Se?ales de confianza
El Gobierno debe impulsar una mejora salarial acompasada con los resultados econ¨®micos, porque no hay recuperaci¨®n sin consumo
Una parte importante de la recuperaci¨®n esperada tiene que proceder del retorno de la confianza empresarial. Hay indicadores que vendr¨ªan a demostrar que los empresarios o, por lo menos, una parte significativa de ellos, ya no ven oscuro el futuro inmediato. Consideran que la situaci¨®n de los pedidos est¨¢ mejorando y que en 2015 crear¨¢n empleo. Este es el sentido general (y esperanzador) que se desprende del Bar¨®metro de Empresas que hoy publica NEGOCIOS. Tambi¨¦n en t¨¦rminos generales se observa que el optimismo crece, aunque todav¨ªa no es general; y que todav¨ªa quedan empresas que este a?o no est¨¢n en disposici¨®n de certificar una mejora. No es necesario subrayar que aunque las perspectivas mejoran, todav¨ªa se contabilizan en Espa?a tres millones de ocupados menos que cuando comenz¨® la crisis.
El lento retorno de la confianza empresarial tiene una explicaci¨®n sencilla: est¨¢n aumentando los pedidos. Hay que insistir en que la recuperaci¨®n de la econom¨ªa no es una cuesti¨®n en primera instancia de austeridad presupuestaria o de especiosas reformas estructurales, cuyos efectos son discutibles y costosos. El cambio de la normativa laboral, por ejemplo, ha bajado los salarios y facilitado los despidos; a cambio de esta nueva legalidad laboral, el BCE ha bajado la prima de riesgo espa?ola (las famosas palabras m¨¢gicas de Mario Draghi). Pero la ca¨ªda de rentas y el elevado desempleo constituyen un obst¨¢culo importante para la recuperaci¨®n plena de la econom¨ªa, precisamente porque frenan el consumo y la demanda.
A pesar de que la pol¨ªtica econ¨®mica aplicada a instancias de Berl¨ªn y Bruselas no ha sido la adecuada ¡ªtiene efectos perversamente proc¨ªclicos¡ª, la reanimaci¨®n del consumo debe interpretarse como un signo esperanzador. Siempre estuvo claro que la recuperaci¨®n de la econom¨ªa solo se conseguir¨¢ cuando las empresas dispongan de un flujo de cr¨¦dito normalizado (entendida la normalidad como un crecimiento de los pr¨¦stamos similar al aumento nominal del PIB) y, sobre todo, cuando tengan la seguridad de que la demanda ser¨¢ suficiente para justificar la inversi¨®n. Coste del dinero, eficiencia marginal del capital y pedidos son los factores decisivos en la decisi¨®n de invertir y, por lo tanto, cruciales para generar empleo. Tales eran por lo tanto los par¨¢metros que la pol¨ªtica econ¨®mica tiene que cuidar; pero en Espa?a se ha venido prestando atenci¨®n exclusiva, supuestamente por razones de urgencia, a los problemas macroecon¨®micos (estabilidad presupuestaria) y se ha marginado la microeconom¨ªa.
Los indicadores m¨¢s recientes muestran la elevada probabilidad de que durante 2015 se intensifique la recuperaci¨®n del consumo y las empresas reciban m¨¢s pedidos. Ya que la pol¨ªtica econ¨®mica durante este a?o (electoral, no se olvide) seguir¨¢ languideciendo sin reformas aut¨¦nticas (liberalizaci¨®n de los mercados, nueva estructura administrativa, reordenaci¨®n fiscal) porque se considera (equivocadamente) que la estrategia de ajustes ha dado resultados, hay que pedir al Gobierno que, al menos, defienda p¨²blicamente una cierta recuperaci¨®n (acompasada a los ritmos de crecimiento de los mercados sectoriales) de las rentas salariales. Porque el consumo y, en consecuencia, la expectativa de que se afiance la recuperaci¨®n, no puede sostenerse durante mucho tiempo si no crece la renta.
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