El hombre que hundi¨® Wall Street en cinco minutos

El hombre que supuestamente origin¨® en cinco minutos del 6 de mayo de 2010 un descalabro de medio bill¨®n de d¨®lares en Wall Street manipulando a gran escala los mercados financieros tiene 37 a?os, vive en el suburbio londinense de Hounslow y conduce un coche verde destartalado propiedad de sus padres. La polic¨ªa irrumpi¨® a las 12.45 del martes en el adosado de sus padres, donde estaba domiciliada la empresa unipersonal desde la que se realiz¨® el asalto a la Bolsa, y arrest¨® a Navinder Singh Sarao, a petici¨®n de la fiscal¨ªa estadounidense.

Sarao se enfrenta a la extradici¨®n a Estados Unidos, sobre la que est¨¢ previsto que se celebre una audiencia este mi¨¦rcoles en un tribunal londinense, para ser juzgado por fraude y diversos cargos relacionados con la manipulaci¨®n de mercados.

Sarao, seg¨²n el Telegraph, est¨¢ casado y tiene dos hijas. Llevaba una vida discreta en una casa frente a la que ocupaban sus padres desde que la compraron en 1982. La madre trabaja a tiempo parcial en una farmacia y el padre est¨¢ jubilado. Diferentes testimonios de los vecinos, recogidos en la prensa, los describen como una pareja humilde que acud¨ªa cada domingo al templo Sikh en este barrio del suroeste de Londres, a 27 kil¨®metros de la City, habitado por familias humildes de origen indio y banglades¨ª.?

Nada parec¨ªa hacer sospechar a los vecinos que el joven Sarao hab¨ªa amasado, en cinco a?os de especulaci¨®n burs¨¢til, una fortuna de hasta 40 millones de d¨®lares, seg¨²n la Justicia estadounidense, repartida entre sociedades constituidas en diversos para¨ªsos fiscales antillanos, como parte de una estrategia masiva de evasi¨®n fiscal. Sarao, seg¨²n las autoridades norteamericanas, trat¨® de manipular el mercado a trav¨¦s de ¡°t¨¢cticas de burla excepcionalmente grandes, agresivas y persistentes¡± que llev¨® a cabo hasta el pasado 6 de abril. Se trataba, explican, de enga?ar al mercado colocando ¨®rdenes falsas.

Un programa para falsear compras

El acusado, que supuestamente trabajaba en solitario, utilizaba un algoritmo inform¨¢tico autom¨¢tico para fingir que creaba ¨®rdenes de venta, simulando que hab¨ªa m¨²ltiples agentes lanzando ¨®rdenes simult¨¢neamente en la misma direcci¨®n. Algunos d¨ªas hac¨ªa hasta 500.000 libras. Sarao demuestra c¨®mo el sofisticado entramado global financiero sigue siendo vulnerable a las amenazas de agentes individuales. ¡°Solo soy un comerciante de la vieja escuela¡±, explic¨® el a?o pasado a las autoridades brit¨¢nicas, ¡°siempre he tenido buenos reflejos y hago las cosas r¨¢pido¡±. Al margen de su destreza manual, la investigaci¨®n desvel¨® que nueve meses antes de aquel episodio, que hizo temblar la bolsas y se bautiz¨® como flash crash, hab¨ªa solicitado la asistencia de una compa?¨ªa de software para adaptar su programa inform¨¢tico de actuaci¨®n en bolsa.

Sarao admite que realiz¨® un enorme volumen de compras y ventas, aunque defiende que eran genuinas. Pero su actividad hizo saltar las alarmas del Mercantil de Chicago (CME), que fiscaliza las credenciales de los agentes que, como Sarao, compran y venden en el mercado. Cuando este organismo le interrog¨® sobre su actividad, Sarao escribi¨® a su broker un correo electr¨®nico. ¡°Acabo de llamar al CME¡±, le asegur¨®, ¡°y les he dicho que me besen el culo¡±.