨¢ctica es muy habitual en Estados Unidos¡±, relata. ¡°Hace poco fui testigo de un acuerdo entre empresas de distintos sectores que compart¨ªan el inter¨¦s por expandirse en Am¨¦rica Latina. Inmediatamente establecieron objetivos y un calendario de reuniones. Claramente, es una pr¨¢ctica muy afianzada en la cultura empresarial estadounidense que hace que muchas cosas funcionen al margen de la participaci¨®n del Gobierno¡±, dice Abarca. ¡°Esto no quita¡±, a?ade, ¡°que haya una fuerte conexi¨®n entre los organismos p¨²blicos y las empresas. La Agencia de Seguridad Nacional (NSA) se reune habitualmente con empresas como Microsoft, Google, Twitter y Facebook, por ejemplo, y establecen qu¨¦ informaci¨®n puede aportar la agencia estatal para proteger la propiedad intelectual. Estos foros no existen en Espa?a m¨¢s que a nivel intersectorial y es verdad que podemos crearlos, pero es necesario que los organismos p¨²blicos que tienen que ver con medios tecnol¨®gicos faciliten redes seguras para el intercambio de informaci¨®n... No se pueden hacer siempre las cosas de forma artesanal¡±, concluye Abarca.
El uso de la inteligencia para expandir la actividad econ¨®mica recibe cada vez m¨¢s apoyo tanto de los sectores p¨²blicos como privados. Sin embargo, quienes prestan servicios de consultor¨ªa en este campo recuerdan que hay poca informaci¨®n sobre la utilidad que esta disciplina tiene para las empresas. ?Por qu¨¦ una compa?¨ªa necesita tener acceso a la inteligencia competitiva? ¡°Por mi experiencia, en Espa?a resulta especialmente ¨²til porque evita actuar de manera impulsiva, disminuye las actuaciones posteriores a la aparici¨®n de los problemas, evita que se tomen decisiones en funci¨®n de ¨¦xitos y criterios pasados, porque lo que fue bueno ayer no necesariamente lo es hoy. En definitiva, ayuda al empresario a tomar decisiones con m¨¢s seguridad, sobre todo en un proceso de internacionalizaci¨®n, donde te juegas mucho dinero a la hora de querer instalarte o hacer negocios en otro pa¨ªs¡±, opina Gogova.
¡°Es una necesidad¡±, apuntilla Davara, ¡°sobre todo para las peque?as y medianas empresas [pymes]. La informaci¨®n es el activo m¨¢s importante de un aut¨®nomo, es lo que le permite crecer, anticiparse a los cambios y protegerse cuando logra un producto o un servicio de valor a?adido¡±. Eguidazu asiente: ¡°En una empresa el no hacer nada nunca es una opci¨®n, y muchas veces hay que tomar decisiones en la que te juegas el futuro de la compa?¨ªa y sus trabajadores. En estas decisiones es clave la informaci¨®n elaborada por los analistas de inteligencia. En este punto el Estado debe aparecer para coordinar la informaci¨®n y proveer de informaci¨®n a aquellas empresas que no tienen ese recurso, como son las pymes¡±.
?Hay riesgo de que una vez superada la crisis Espa?a se olvide de desarrollar la inteligencia competitiva? ¡°El n¨²mero de empresas exportadoras ha aumentado de 100.000 a 150.000 en los ¨²ltimos cinco a?os. Sin embargo, es verdad que hay una alta tasa de abandono en el negocio exterior. La clave es asegurar la estabilidad del sector exportador para que, si ma?ana se recupera la demanda interna, las empresas no abandonen las exportaciones sino que atiendan ambas necesidades. A este respecto tenemos un problema de tama?o. En Espa?a hay la misma cantidad de empresas exportadoras que en Alemania, pero en tama?o equivalen a un tercio de una alemana. Cuanto m¨¢s grande se es, m¨¢s f¨¢cil es salir fuera y cuanto m¨¢s sales, m¨¢s creces. Es un c¨ªrculo virtuoso que espero que se haya instalado para siempre en la empresa espa?ola¡±, remata el representante del Gobierno.
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