Lucha por una buena reputaci¨®n
Las empresas de trabajo temporal se han consolidado y han mejorado su imagen
Si las estad¨ªsticas de las empresas de trabajo temporal no mienten, 2014 fue el a?o de la recuperaci¨®n econ¨®mica. En plena salida de la crisis, las compa?¨ªas que se dedican a la intermediaci¨®n laboral generaron 2,6 millones de contratos, seg¨²n los datos del Ministerio de Trabajo. Solo en 2007 tuvieron un ejercicio con mayor producci¨®n (2,7 millones de contratos de puesta a disposici¨®n) desde su desembarco en Espa?a, all¨¢ por los a?os noventa. Fue aquel un estreno agrio del que todav¨ªa, admiten sus directivos, la imagen de las ETT no se ha recuperado totalmente. Los sindicatos no se lo pusieron f¨¢cil. Pero tampoco las condiciones con las que se hicieron un sitio en el ya por entonces maltrecho mercado laboral: primero la desregulaci¨®n y despu¨¦s una legislaci¨®n permisiva estrenada en 1994 hicieron posible que en una misma compa?¨ªa pudieran trabajar codo con codo dos empleados con n¨®minas muy diferentes. Uno, el de la propia empresa, con el salario del convenio de la compa?¨ªa o el del sector a que pertenezca. Otro, cedido por la ETT, con un salario mucho m¨¢s reducido, basado en la negociaci¨®n colectiva del sector del trabajo temporal.
Acusaciones
¡°Nos acusaban incluso de quedarnos con una parte del salario que ten¨ªa que cobrar el empleado¡±, recuerda Manuel Sol¨ªs, director general de Manpower. ¡°Aquello nos gener¨® muchos problemas y mala fama¡±, reconoce el directivo, quien sostiene que en 2000, con el cambio de ley que forzaba a la equiparaci¨®n salarial, se empez¨® a dar un vuelco a la situaci¨®n. No solo porque se pon¨ªa punto y final a la injusticia social que aquello significaba ¨Cluego reabierta por algunos convenios de empresa¨C, sino porque la nueva situaci¨®n permit¨ªa hacer pedagog¨ªa entre las empresas que acud¨ªan a las ETT en busca de mano de obra m¨¢s barata de la que se pod¨ªan asegurar a trav¨¦s de la contrataci¨®n directa. Ten¨ªan que pagar por el servicio que les prestaban.
Las firmas de intermediaci¨®n laboral generaron 2,6 millones de contratos el a?o pasado, la segunda mayor cifra
En los poco m¨¢s de veinte a?os que han transcurrido desde el estreno de las compa?¨ªas privadas de colocaci¨®n, sus clientes han pasado de poder reducir su gasto en recursos humanos acudiendo a las ETT a tener que pagar alrededor de un 20% de recargo por los servicios prestados. Las empresas de trabajo temporal han dejado de ser unas meras bolsas de trabajo para convertirse en firmas que seleccionan personal especializado, dan formaci¨®n (el 1,25% de su masa salarial la tienen que invertir en ese objetivo) y deben trabajar la prevenci¨®n de riesgos salariales. Y, dicen las compa?¨ªas, han servido para aflorar econom¨ªa sumergida.
Poca penetraci¨®n
¡°Pero quiz¨¢ hace falta hacer mucha m¨¢s pedagog¨ªa¡±, explica Santiago Soler, secretario general de Adecco. Se refiere a que, pese a los avances normativos y coyunturales, a las ETT espa?olas les cuesta hacerse un sitio entre la alta temporalidad que caracteriza al mercado laboral espa?ol. ¡°La siguiente evoluci¨®n del sector¡±, dice, ¡°deber¨ªa ser conseguir esa mayor penetraci¨®n en el empleo, entendiendo que eso genera beneficio para nuestros clientes, las empresas, y para las Administraciones p¨²blicas¡±. Un informe elaborado por la patronal del sector, Asempleo, revelaba que la tasa de penetraci¨®n de las ETT en Espa?a (el cociente de los contratos a tiempo completo intermediados por estas compa?¨ªas y el total de ocupados) es de un 0,6%.
Ese porcentaje ha sufrido vaivenes durante los a?os, pero nunca ha logrado situarse en porcentajes similares a los de otros pa¨ªses europeos, donde puede llegar a ser un punto superior. Ni con la ¨²ltima evoluci¨®n superada en el ¨²ltimo lustro, cuando las compa?¨ªas pudieron empezar a dar servicio a sectores vetados ¨CAdministraciones p¨²blicas, salud y construcci¨®n¨C, se ha logrado conseguir esas cifras, si bien es cierto que la cuasi liberalizaci¨®n total del sector ha coincidido con la gran recesi¨®n, que ha emborronado las estad¨ªsticas del negocio: la actividad cay¨® un 37% entre 2007 y 2009 para despu¨¦s empezar a recuperarse.
El discurso de Andreu Crua?as, presidente de Asempleo, evita vincular la contrataci¨®n por ETT a precariedad laboral, por la alta temporalidad que est¨¢n obligadas a gestionar. ¡°Entre el 30% y el 40% de las personas que logran un trabajo a trav¨¦s de un contrato de puesta a disposici¨®n acaban qued¨¢ndose en la compa?¨ªa¡±, defiende, para posteriormente asegurar que las empresas del sector ¡°gestionan el 15,5% de las colocaciones registradas en Espa?a, por un 2,1% del que se encargan los servicios p¨²blicos de empleo¡±.
Colaboraci¨®n
Ese es precisamente el ¨²ltimo basti¨®n que le falta asaltar al sector, la colaboraci¨®n p¨²blico-privada, la posibilidad de que las ETT puedan colaborar, con contraprestaci¨®n econ¨®mica, en la colocaci¨®n de parados apuntados a las listas oficiales del paro. La ley que lo permit¨ªa se cre¨® en 2010, con el Gobierno de Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero, pero no fue hasta 2012, con Mariano Rajoy, cuando se habilit¨®. ¡°Est¨¢ en marcha, pero estamos esperando. Por ahora su puesta en funcionamiento no ha tenido un gran calado¡±, se?ala Soler.
Y mientras, el sector sigue faj¨¢ndose de la mala imagen del pasado y de algunas pr¨¢cticas del presente que condicionan su reputaci¨®n: las empresas de servicios, a veces vincu?ladas a otras ETT, que entran en determinados sectores con el ¨²nico fin de reventar los precios. Las consecuencias se repiten: empleados con sueldos baj¨ªsimos respecto a otros que trabajan a su lado. ¡°No me parece de recibo que abaratemos el coste de la mano de obra a trav¨¦s de empresas ficticias con convenio propio y hay empresas de trabajo temporal que lo est¨¢n haciendo con filiales de externalizaci¨®n de servicios¡±, denuncia Sol¨ªs.
A la caza del directivo
Antes incluso que las ETT aparecieron en Espa?a las compa?¨ªas de b¨²squeda de directivos, las denominadas headhunters. Es una pr¨¢ctica que empieza a desarrollarse en los a?os setenta, pero que vive su aut¨¦ntico boom a partir de los a?os noventa, cuando la externalizaci¨®n de la b¨²squeda de ejecutivos alcanza cotas de entre el 25% y el 30%, con puntas en los tiempos de bonanza econ¨®mica, en los que el talento es cada vez m¨¢s buscado. "Una de las revoluciones que ha vivido el sector desde su estreno en Espa?a es que el periodo para encontrar a un directivo se ha acortado a la mitad: de los seis meses como m¨ªnimo de hace dos d¨¦cadas a los dos o tres meses que puede suponer buscar a un ejecutivo actualmente", explica Jaime Asnai, director ejecutivo de PageGroup. La irrupci¨®n de las nuevas tecnolog¨ªas y de las redes sociales vinculadas al mundo de la empresa (como Linkedin) han agilizado los procesos y han ampliado los mercados donde buscar directivos. De los faxes o las citas cara a cara que eran necesarios hace a?os para intercambiar documentaci¨®n confidencial se ha pasado ahora a los correos electr¨®nicos o las entrevistas v¨ªa Skype. Adem¨¢s, los headhunters se han especializado por sectores, lo que permite afinar las b¨²squedas.
Las nuevas necesidades tambi¨¦n han originado nuevas f¨®rmu?las de contrataci¨®n, el llamado interin management. Son directivos, sobre todo de ¨¢reas de recursos humanos, finanzas e ingenier¨ªa, que llegan a la compa?¨ªa con el objetivo de estar entre 6 y 12 meses y dar un giro de 180 grados a su actividad. "Se trata de tomar decisiones muy objetivas, aisladas de las habituales de la empresa y muchas veces dr¨¢sticas", se?ala Asnai, quien reconoce que a veces s¨ª que hay que contratar a un ejecutivo temporal con consciencia de que cuando se marche dejar¨¢ una situaci¨®n de tierra quemada.
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