Juncker tambi¨¦n habla alem¨¢n
La geopol¨ªtica del Fondo Juncker, su viabilidad pol¨ªtica m¨¢s que t¨¦cnica, arranca de que su padre, el luxemburgu¨¦s Jean-Claude Juncker, tambi¨¦n habla alem¨¢n. En alem¨¢n habl¨® el 18 de julio, a los tres d¨ªas de ser elegido por la C¨¢mara, con Werner Hoyer, el ciudadano de la Rep¨²blica Federal que preside el Banco Europeo de Inversiones (BEI), con sede en¡ Luxembugo. Le invit¨® a ser su c¨®mplice, a despertar su dormida entidad ¡ªque no da ni un solo cr¨¦dito con riesgo¡ª, a distanciarse de su disciplina intergubernamental e incorporarse a la ¨®rbita comunitaria de la Comisi¨®n, a presentar con ¨¦l su proyecto estrella, el fondo de los 300.000 millones. En suma, a rescatar al BEI del olvido y el descr¨¦dito de la inactividad (ver?Un esc¨¢ndalo fara¨®nico del 22 de octubre). Con ¨¦l, se ganaba a los ortodoxos.
En alem¨¢n acord¨® con el presidente socialdem¨®crata de la C¨¢mara, Martin Schulz, presentar su proyecto este mi¨¦rcoles (tras afrontar hoy una moci¨®n de censura por Lux-leaks). Se ganaba as¨ª a los hetedoroxos. En alem¨¢n convenci¨® el d¨ªa 16, en los pasillos del G-20, en Brisbane, a la canciller Angela Merkel ¡ªque fue, un poco a rega?adientes, su madrina electoral¡ª de que no le boicotease su proyecto estrella, porque eso le dejar¨ªa al pie de los caballos. Consigui¨® su neutralidad benevolente bajo condici¨®n de que no le costase un euro adicional; y de que las decisiones del Fondo fuesen comunitarizadas, por mayor¨ªa cualificada, y no intergubernamentales, mediante la unanimidad que posibilita el veto a los filibusteros: lo que conjuga con la absorci¨®n de facto del BEI por la Comisi¨®n.
Envi¨® a un vicepresidente, el liberal¨ªsimo Jyrki Katainen, a negociar con David Cameron: se lo zamp¨® con un plan adicional de mejorar el mercado interior (transportes, energ¨ªa, mercado de capitales) con m¨²ltiples medidas inmediatas, una baza para el pragmatismo comercial brit¨¢nico. Logr¨® la ¡°distancia favorable¡± de Matteo Renzi cuando este reclam¨®: ¡°Necesitamos m¨¢s inversi¨®n de la UE¡±, y su gente le demostr¨® que ¡°Italia no ejecuta ni la mitad de lo que se le otorga¡±, y le augur¨® que con el nuevo Fondo mejorar¨¢. Y estar¨¢ hasta el ¨²ltimo minuto regateando con los ministros econ¨®micos de Manuel Valls, necesitado de un plan europeo de inversiones al tiempo que aprisionado por la pinza de la izquierda socialista y el lepenismo contra la disciplina fiscal que Bruselas le debe exigir. Lo har¨¢, sin acogotarle.
Es pol¨¦mico, pero sabe alem¨¢n. Y lat¨ªn.
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