Draghi explora los l¨ªmites del BCE con la promesa de nuevos est¨ªmulos
El eurobanco anuncia que aumentar¨¢ el balance en un bill¨®n de euros en dos a?os
Demostraci¨®n de fuerza del capit¨¢n en pleno mot¨ªn a bordo. Tras una semana cargada de tensi¨®n por las filtraciones y por la constataci¨®n de que cada pron¨®stico sobre la econom¨ªa europea es peor que el anterior, el presidente del Banco Central Europeo, Mario Draghi, aprovech¨® ayer la que pudo ser la reuni¨®n m¨¢s complicada de su mandato para dar un sensacional golpe de autoridad. No hubo decisiones de calado en Fr¨¢ncfort. Pero s¨ª otro cap¨ªtulo de esa modalidad de la pol¨ªtica monetaria europea que los analistas denominan ¡°intervenci¨®n verbal¡±: el jefe del BCE anunci¨® que el consejo de gobierno acord¨® por unanimidad (con Alemania, por tanto, a favor) encargar a los altos funcionarios del banco ¡°la preparaci¨®n de medidas adicionales por si son necesarias¡±. Agotado ya el resto de la munici¨®n y con la econom¨ªa, aun as¨ª, metida en una trampa mortal, ese eufemismo de las ¡°medidas adicionales¡± implica que est¨¢n m¨¢s cerca las compras de deuda p¨²blica y privada a gran escala. El quantitative easing (QE) de los norteamericanos, brit¨¢nicos y japoneses ya est¨¢ a la vista en Europa.
Los mercados reaccionaron a sacudidas, con el euro a la baja y subidas en las Bolsas.
Draghi hace oficial as¨ª la petici¨®n de mano para las compras de bonos, que han levantado ampollas entre los m¨¢s ortodoxos porque suponen adentrarse en aguas desconocidas, al menos en Europa. Con el Bundesbank alem¨¢n al frente, varios miembros del consejo han hecho p¨²blico esta semana su malestar con Draghi, que les ha ido metiendo en una emboscada con una secuencia imparable de medidas extraordinarias. Varios consejeros se oponen desde siempre a las adquisiciones de deuda a la americana, que supondr¨ªan explorar los l¨ªmites del mandato del BCE. Ante ese rechazo, Draghi ha ido anunciando medidas no convencionales de menor calado. No han funcionado. Ni las barras libres de liquidez ni las compras de determinados activos privados ni los tipos de inter¨¦s oficiales en el 0% o incluso en negativo consiguen sacar a Europa de su enfermedad japonesa: un estancamiento que va para largo con riesgos de deflaci¨®n, o en todo caso con la inflaci¨®n muy lejos del objetivo del BCE (el 2%) desde hace m¨¢s de un a?o.
El mensaje de Draghi a su consejo es n¨ªtido: hemos hecho todo lo posible por evitarlo, pero si las cosas no mejoran hay que usar el arma nuclear, las compras de deuda p¨²blica y privada. No queda otro remedio.
Pese a que se esperaban cuchillos largos, Draghi us¨® ese amago de crisis interna para reafirmar su liderazgo. Se sac¨® de la manga un comunicado m¨¢s expl¨ªcito que nunca y aprobado por unanimidad, algo que no dej¨® de repetir a lo largo de una suculenta rueda de prensa. Se comprometi¨® a aumentar el balance del BCE en un bill¨®n de euros en los pr¨®ximos dos a?os con las subastas de liquidez y las compras de c¨¦dulas hipotecarias (ABS) y de bonos garantizados (covered bonds), e hizo expl¨ªcito ese objetivo por escrito. Y es poco probable que el balance se hinche tanto en tan poco tiempo con esas medidas: por eso los analistas ven las compras de deuda a gran escala como una posibilidad cada vez m¨¢s cercana.
Pero Draghi no se qued¨® ah¨ª y pronunci¨® las palabras m¨¢gicas: ¡°El consejo de gobierno es un¨¢nime en su compromiso de usar instrumentos no convencionales adicionales¡±, y ¡°ha encomendado la tarea de hacer todos los preparativos para tener listas esas medidas adicionales si son necesarias¡±. Es muy posible que lo sean: la inflaci¨®n est¨¢ en m¨ªnimos hist¨®ricos (con el IPC de la eurozona en el 0,4%, y por debajo del 1% desde hace m¨¢s de un a?o); el paro y la deuda est¨¢n en m¨¢ximos; la banca sigue sin prestar, y la econom¨ªa, en fin, se ha parado y se adentra en una fase crepuscular si las cosas se siguen torciendo.
¡°No hay divisi¨®n entre el Norte y el Sur¡±, recalca el supervisor europeo
Draghi lo quiere todo listo por si eso sucede, a la vista de que el abanico de riesgos pone los pelos de punta: a los desaf¨ªos geopol¨ªticos (Ucrania, Oriente Pr¨®ximo) y la desaceleraci¨®n en China hay que sumar los progresos insuficientes en las reformas y las dificultades de la eurozona para aprobar est¨ªmulos fiscales y usar la flexibilidad de sus reglas fiscales. Y anunci¨® incluso en qu¨¦ condiciones apretar¨¢ el bot¨®n rojo de las compras a gran escala: si las medidas que est¨¢n en marcha (compras de determinados activos privados y barra libre de liquidez a la banca) no funcionan, y si la previsi¨®n de inflaci¨®n sigue empeorando. De esa manera, ¨¦l mismo pone toda la presi¨®n sobre la reuni¨®n de diciembre. Para entonces se conocer¨¢n las nuevas previsiones de crecimiento e inflaci¨®n del BCE, y se ver¨¢ si la banca acude o no a las subastas de liquidez, tras el fiasco de septiembre.
En su comparecencia, el banquero central europeo no escondi¨® las diferencias que han aflorado en el consejo, pero aclar¨® que ¡°no hay coaliciones¡±. ¡°No hay una divisi¨®n entre Norte y Sur¡±, dijo.
Draghi ya salv¨® al euro sin un solo disparo cuando anunci¨® que el BCE har¨ªa ¡°todo lo necesario¡±. Y desde hace semanas avisa de que la econom¨ªa europea necesita un paquete de est¨ªmulos monetarios y fiscales, adem¨¢s de reformas, si no quiere meterse en un verdadero l¨ªo. Pese a los navajazos por la espalda, ayer consigui¨® meterse al consejo en el bolsillo con una suerte de preanuncio de esas compras a gran escala ¡°que pueden cambiar el partido como sucedi¨® cuando aquello de todo lo necesario¡±, explic¨® Santiago Carb¨®, de la Bangor School. El euro cay¨® de inmediato ¡ªhasta 1,24 d¨®lares, m¨ªnimo en 26 meses¡ª y los tipos de inter¨¦s de la deuda de los pa¨ªses perif¨¦ricos se beneficiaron de esas palabras. ¡°El mercado se siente bien¡±, resumi¨® gr¨¢ficamente Nick Lawson, economista de Deutsche Bank. Aunque no es el mercado, sino la econom¨ªa real la que necesita un poco de aire.
El BCE es ya la instituci¨®n m¨¢s influyente de la UE. Para lo bueno y para lo malo: en lo m¨¢s duro de la crisis, el Eurobanco us¨® las primas de riesgo para imponer ajustes. Y no dud¨® en obligar por carta a algunos pa¨ªses, como Espa?a e Italia, a plegarse a la austeridad. El Eurobanco hizo p¨²blicas ayer sus cartas a Irlanda, en las que el antecesor de Draghi, Jean-Claude Trichet, oblig¨® al Ejecutivo irland¨¦s a pedir el rescate. Draghi defendi¨® a Trichet con el argumento de que la econom¨ªa irlandesa es ahora la de mayor empuje en Europa. ¡°Eso demuestra que no lo hicimos mal¡±, cerr¨®. E Irlanda crece, en efecto. Aunque por el camino ha perdido centenares de miles de empleos, la deuda p¨²blica se ha disparado y sus j¨®venes han emigrado en masa.
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