El rey d¨®lar recupera su trono
La moneda estadounidense vuelve a ser la divisa m¨¢s atractiva por la fortaleza del crecimiento de EE UU y la debilidad de las econom¨ªas de Europa y Jap¨®n
El rey ha vuelto y est¨¢ dispuesto a quedarse. Tras una d¨¦cada en la sombra y acompa?ado por una ca¨ªda en el precio de las materias primas, el d¨®lar ha recuperado, entre el desconcierto de Wall Street y de muchos bancos centrales, su lugar primordial en la econom¨ªa global. La raz¨®n principal es que EE UU se recupera de la gran crisis de 2008 con m¨¢s velocidad y fortaleza que sus rivales europeos y asi¨¢ticos. El presidente Barack Obama prometi¨® devolver a su pa¨ªs la fortaleza perdida. Los mercados han estado esta vez de su lado en el tramo final de su mandato.
La rehabilitaci¨®n del billete verde no parece fugaz. Su atractivo como refugio para los inversores crece ante la perspectiva de una subida de tipos de la Reserva Federal en 2015 una vez cerrado su programa de compra masiva de deuda. Por el contrario, los bancos centrales de las econom¨ªas estancadas bajan sus tipos para cebar el crecimiento en medio de una gran incertidumbre. El Banco Central Europeo (BCE), por ejemplo, mantiene el precio del dinero en un m¨ªnimo hist¨®rico del 0,05%. Dada la timidez y el reducido margen de maniobra institucional de la instituci¨®n que dirige Mario Draghi, un euro d¨¦bil que anime las exportaciones es una forma de estimular la econom¨ªa de la regi¨®n.
Los agoreros del fin del d¨®lar como moneda de referencia andan estos d¨ªas buscando argumentos. Tiempos atr¨¢s, en un contexto de dinero barato en EE UU, los primeros a?os del euro y la irrupci¨®n de China como coloso econ¨®mico, la divisa estadounidense perdi¨® popularidad entre los bancos centrales y los inversores, que se divirtieron con otras monedas. La situaci¨®n se ha corregido. Las condiciones est¨¢n dadas para un repunte de varios a?os, seg¨²n anuncian no pocos especialistas.
El d¨®lar ha alcanzado estos d¨ªas su m¨¢ximo en cinco a?os en la canasta de divisas de referencia. Desde su hundimiento en 2011 se ha apreciado un 20% y ha recuperado el nivel de antes de la crisis. Con respecto a abril de ese a?o, cuando la moneda toc¨® fondo con respecto al resto de divisas para rebotar hasta hoy, su apreciaci¨®n con el euro ha sido del 14% (con un ascenso vertiginoso del 8% en los ¨²ltimos seis meses). El yen japon¨¦s y el real brasile?o han ca¨ªdo el 39% y el 40%, respectivamente, con relaci¨®n al d¨®lar en el mismo periodo. Con un crecimiento m¨ªnimo y una enorme deuda, el yen tiene todos los n¨²meros para continuar su ca¨ªda.
Pese a todo, en t¨¦rminos hist¨®ricos, o recordando periodos de gran fortaleza como la presidencia de Bill Clinton en los a?os 90 o la de Ronald Reagan en los 80, el d¨®lar est¨¢ todav¨ªa por debajo de su valor. Binky Chadha, economista del Deutsche Bank, considera que todav¨ªa le queda otro 20% de recorrido, seg¨²n dijo en una de las habituales reuniones de perspectivas de fin de a?o que se celebran en Nueva York.
El ¡®billete verde¡¯
ha tocado su m¨¢ximo de los ¨²ltimos cinco a?os?
La brecha entre el crecimiento de EE UU y el resto del mundo no hab¨ªa sido tan grande en mucho tiempo. El crecimiento estimado para 2015 es del 3,1%, por encima de Europa y Jap¨®n: 1,3% y 0,8%, respectivamente, seg¨²n el Fondo Monetario Internacional. En el tercer trimestre del a?o, el PIB estadounidense creci¨® un 3,9% con respecto al a?o anterior, mientras que el de la eurozona lo hizo al 0,8%. No es solo Europa la que no remonta. China e India tambi¨¦n est¨¢n en dificultades.
Los tipos de cambio tienen ganadores y perdedores en un continuo juego de papeles intercambiables. Multinacionales estadounidenses como IBM o McDonald¡¯s han indicado que el alza del d¨®lar es viento de cara para su negocio. Los pa¨ªses que compran productos a EE UU, por su parte, pagar¨¢n m¨¢s, pero, como contrapartida, sus exportaciones ser¨¢n m¨¢s competitivas, dada la debilidad de sus monedas. Estos d¨ªas, la prensa econ¨®mica de EE UU ha destacado c¨®mo los puertos de Long Island y Los ?ngeles tienen a muchos barcos repletos de mercanc¨ªas haciendo cola para descargar. Habr¨¢ turbulencias, claro. Las transacciones en d¨®lares se han triplicado en la ¨²ltima d¨¦cada hasta los 9 billones de d¨®lares. Muchas empresas y bancos con deuda en dicha moneda tendr¨¢n que pagar intereses m¨¢s caros.
La debilidad ajena es una fortaleza propia. Con esta premisa se observa la situaci¨®n de Europa desde EE UU. El pesimismo hacia la marcha del Viejo Continente se palpa en los eventos con analistas que se celebran estos d¨ªas en Manhattan. Bank of America proyecta un PIB del 1,2% para 2015, frente al 0,8% de este ejercicio. ¡°Hay un gran problema de confianza y estructural, por las elevadas cifras de desempleo, que no se resolver¨¢ con ese crecimiento de 1%¡±, valora el economista Ethan Harris.
Los expertos creen que a¨²n puede subir otro 20% frente al euro
Deutsche Bank ofrece una previsi¨®n similar. ¡°Es un crecimiento muy bajo, sobre todo si se piensa que equivale a una tasa trimestral del 0,25%¡±, matiza Binky Chadha. Pese a todo, nadie pronostica una vuelta atr¨¢s a la situaci¨®n vivida con la crisis de la deuda soberana. Peter Fisher, director de BlackRock, no descarta incluso que Europa pueda sorprender positivamente a los mercados a lo largo del pr¨®ximo a?o, pero como producto de las bajas expectativas. ¡°La vara de medir est¨¢ muy baja¡±, se?ala.
Aunque es complicado poner ahora un precio, precisamente por esa incertidumbre, los analistas ven la moneda europea en los 1,20 d¨®lares a lo largo de 2015. Incluso podr¨ªa bajar a los 1,15 d¨®lares en 2016 si la econom¨ªa de la zona euro no mejora. ¡°Entonces es cuando habr¨¢ que preocuparse¡±, advierte Harris, para quien el catalizador de esta fuerte correcci¨®n est¨¢ en el anuncio de compra de deuda realizado por el BCE.
¡°El BCE va a mantener los tipos bajos durante un largo periodo y eso debilita al euro¡±, se?alan desde Credit Suisse. En el caso de la libra esterlina el cambio se mantendr¨¢ estable porque tanto el crecimiento como la pol¨ªtica monetaria del Reino Unido son consistentes con los de EE UU.
En Wall Street recuerdan que cuando el euro se cambiaba a 1,40 d¨®lares hace unos meses, los fundamentales de la econom¨ªa europea eran los mismos. ¡°Pero, de golpe, fue como si el equipo de Mario Draghi estuviera perdiendo credibilidad para mantener el objetivo de inflaci¨®n. Por eso, ahora se est¨¢ viendo obligado a actuar¡±, explica John Shin, analista de divisas en Bank of America.
Nadie en Wall Street tiene un modelo para determinar la direcci¨®n del d¨®lar y de las principales monedas, ya que son muchos los factores en juego. A la espera de ver cu¨¢ndo y de cu¨¢nto ser¨¢ el est¨ªmulo del BCE, el otro gran factor que mover¨¢ los tipos de cambio, coinciden los analistas, ser¨¢ la marcha de EE UU.
La proyecci¨®n de Bank of America es de un crecimiento del 3,3% en 2015, m¨¢s de un punto por encima de lo visto hasta ahora en la recuperaci¨®n. La inc¨®gnita est¨¢ en si la Reserva Federal se adelanta a las expectativas del mercado respecto a los tipos de inter¨¦s. Lo esperado es que encarezca el precio del dinero a mediados de a?o y que vaya levantando el freno de forma gradual.
La historia indica que el billete verde tiene a¨²n margen para apreciarse hasta la primera alza de tipos desde la crisis. Por ello, Credit Suisse anticipa una pausa en la apreciaci¨®n del d¨®lar a mediados de 2015, cuando se materialice la primera subida. A largo plazo, apuesta por una revalorizaci¨®n, especialmente frente al euro, el franco suizo y el yen.
El d¨®lar, se?alan desde Goldman Sachs, "sigue siendo una moneda barata". Lo ¨²nico que podr¨ªa frenar la escalada es que de golpe la actividad en Europa empiece a beneficiarse de la estrategia monetaria expansiva del BCE y del relajamiento fiscal. Adem¨¢s, esperan que las reformas estructurales emprendidas empiecen a estimular la demanda.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.