Merry Christmas, mister president
La felicitaci¨®n navide?a del presidente del Gobierno basada en que ¡°la crisis es historia del pasado y estas Navidades van a ser las primeras de la recuperaci¨®n¡±, como dijo, amenazaba con recordar a la mitad de la poblaci¨®n, a¨²n prisionera, aquel ¡°Merry Christmas, mister Lawrence¡± de los militares japoneses a los soldados brit¨¢nicos en su universo concentracionario.
Porque el error pol¨ªtico-electoral era de bulto, Mariano Rajoy intent¨® rectificar. Bueno. Pero persisti¨® en una equivocaci¨®n pol¨ªtico-econ¨®mica al intentar diferenciar la crisis (otra vez dijo cosa del pasado) de sus ¡°secuelas¡±, a¨²n vivas.
?Por qu¨¦ esa distinci¨®n ser¨ªa conceptualmente err¨®nea? Porque la naturaleza de esta crisis es indistinguible de sus consecuencias. El paro, la depresi¨®n de la capacidad adquisitiva de muchos, la desigualdad rampante, el deterioro de los servicios p¨²blicos indispensables para los m¨¢s d¨¦biles son al mismo tiempo resultado y causa de una crisis mal¨¦fica, por recidivante.
El fen¨®meno nuevo desde la Gran Recesi¨®n es el grado extremo de desigualdad que la acompa?a y que es intr¨ªnseco a ella. ?Por qu¨¦? Porque una devaluaci¨®n monetaria externa ¡ªcomo tantas hubo de la peseta¡ª depreciaba el valor de todos los activos y rentas, inicialmente por igual: seg¨²n el porcentaje en que se devaluaba la divisa propia.
Si la crisis se fue como dice Rajoy, urge un giro social total: recuperar quir¨®fanos, becas, una moratoria en desahucios...
A diferencia de aquella, la devaluaci¨®n interna o reducci¨®n de los precios de activos, patrimonios y salarios, dentro de las fronteras, no es sim¨¦trica. Quienes ostentan patrimonio o mejores rentas pueden sufrir deterioros, pero ser¨¢n selectivos (por ejemplo, para los que abunden en bienes ra¨ªces, en caso de burbuja inmobiliaria), mientras que para los niveles inferiores, la factura es m¨¢s alta en t¨¦rminos de empleo, salarios y bienestar.
Esta crisis, pues, era, y es, indisolublemente econ¨®mica ¡ªbajo crecimiento¡ª y econ¨®mico-social, por generadora de m¨¢s desigualdad. Por eso la recesi¨®n ha pasado, y se va atisbando una recuperaci¨®n, pero la crisis sigue viva y coleando.
?Y si todo lo anterior est¨¢ equivocado, y Mariano tiene raz¨®n? Admitamos que la crisis estuviese superada, y que solo quedasen flecos pendientes. Pues entonces lo que toca es devolver con urgencia a los grandes paganos de su factura el importe de su aportaci¨®n. Y que el primer (encomiable) pacto social, con la ayuda de 426 euros mensuales a unos 400.00 parados de larga duraci¨®n carentes de todo apoyo p¨²blico, se multiplique ya.
Para que eso fuese cre¨ªble, deber¨ªa 1) procurarse que la ayuda llegase a todos los hogares con todos sus miembros en paro (1,8 millones); 2) decretarse una moratoria en las ejecuciones hipotecarias de viviendas habituales a cargo de los bancos (1.200 semestrales) hasta acordar una nueva reforma, dada la dram¨¢tica inutilidad de la actual; 3) recuperarse los 210 millones de euros en que se han reducido las becas escolares en el ¨²ltimo bienio, y volverlas a dotar; 4) reabrirse los centenares de quir¨®fanos cerrados y camas hospitalarias canceladas en verano (1.100 solo en la Castilla-La Mancha de la incorrupta Cospedal). Y...
Incluso si el presidente no tiene raz¨®n, bastante de esto puede hacerse. Y con no tanto dinero.
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