La frustrada convocatoria de Pastor

A la ministra de Fomento, Ana Pastor, se le ocurri¨®, como una medida para hacer el bien, convocar a las compa?¨ªas a¨¦reas que operan en Espa?a para pedirles que bajaran los precios de los billetes en consonancia con la ca¨ªda del precio del crudo. De paso, incluy¨® en el paquete a las navieras.

Fue una ocurrencia fallida que gener¨® mucha incomodidad en los dos sectores involucrados, cuyos responsables se apresuraron a advertir de su desatino encabezados por los presidentes de los grupos principales, Luis Gallego, presidente de Iberia, y Juan Jos¨¦ Hidalgo, de Air Europa. ¡°?C¨®mo se le ocurre a un Gobierno que se dice liberal reunir a empresas competidoras para hablar de precios! No deja de ser una concertaci¨®n que no est¨¢ permitida por la ley¡±, levant¨® la voz el responsable de una empresa. ¡°Esto demuestra que no conocen muy bien c¨®mo funciona el sector¡±, inquiri¨® otro, que record¨® que cada empresa tiene su sistema. Y todos, casi al alim¨®n, se?alaron a la ministra que bajo esas premisas no acudir¨ªan a la cita al tiempo que le aclaraban que no puede haber una traslaci¨®n directa de los precios del crudo, ya que compran el combustible a futuro y, muchas veces, se anticipan m¨¢s de un a?o, y que se tienen que fijar en los mercados internacionales de carburantes.

En el fondo, no dejaba de configurarse como un intento de hacer un gui?o electoralista al ciudadano que a pocos pas¨® desapercibido. La propia ministra reconoci¨®, al anunciar su intenci¨®n, que ped¨ªa la colaboraci¨®n, ya que pedir que se pusieran de acuerdo en los precios ¡°ser¨ªa ilegal en un sector liberalizado¡±. En efecto, la normativa comunitaria (directiva 2011/C11/01 de la Comisi¨®n Europea) proh¨ªbe intercambiar directa o indirectamente informaci¨®n sobre costes y precios, incluso a compa?¨ªas con c¨®digo compartido.

Las quejas de intervencionismo no tardaron en agolparse, incluso desde el Gobierno. Cualquier manejo, adem¨¢s, habr¨ªa sido objeto de intervenci¨®n por parte de la Comisi¨®n de la Competencia espa?ola.

As¨ª que Pastor, concienciada ya de que la idea no hab¨ªa sido acertada decidi¨® sostenella y (casi) no enmendalla. Es decir, mantuvo la convocatoria, pero con un ropaje distinto. La llam¨® Pol¨ªticas del sector para 2015 (a¨¦reo o mar¨ªtimo, seg¨²n cada caso). Las compa?¨ªas acudieron, respetuosas, a la cita en el ministerio el jueves, como estaba se?alado. Pero hab¨ªa quedado tan descafeinado que ni siquiera estuvo la ministra, sustituida por el secretario de Estado de Infraestructuras, Transporte y Vivienda, Julio G¨®mez-Pomar.

Tampoco fueron la totalidad de las empresas convocadas. Estuvieron representantes, no necesariamente los presidentes, de Air Europa, Iberia, Iberia Express, Vueling, EasyJet, Air Nostrum, Norwegian y Binter, y de las asociaciones a¨¦reas Aceta, ALA y AECA. Faltaron Ryanair y la poderosa asociaci¨®n internacional IATA. A la reuni¨®n con las navieras, estuvieron Balearia, Fred Olsen, Pullmantur, FRS-Iberia, Trasmediterr¨¢nea, Mediterr¨¢nea Pitiusa, Sercomisa/Trasmapi, Playa Den Bossa, y la patronal del sector, Anave.

Si la convocatoria hab¨ªa sido un disparate el encuentro fue un parip¨¦. Dur¨® menos de una hora cada una. Lo suficiente para que hablaran todos los presentes; pero de lo m¨¢s importante que se trat¨® fue que hab¨ªa que suprimir la exigencia de presentar el DNI al embarcar; la necesidad de llevar el AVE al aeropuerto de Barajas y abordar un recorte de las tasas aeroportuarias. De bajar los precios, nada. Los representantes del ministerio (adem¨¢s de G¨®mez-Pomar, estuvieron el director general de Aviaci¨®n Civil, ?ngel Luis Arias; la secretaria general de Transportes, Carmen Librero, y el presidente de Aena, Jos¨¦ Manuel Vargas, cuya presencia se limit¨® a la reuni¨®n con las aerol¨ªneas por razones obvias) se cuidaron mucho de hacer referencias directas.

G¨®mez-Pomar, que calific¨® la reuni¨®n de ¡°muy positiva¡± por el ¡°intercambio franco de opiniones¡± en declaraciones posteriores a la prensa se esforz¨® en transmitir a los presentes que el ministerio es plenamente consciente de que no puede hablar de estrategias y subray¨® que el objeto de la reuni¨®n era transmitir las oportunidades que la ca¨ªda del crudo puede suponer para que los ciudadanos puedan beneficiarse. Algo que, para las compa?¨ªas, parece elemental, toda vez que mejora la demanda.