Crist¨®bal Col¨®n renueva La Fageda
El fundador de la cooperativa de yogures moderniza la f¨¢brica y abre la sucesi¨®n
Crist¨®bal Col¨®n est¨¢ convencido de que hace el mejor yogur del mundo. Y lo consigue gracias a 280 personas y 422 vacas. Lo lleva haciendo desde 1982 en la Garrotxa (Girona). Crist¨®bal Col¨®n (Zuera, Zaragoza, 1949) es el fundador, junto a su mujer, Carme Jord¨¤ Pluj¨¤ ¡ªdirectora asistencial¡ª, de La Fageda, una cooperativa con 168 empleados que sufren alguna discapacidad ps¨ªquica o trastorno mental severo. Sus yogures, ahora tambi¨¦n mermeladas y helados, solo se venden en Catalu?a. Nunca han querido crecer. Y sobre todo no quieren dejar el paisaje de La Fageda d¡¯en Jord¨¤.
Treinta y dos a?os despu¨¦s, llega el momento de retirarse y dar paso a nuevas generaciones. ¡°No me voy inmediatamente¡±, dice Col¨®n. ¡°Queremos hacer un diagn¨®stico preciso de los puestos clave del proyecto y un plan de formaci¨®n para que en un plazo de cinco a?os exista una terna o cuaterna de personas que est¨¦n suficientemente formados y con el perfil adecuado para que uno de ellos pueda ser el l¨ªder del proyecto¡±. Col¨®n quiere que esa persona salga de dentro de La Fageda. Pero no da m¨¢s detalles, ni nombres ni perfiles.
El cambio en el liderazgo va acompa?ado de un lavado de cara de las instalaciones de la finca Els Casals, concretamente una cirug¨ªa est¨¦tica a fondo. En verano se estrenan las reformas, que han obligado a paralizar las visitas que se montan regularmente a la cooperativa. Las obras se centran en una nave de fr¨ªo que permite almacenar hasta dos millones de yogures y una caldera de biomasa que abastecer¨¢ de vapor a todas las instalaciones. Tambi¨¦n se renovar¨¢ la zona de visitantes. ¡°Estamos con un plan de inversiones muy importante. Renovamos los medios f¨ªsicos para los pr¨®ximos 20 o 30 a?os¡±. Col¨®n reconoce que es mucho m¨¢s f¨¢cil invertir en ladrillos que en personas, pero ¨¦l est¨¢ en ambas aventuras. La Fageda, adem¨¢s, mantiene conversaciones con un fondo de capital riesgo denominado Meridia. El fundador de La Fageda matiza para evitar dobles lecturas: ¡°Eso no significa que necesitemos de un fondo de capital riesgo para financiarnos, es Meridia Capital quien est¨¢ interesado en invertir en nosotros¡±.
Se trata de una cooperativa donde 168 de los 280? empleados sufren alguna discapacidad ps¨ªquica o trastorno mental severo
El despacho de Col¨®n, psic¨®logo cl¨ªnico, cuenta con una mesa de madera, una cafetera y un enorme ventanal con vistas a los establos donde las vacas descansan... y trabajan. Escuchan m¨²sica cl¨¢sica: Vivaldi y Bach, entre otros, de nueve de la ma?ana a seis de la tarde. ¡°Desde el principio ten¨ªamos claro lo ten¨ªa que ser La Fageda. Somos un proyecto social cuyo andamio es una empresa. Para nosotros la empresa, el dinero, es un medio y no un fin. Queremos que la gente recupere su dignidad y su autoestima¡±. La Fageda factur¨® en 2013 un total de 14,4 millones de euros, un 18% m¨¢s respecto al ejercicio anterior. Los yogures representan un 88% de su facturaci¨®n. Ellos se enorgullecen de haber dejado de ser la instituci¨®n ¡°donde los tontos de la comarca van a pasar el rato¡±. Y se han convertido en un puntal de la comarca. Producen 55 millones de unidades de yogur al a?o.
Col¨®n asegura que esta crisis, que ha dejado Espa?a con m¨¢s de 5,4 millones de desempleados, no ha sido tan dura para La Fageda. Resultaron mucho peores los seis primeros a?os en los que empezaron con la cooperativa: ¡°Arrancamos el proyecto al rev¨¦s: no ten¨ªamos un duro, no sab¨ªamos hacer nada, ven¨ªamos del manicomio. S¨®lo sab¨ªamos que quer¨ªamos montar una empresa. Y lo hicimos. Con la llegada de esta crisis ocurrieron dos cosas: estamos en el sector de la alimentaci¨®n, que ha sufrido menos, y adem¨¢s la inmensa mayor¨ªa de nuestros consumidores no estaba en el paro¡±.
El cambio en el liderazgo va acompa?ado de un lavado de cara de las instalaciones de la finca Els Casals
Escuchando a este hombre, que adem¨¢s tiene el oficio de sastre, da la sensaci¨®n que todo ha sido un camino de rosas, pero no siempre fue as¨ª. Algo estaba claro: ¡°No pod¨ªamos volver al manicomio. Tirar para atr¨¢s era lo ¨²nico que no pod¨ªamos hacer y eso que nos hemos equivocado muchas veces¡±. Un ejemplo fue la compra de una f¨¢brica de helados en Badalona, que acabaron trasladando la producci¨®n a la Garrotxa. ¡°Nos ha costado aprender a hacer helados, pero por primera vez estamos muy contentos¡±. Col¨®n defiende que La Fageda es una marca honesta: ¡°Aqu¨ª trabajamos con personas con capacidades diferentes y nuestro objetivo es sacarle brillo a las personas. Todos somos capaces de algo, pero no todos servimos para lo mismo. No escondemos quienes somos. Nuestra marca es el resultado de una posici¨®n honesta frente a nosotros mismos. No nos avergonzamos de ser quienes somos, invitamos a la gente a venir a vernos a nuestra casa y les ense?amos la cocina¡±.
El fundador de La Fageda mira con cierta distancia las empresas que practican la responsabilidad social corporativa y se remite a una realidad incontestable: ¡°El mundo no funciona y la gente se da cuenta. Y entonces aparece una corriente para abrir una espita para ayudar a la gente. S¨ª hay personas con dinero que est¨¢n haciendo las cosas bien¡±. Y cita a Bill Gates. ¡°Luego est¨¢n los malos. Pero de cretinos siempre ha habido y siempre habr¨¢. Lo ¨²nico que hay que hacer es quitarles los calzoncillos y ense?ar sus verg¨¹enzas¡±. ?l de momento tiene su propia guerra. Y despu¨¦s lo dejar¨¢. ?Qu¨¦ har¨¢ entonces? ¡°Prepararme para morir. Muerte cierta, momento incierto. Tengo 65 a?os, dentro de seis, 71. La vejez es una etapa misteriosa e ilusionante¡±.
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