El riesgo de desmontar un modelo tur¨ªstico de ¨¦xito
El per¨ªodo pol¨ªtico que se est¨¢ viviendo, en Espa?a y en otros pa¨ªses, de relevo de los gestores p¨²blicos puede implicar no s¨®lo una sustituci¨®n de personas sino tambi¨¦n un cambio dr¨¢stico en los modelos de gesti¨®n p¨²blica. Cuando los ciudadanos han decidido democr¨¢ticamente que se produzcan estos relevos, nadie puede objetar la necesidad de que se produzcan, y s¨®lo leg¨ªtimos pactos democr¨¢ticos impedir¨ªan que se llevaran a cabo. Lo que finalmente ocurra tendr¨¢, sin duda, consecuencias importantes para un sector, el turismo, que ha demostrado ser el tractor principal de la incipiente recuperaci¨®n econ¨®mica.
En una reuni¨®n que, como presidente de Miembros Afiliados de la OMT, me correspond¨ªa moderar, representantes empresariales internacionales nos preguntaban a los espa?oles, las razones del ¨¦xito de nuestro turismo sin ocultar una sana envidia por las cifras alcanzandadas y por el peso que la industria tur¨ªstica espa?ola hab¨ªa logrado, en la econom¨ªa nacional y en el sector tur¨ªstico mundial. Se gener¨® un curioso debate y se cuestion¨®, incluso, si ese ¨¦xito era tal y que las cifras de visitantes no pod¨ªan determinar el ¨¦xito o el fracaso de un destino tur¨ªstico. Aqu¨ª surgen las diferentes valoraciones que, desde el sector p¨²blico o privado, se hace sobre la evoluci¨®n de un destino tur¨ªstico.
Deber¨ªa actuarse con mucho cuidado antes de introducir cambios en un sector del que viven tantos ciudadanos
La preocupaci¨®n p¨²blica est¨¢ vinculada a la generaci¨®n de empleo ¡ªque lo genera el sector privado¡ª y al incremento anual del n¨²mero de visitantes. Por contra, el sector privado tur¨ªstico, como cualquier otro, tiene como objetivo prioritario la rentabilidad de sus empresas, que s¨®lo puede alcanzarse si, desde el sector p¨²blico, se dan los pasos necesarios para convertir un destino tur¨ªstico en un espacio amable, limpio, seguro, con conexiones adecuadas y con atractivos para invitar a los visitantes a repetir una experiencia que hayan vivido como ¨²nica.
Lo que pueden parecer objetivos diferentes, tras un an¨¢lisis sosegado, permite concluir que el ¨¦xito de un destino tur¨ªstico depende de la colaboraci¨®n p¨²blico-privada real y de la implicaci¨®n de la poblaci¨®n local con la filosof¨ªa y los objetivos propuestos. Si esto es as¨ª, los sucesivos gobiernos que gestionen ese territorio deber¨ªan apostar por dar continuidad a los proyectos consensuados por la sociedad a la que representan.
En Espa?a tenemos dos ejemplos que siendo muy diferentes son fruto de estudio por los expertos tur¨ªsticos de todo el mundo. Barcelona como destino urbano y Benidorm como destino vacacional, representan dos casos de ¨¦xito, no s¨®lo por el n¨²mero de visitantes sino porque, indudablemente, han afrontado la estacionalizaci¨®n creando un producto de 365 d¨ªas. Si alrededor de esa actividad, miles de familias han organizado su vida, deber¨ªa actuarse con mucho cuidado antes de introducir cambios que ponga en peligro, no ya la rentabilidad de algunas empresas, que tambi¨¦n, sino sobre todo el modus vivendi de muchos ciudadanos vinculados al sector tur¨ªstico espa?ol.
Miguel Mirones es presidente de Miembros Afiliados de la OMT
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