Los presidentes y la econom¨ªa
La mejora de la econom¨ªa es sin duda uno de los factores por los que el ¨ªndice de aprobaci¨®n del presidente Obama est¨¢ aumentando
De repente, o al menos eso parece, la econom¨ªa estadounidense tiene mejor aspecto. Hace ya alg¨²n tiempo que las cosas pintan bien pero, a estas alturas, los s¨ªntomas de la mejor¨ªa ¡ªaumento del empleo, un PIB que crece con rapidez, la recuperaci¨®n de la confianza ciudadana¡ª son inconfundibles.
La mejora de la econom¨ªa es sin duda uno de los factores por los que el ¨ªndice de aprobaci¨®n del presidente Obama est¨¢ aumentando. Y es palpable la sensaci¨®n de p¨¢nico de los republicanos, a pesar de su victoria en las elecciones de mitad de mandato. Esperaban presentarse a las de 2016 en medio de un contexto de fracaso; ?qu¨¦ van a hacer si la econom¨ªa marcha bien?
Bueno, ese es su problema. Lo que yo quiero plantear, en cambio, es si todo esto tiene alg¨²n sentido. ?Qu¨¦ influencia ejerce en cualquier caso el ocupante de la Casa Blanca en la econom¨ªa? La respuesta que suelen dar los economistas, al menos cuando no est¨¢n a sueldo de los pol¨ªticos, es ¡° no mucha¡±. ?Pero es esto diferente en esta ocasi¨®n?
Para entender por qu¨¦ los economistas suelen quitarle importancia a la funci¨®n de los presidentes, vamos a repasar un episodio muy idealizado de la historia econ¨®mica de EE UU: la recesi¨®n y recuperaci¨®n de la d¨¦cada de 1980.
La derecha, por supuesto, recuerda esa d¨¦cada como una ¨¦poca de milagros propiciados por el bendito Reagan, que baj¨® los impuestos, conjur¨® la magia de los mercados y condujo al pa¨ªs a una creaci¨®n de empleo jam¨¢s igualada, ni antes ni despu¨¦s. En realidad, los 16 millones de puestos de trabajo que se crearon en Estados Unidos durante el mandato de Reagan solo est¨¢n un poco por encima de los 14 millones que se hab¨ªan creado durante los ocho a?os anteriores. Y durante el mandato de un presidente posterior ¡ªBill como se llame¡ª se crearon 22 millones de puestos de trabajo. Pero ?qu¨¦ m¨¢s dan los n¨²meros?
En cualquier caso, sin embargo, los an¨¢lisis serios del ciclo empresarial de la ¨¦poca de Reagan le dan muy poca importancia a Reagan y destacan, en su lugar, la funci¨®n de la Reserva Federal, que determina la pol¨ªtica monetaria y es en gran medida independiente del proceso pol¨ªtico. A principios de la d¨¦cada de 1980, la Reserva, dirigida por Paul Volcker, estaba decidida a reducir la inflaci¨®n, aun pagando un alto precio por ello; aplic¨® unas medidas m¨¢s estrictas e hizo que se disparasen los tipos de inter¨¦s, lo que situ¨® los tipos hipotecarios por encima del 18%. Lo que se produjo a continuaci¨®n fue una grave recesi¨®n que trajo consigo cifras de paro de dos d¨ªgitos, pero tambi¨¦n acab¨® con la espiral de precios y salarios.
Luego, la Reserva decidi¨® que Estados Unidos ya hab¨ªa sufrido bastante. Afloj¨® un poco las riendas, lo que provoc¨® una ca¨ªda en picado de los tipos de inter¨¦s y un aumento de la construcci¨®n de viviendas. Y la econom¨ªa se recuper¨®. Reagan se llev¨® el m¨¦rito pol¨ªtico del ¡°despertar de Estados Unidos¡±, pero fue Volcker el verdadero responsable tanto de la crisis como del auge econ¨®mico.
La cuesti¨®n es que, normalmente, es la Reserva, y no la Casa Blanca, la que controla la econom¨ªa. ?Pero debemos aplicar esta misma regla al mandato de Obama? No del todo.
Por un lado, la Reserva ha tenido dificultades para coger impulso tras la crisis financiera de 2008, porque la enorme burbuja inmobiliaria e hipotecaria ha tenido como consecuencia que el gasto privado responda relativamente poco a las variaciones de los tipos de inter¨¦s. En esta ocasi¨®n, la pol¨ªtica monetaria ten¨ªa mucha necesidad de apoyarse en un aumento temporal del gasto p¨²blico, lo que significa que el presidente podr¨ªa haber supuesto una gran diferencia. Y as¨ª fue, durante un tiempo; puede que, desde el punto de vista pol¨ªtico, el est¨ªmulo econ¨®mico de Obama haya sido un fracaso, pero la inmensa mayor¨ªa de los economistas cree que ha servido para suavizar la recesi¨®n.
Sin embargo, desde entonces, la devastadora oposici¨®n republicana ha contrarrestado con creces el esfuerzo inicial. De hecho, el gasto federal ajustado seg¨²n la inflaci¨®n y el crecimiento demogr¨¢fico es m¨¢s bajo ahora de lo que lo era cuando Obama accedi¨® al cargo; en el mismo momento del mandato de Reagan, hab¨ªa aumentado m¨¢s de un 20 %. Para que luego digan de la pol¨ªtica fiscal.
Sin embargo, hay otro aspecto en el que podr¨ªamos afirmar que Obama ha supuesto una gran diferencia. A la Reserva le ha costado mucho coger fuerza, pero al menos ha tratado de impulsar la econom¨ªa; y lo ha hecho a pesar de los feroces ataques de los conservadores, que la han acusado una y otra vez de "degradar el d¨®lar" y de sentar las bases para una inflaci¨®n descontrolada. Si Obama no hubiese protegido su independencia, es muy posible que la Reserva hubiera sucumbido a las intimidaciones y subido los tipos de inter¨¦s, lo cual habr¨ªa sido desastroso. De modo que, indirectamente, el presidente ha ayudado a la econom¨ªa al defenderla de las hordas de la restricci¨®n crediticia.
Y por ¨²ltimo, pero no menos importante, aunque podamos pensar que a Obama le corresponde poco o ning¨²n m¨¦rito por las buenas nuevas sobre la econom¨ªa, el hecho es que sus adversarios llevan a?os afirmando que su mala actitud ¡ªse sabe que ha dejado caer, de vez en cuando, que algunos banqueros se han comportado mal¡ª es, de alg¨²n modo, responsable de la mala situaci¨®n econ¨®mica. Ahora que su mandato est¨¢ conociendo un inesperado auge econ¨®mico, no pueden dar marcha atr¨¢s y quitarle toda la responsabilidad sin m¨¢s.
Entonces, ?es el presidente responsable de la aceleraci¨®n de la recuperaci¨®n? No. ?Podemos, no obstante, afirmar que nos est¨¢ yendo mejor de lo que nos ir¨ªa si la Casa Blanca hubiese estado en manos del otro partido? S¨ª. ?Quienes culpaban a Obama de todos nuestros males econ¨®micos parecen ahora unos canallas y unos idiotas? S¨ª, as¨ª es. Y ello se debe a que, en efecto, lo son.
Paul Krugman es profesor de Econom¨ªa de la Universidad de Princeton y premio Nobel de Econom¨ªa de 2008.
? 2015 New York Times Service.
Traducci¨®n de News Clips.
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