Herej¨ªa en el monasterio
Los banqueros centrales priorizan crecer y crear empleo, m¨¢s que la inflaci¨®n
Ha sucedido en este monasterio de Penha Longa, fundado en 1355 por el fraile jer¨®nimo Vasco Martins, junto a Sintra (Portugal). Un centenar de banqueros centrales, macroeconomistas y otras gentes de mal vivir han perpetrado una bendita herej¨ªa colectiva. Una herej¨ªa que atenta contra la religi¨®n monetaria ortodoxa, de matriz ordoliberal alemana, seg¨²n la cual el control de la inflaci¨®n debe ser la ¨²nica misi¨®n de la pol¨ªtica monetaria, a imagen del mandato del Bundesbank. Y, de forma mucho m¨¢s matizada, del Banco Central Europeo (BCE), convocante de la ceremonia.
Ponentes e intervinientes apasionados han resucitado la (hoy arrinconada) neokeynesiana curva de Phillips, aquella que relacionaba empleo e inflaci¨®n, seg¨²n un automatismo: a mayor inflaci¨®n, menor paro, y a la inversa. Han hablado de c¨®mo combatir el desempleo, y no solo deprimiendo salarios sino incrementando la productividad por la v¨ªa de la innovaci¨®n y la tecnolog¨ªa. Y han empezado a reivindicar que los bancos centrales se preocupen m¨¢s de la producci¨®n, el crecimiento y el empleo que de la estabilidad de precios, un vuelco muy significativo que corona, exactamente nueves meses despu¨¦s ¡ªun embarazo exitoso¡ª el discurso reformista de Mario Draghi en Jackson Hole, del pasado 22 de agosto.
Claro que no hubo unanimidad, y se oyeron en la sala algunas objeciones, muy germanas. Pero los ponentes compartieron sinton¨ªa. As¨ª, Olivier Blanchard (FMI) demostr¨® que "cada recesi¨®n ha ido seguida de crecimientos m¨¢s bajos que los del nivel precrisis", de forma que "la pol¨ªtica monetaria deber¨¢ centrarse en estabilizar el diferencial de producci¨®n (output gap) m¨¢s que en la inflaci¨®n".
"Una pol¨ªtica monetaria dise?ada bajo un ¨²nico mandato est¨¢ mal equipada, la misi¨®n solitaria de estabilizar precios puede producir p¨¦rdidas permanentes de producci¨®n y empleo", ratific¨® el profesor Laurence Ball, de la John Hopkins. "La pol¨ªtica monetaria ¨®ptima debe dise?arse contra una regla simple, y dar m¨¢s peso a la estabilidad del paro y menos a la inflaci¨®n", concord¨® Jordi Gal¨ª (de la Pompeu Fabra), "aunque sea a costa de una mayor inflaci¨®n de salarios y precios, que en todo caso ser¨¢ peque?¨ªsima".
En igual l¨ªnea sorprendi¨® menos (pues lo sostiene desde hace mucho) el secretario del Tesoro con Bill Clinton, Larry Summers, cuando recomend¨® a la UE un combinado de reformas estructurales, est¨ªmulo inversor y tipos de inter¨¦s reducidos "que facilite la expansi¨®n fiscal (presupuestaria) especialmente en los Estados miembros que disponen de margen".
Alg¨²n representante oficial de los convocantes se esforz¨® en matizar que "la discusi¨®n sobre el mandato" de Francfort a veces "es exagerada". Hablaba en aras del respeto a la normativa del BCE. Y ten¨ªa raz¨®n, porque sus estatutos no prescriben solo una pol¨ªtica monetaria orientada a la estabilidad de precios, sino tambi¨¦n al servicio de los dem¨¢s objetivos de la pol¨ªtica econ¨®mica europea, y por tanto del crecimiento sostenible y el empleo. Ocurre que el acento, el ¨¦nfasis, el matiz, est¨¢n cambiando. Con los precios por los suelos y el desempleo por las nubes, este cambio ser¨¢ todo, menos il¨®gico.
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