¡°Dise?ar bien una casa es hacer las preguntas adecuadas¡±
La interiorista Isabel L¨®pez, defiende la sencillez y la comodidad
¡°Creo que lo importante en nuestro trabajo es conseguir que las personas se relacionen m¨¢s y mejor¡±. Adem¨¢s de haber ideado un sinn¨²mero de viviendas, Isabel L¨®pez (Barcelona, 1959) es autora de numerosos hoteles, comercios y oficinas. Pero, sobre todo, es una consumada experta en restaurantes. El Celler de Can Roca en Girona, el Gran Molino Real en Paterna (Valencia), el Restaurante Aldaba en Madrid, o los legendarios El Japon¨¦s y el Bar Lobo de Barcelona atestiguan sus recursos. Su idea del espacio pasa por el bienestar de los comensales.
Muchos de esos trabajos los realiz¨® con Sandra Tarruella, con quien form¨® un t¨¢ndem dif¨ªcilmente superable durante a?os. Pero si en su trayectoria profesional ha compartido varios estudios, en su vida privada tambi¨¦n ha vivido en unas cuantas casas: ¡°Seis en total¡±, explica. Con cinco hermanos, una t¨ªa, una asistenta y un perro, se crio en un piso barcelon¨¦s grande ¡°estilo parador nacional¡±, describe. Tal vez la convivencia con tantos hermanos facilit¨® su capacidad para adaptarse a la falta de espacio. ¡°En una casa peque?a hay que resolver bien lo esencial. Proporcionar las estancias y potenciar el lugar en el que se realizan las actividades que nos son m¨¢s placenteras¡±, aconseja.
Cuando se independiz¨®, con 23 a?os, alquil¨® un apartamento de 30 metros cuadrados. ¡°Era piso y estudio y lo compart¨ªa con una amiga¡±. Lo amueblaron con pocos muebles que compraron en Los Encantes, el rastro barcelon¨¦s. Su tercer piso fue el de su novio: un ¨¢tico d¨²plex con vistas sobre Barcelona. ¡°Ten¨ªa parquet de corcho y sof¨¢s de color blanco. Me parec¨ªa lo m¨¢s moderno¡±. En ese piso crecer¨ªan sus hijos.
Cuando ¨¦stos se hicieron mayores, Isabel se separ¨® del dise?ador Ram¨®n Isern y se meti¨® en un piso completamente amueblado ¡°con el menaje y la ropa de cama incluido¡±. Sus amigos no daban cr¨¦dito. Una persona exigente y detallista terminaba viviendo en un espacio con un gusto que no era el suyo. ?La raz¨®n? No quer¨ªa desmantelar la casa de sus hijos llev¨¢ndose muebles. ¡°El cuarto piso lleg¨® cuando se consolid¨® la decisi¨®n de separarnos¡±, explica. Entonces se traslad¨® a un apartamento de alquiler de 70 metros cuadrados en la zona alta de Barcelona y compr¨® algunos pocos muebles, los que tiene hoy. Finalmente, hace dos a?os que adquiri¨® y arregl¨® la planta baja de 80 metros donde vive con su hijo de 24 a?os. Se trata de un antiguo almac¨¦n de pasteler¨ªa que ella rehabilit¨®. ¡°De las sucesivas mudanzas lo ¨²nico que me ha acompa?ado siempre han sido mis libros¡±. Tambi¨¦n ha permanecido un ¨®leo de R¨¢fols-Casamada que se llama L'horitz¨® y le regal¨® su abuela, la mesa ¨®rbita ¡ªdise?ada por su ex marido¡ª y las l¨¢mparas TMM del pionero del dise?o espa?ol Miguel Mil¨¢.
Vivir en varias casas y pensar las de otras personas le ha servido para aprender que ¡°es mucho m¨¢s f¨¢cil dise?ar para los dem¨¢s que para uno mismo. Cuando la vivienda no la tienes que habitar t¨², se trata de formular bien las preguntas para averiguar m¨¢s all¨¢ de los deseos de tu interlocutor. Cuando trabajas para ti no solo tienes que resolver problemas, tienes que detectarlos sin ayuda¡±.
Como m¨¦todo de trabajo aconseja no partir de apriorismos. Ella se adapta a cada cliente y a cada lugar sin dejar de ver y opinar como opina. Por eso, es una profesional sin un sello ¨²nico, aunque con valores muy marcados: ¡°La sencillez y la comodidad siempre me han parecido cualidades imprescindibles para poder habitar las casas¡±. Hoy piensa que tambi¨¦n es imprescindible el pragmatismo. ¡°Quiz¨¢s en el pasado le conced¨ªa menos importancia, pero las cosas se tienen que poder usar con facilidad sin tener que renunciar a la belleza. Rodearme de cosas bellas es una obsesi¨®n¡±, dice y describe as¨ª la cuarta constante de su trabajo.
En las casas que dise?a L¨®pez no manda siempre la misma estancia. ¡°Las distintas ¨¦pocas hacen que el centro de la vida dom¨¦stica cambie de lugar. Puede que durante un tiempo tenga relevancia la cocina y en otro pase a segundo plano y gane importancia el sal¨®n o el dormitorio de cada uno¡±.
¡°La vivienda es uno de los encargos de mayor responsabilidad en nuestra profesi¨®n. De algunas de nuestras decisiones puede depender la felicidad de nuestros clientes¡±, explica. Por eso es importante hablar. Trata de que sus clientes no pongan ejemplos y s¨ª describan sus necesidades. Por ejemplo, ¡°la iluminaci¨®n puede transformar un espacio¡±, cuenta. Es cierto que cuando uno no sabe decir por qu¨¦ est¨¢ a gusto en un lugar, la respuesta suele estar en la luz.
Como dise?adora querr¨ªa estar en las ant¨ªpodas de la impostura porque considera que estar a gusto en un lugar es asegurarle larga vida. Para el futuro, est¨¢ convencida de que sus hijos vivir¨¢n (viven ya) de una manera m¨¢s n¨®mada que nosotros. ¡°Las fronteras desaparecen y el mundo se hace accesible. Sus amistades se encuentran alrededor del mundo y las posibilidades de intercambio de vivienda facilitan esa forma de vida. Creo que mis hijos vivir¨¢n en casas peque?as donde lo esencial ser¨¢ lo importante. Ser¨¢n viviendas bonitas si saben reconocer lo que hace mejor su vida¡±. Aunque eso pueda cambiar en cada momento, es lo que ella ha tratado de ense?arles.
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