Una gota en el oc¨¦ano del fraude

No se trata de un aut¨®nomo despistado que oculta un ingreso o infla un gasto, no. Es un servicio de profesionales de primera, equipados tecnol¨®gicamente y con buen conocimiento de causa (know-how fiscal) al servicio de la defraudaci¨®n masiva.

Y por eso es estupendo que empiecen a pillarles: ya se sabe, cuando ellos no ingresan lo que deben, toca m¨¢s cuota a los paganos habituales. Estupendo como preludio, como vitamina moral, no como victoria final.

Porque al cabo, rescatar 775 millones de euros es pescar una gota en el inmenso oc¨¦ano del fraude fiscal espa?ol, cercano a los 70.000 millones anuales: m¨¢s de un 20% de PIB sumergido, 200.000 millones, a un tipo medio del 30%-35%, eso. Pero cada gota cuenta. Y mucho: para ayudar a cuadrar las cuentas, para evitar el des¨¢nimo del contribuyente.

Este logro indica que, incluso en la confusi¨®n y atraso de nuestro sistema fiscal, cuando se hace un buen plan de inspecci¨®n, se obtienen resultados. Especialmente si se aprovecha la moderna tecnolog¨ªa inform¨¢tica de que dispone la Hacienda espa?ola, capaz de cruzar datos mejor que otras vecinas, porque es muy joven. Data de la Transici¨®n.

Joven, pero enana. Se gasta tan poco en ella, que Espa?a es uno de los farolillos rojos de la OCDE medido en el coste de la gesti¨®n fiscal en relaci¨®n con lo recaudado. Y en porcentaje del PIB, Espa?a dedica a la lucha contra el fraude un tercio de lo que Francia y menos de la mitad que Alemania (Problemas de la Agencia Tributaria en la lucha contra el fraude fiscal, inspectores de Hacienda del Estado, 2013; ¡°?Hacienda somos todos?¡±, Francisco de la Torre, Debate. Barcelona, 2014).

Peor a¨²n: se gasta cada vez menos. La Agencia Tributaria (AEAT) tuvo siempre entre 1996 y 2011, m¨¢s de 27.000 empleados y funcionarios (27.613 en 2011, a¨²n con Zapatero). Desde entonces capotaron, hasta los 25.742 en 2014, un 6,44% menos que en 1996 y un 6,78% inferior a 2008. De modo que las mejoras recaudatorias se deben al ingenio, la dedicaci¨®n y la mejora de la productividad de un aparato precario, no a una decisi¨®n pol¨ªtica de mejorar su dotaci¨®n tercermundista. Si cualquier operaci¨®n especial de la AEAT resulta rentable, ?por qu¨¦ no invertir para hacer de verdad rentable toda la agencia, como si estuvi¨¦ramos en Francia, o en Alemania?

Y, despu¨¦s, hay que galopar hacia la Uni¨®n fiscal en toda Europa. Tambi¨¦n de los impuestos m¨¢s afectados por la operaci¨®n que comentamos, IVA y Sociedades. Un mercado ¨²nico no puede funcionar arm¨®nicamente si tiene agujeros, brechas e intersticios por los que los optimizadores y elusores se cuelan. Estos agujeros son las diferencias de tipos impositivos: en Sociedades, del 10% en Bulgaria al 38% en Francia; en el m¨¢ximo del IVA, desde el 15% luxemburgu¨¦s y el 18% malt¨¦s al 27% de Hungr¨ªa; en IRPF, de un marginal tope del 10% de Bulgaria a un 56,9% en Suecia.

?Habr¨¢ que recordar que con impuestos b¨²lgaros no se pueden financiar escuelas escandinavas?