¡°Nunca ha habido tanta desigualdad¡±
El economista Branko Milanovic alerta de los peligros que entra?a la brecha econ¨®mica para los pa¨ªses, a los que asegura que carcome y destruye
![Ana Carbajosa](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/https%3A%2F%2Fs3.amazonaws.com%2Farc-authors%2Fprisa%2Ffaa5ff7d-a4e8-4b2a-b4a6-1ef4ab0a9aff.png?auth=ef2a89c10c92e5f4e9532ee335711f7688a510091f8be84eae96b557d58db555&width=100&height=100&smart=true)
![Branko Milanovic, en la azotea de la Fundación Rafael del Pino durante una vista a Madrid este verano.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/X4DXRJ4DH3AVSKU35YXLDFXBJQ.jpg?auth=91ef111ab16117b9172ccb9f5df47fe45e4861c40bac1b94843186a4ffc50eea&width=414)
Branko Milanovic tiene el mundo en la cabeza. Su pensamiento es como su trayectoria, global. Hace a?os que este hombre piensa en c¨®mo se reparte la riqueza en el mundo y en qu¨¦ significa para los pa¨ªses, pero sobre todo para las personas eso que llamamos globalizaci¨®n. En su campo, este economista serboestadounidense es una eminencia que ha hecho casi de todo y al que se escucha con atenci¨®n. Ha sido el director econ¨®mico del departamento de investigaci¨®n del Banco Mundial (1991, 2013) y profesor en las m¨¢s prestigiosas universidades ¡ªahora imparte clases en la City University de Nueva York¡ª. Milanovic, de 61 a?os, no alberga ninguna duda de que esta es la era m¨¢s desigual de la historia y de que esa brecha resulta un peligro para todos, tambi¨¦n para las clases medias. De que m¨¢s all¨¢ de cuestiones morales, la desigualdad es una plaga que carcome pa¨ªses y destruye sociedades. Ahora le preocupa el destino de Europa. ¡°Hay una enorme falta de entendimiento entre el sur y el norte¡±, sentencia el autor de Los que tienen y los que no tienen (Alianza Editorial), que en mayo presenta Global inequality: A new approach for the age of globalization [Desigualdad global: una nueva aproximaci¨®n en la era de la globalizaci¨®n], durante una reciente visita a Madrid, donde imparti¨® una conferencia en la Fundaci¨®n Rafael del Pino.
Pregunta.?Hemos convivido con la desigualdad con cierta comodidad durante a?os. ?Por qu¨¦ de repente parece importarnos?
Coordenadas
Un libro. 'Anna Karenina'. Muestra c¨®mo las normas sociales destrozan el amor y a la gente.
Una voz. "Karl Marx, el cient¨ªfico social m¨¢s influyente de la historia".
Una certeza. "La mayor¨ªa de nuestras creencias y actitudes est¨¢n determinadas por la sociedad, por d¨®nde has nacido y vivido. Por lo tanto, considero las ciencias sociales mucho m¨¢s importantes que las centradas en el individuo".
Respuesta.?La crisis ha supuesto un gran cambio. La desigualdad en la mayor¨ªa de los pa¨ªses desarrollados, sobre todo en Reino Unido y Estados Unidos, ha ido creciendo desde los ochenta. Espa?a no ha sido el ¨²nico caso. Aqu¨ª hab¨ªa una desigualdad plana, es decir, no aumentaba. Lo que ha pasado con la crisis es que se fren¨® el crecimiento en los ingresos de mucha gente o incluso disminuyeron y se dieron cuenta de que hab¨ªa grupos de gente por arriba que ten¨ªan ingresos mucho mayores y que adem¨¢s hab¨ªan estado creciendo durante 20 a?os. Eso ha acabado trayendo este asunto al primer plano. Hay otros elementos adicionales. Si nos fijamos en EE UU, un poco como en Espa?a, all¨ª los bancos fueron rescatados con dinero del contribuyente. La gente ve¨ªa c¨®mo para los tipos ricos, el Estado era una garant¨ªa. Ve¨ªa c¨®mo cuando las cosas no iban bien, a los contribuyentes les tocaba pagar, pero cuando iban bien, no se beneficiaban. Luego estall¨® la burbuja inmobiliaria a los ciudadanos y los que dejaron de poder pagar su hipoteca empezaron a preguntarse por qu¨¦ otros s¨ª pod¨ªan pagar las suyas. Los expertos conoc¨ªamos bien la dimensi¨®n de la desigualdad, la diferencia es que no era una cuesti¨®n social como es ahora.
P.?M¨¢s all¨¢ del umbral moral de cada uno, ?por qu¨¦ debe preocuparnos la desigualdad?
La brecha econ¨®mica es venenosa, destroza las sociedades y es perjudicial para la democracia
R.?Debemos preocuparnos porque hay muchas evidencias de que la desigualdad no es buena para el crecimiento. Crea divisiones sociales y si a los ricos no les interesa financiar la educaci¨®n, hospitales o carreteras, la desigualdad aumenta. Si hay desigualdad de oportunidades, pierdes adem¨¢s a mucha gente inteligente y esa no es una buena idea en t¨¦rminos econ¨®micos. Y luego est¨¢ la cuesti¨®n de la cohesi¨®n social. Los pa¨ªses con mucha desigualdad puede que legalmente sean un solo pa¨ªs, pero en realidad est¨¢n profundamente divididos y no pueden funcionar ni existir como sociedades. Por eso, no se trata de que nos guste m¨¢s o menos la desigualdad, es que es venenosa, destroza las sociedades y es perjudicial para la democracia.
P.?Usted defiende que no todas las grandes fortunas del mundo son iguales, que debemos diferenciar entre los creadores, que aportan a la sociedad, y los depredadores, que solo vampirizan. ?De qu¨¦ sirve etiquetar?
R.?Por un lado, est¨¢n los ultrarricos que crean cosas como puede ser Microsoft. Luego est¨¢n los que disfrutan de los monopolios del Estado y los que han heredado su riqueza. Por ¨²ltimo, est¨¢n los que utilizan el poder pol¨ªtico para hacerse ricos, como Berlusconi. Diferenciarlos ayuda a ejercer presi¨®n social para modificar los comportamientos. Yo, adem¨¢s, soy partidario de subir los impuestos de sucesiones al m¨¢ximo.
P.?Dice tambi¨¦n que cerca del 80% de los ingresos de una persona dependen de d¨®nde haya nacido y de la clase social a la que pertenezcan sus padres. Seg¨²n esos c¨¢lculos, no parece que le quede demasiado margen a la pol¨ªtica para promover la movilidad social.
Sus ingresos dependen en m¨¢s de un 50% de que usted haya nacido en Espa?a.
R.?Globalmente, sus ingresos dependen en m¨¢s de un 50% de que usted haya nacido en Espa?a. Del resto, el 20%, de qui¨¦n sean sus padres, y solo luego viene el esfuerzo, la suerte, la raza y el g¨¦nero. Si miramos solo a Espa?a, no en el contexto global, las cifras evidentemente var¨ªan. En cualquier caso, lo que m¨¢s pesa son elementos ex¨®genos que no tienen que ver con la meritocracia. Ortega y Gasset ten¨ªa raz¨®n. Uno es uno y sus circunstancias.
P.?Si pudiera elegir, ?en qu¨¦ pa¨ªs nacer¨ªa?
R.?Luxemburgo ser¨ªa una buena opci¨®n, porque cuanto m¨¢s rico el pa¨ªs, mejor. Estados Unidos, otra. Luego obviamente est¨¢n los pa¨ªses con un buen acceso a los bienes p¨²blicos, como los pa¨ªses n¨®rdicos. Nacer en Espa?a no es una mala opci¨®n.
P.??En una era tan globalizada, es posible atajar la desigualdad en el ¨¢mbito nacional?
R.?La desigualdad comienza en el ¨¢mbito nacional, donde act¨²an los Gobiernos, pero luego est¨¢ la ayuda internacional o la inmigraci¨®n que desdibuja las fronteras. La inmigraci¨®n es el resultado de una globalizaci¨®n muy desigual. Nunca en la historia hab¨ªa habido tanta desigualdad. La globalizaci¨®n tambi¨¦n hace que sea m¨¢s barato y m¨¢s f¨¢cil emigrar a otro pa¨ªs.
P.?Usted defiende que no puede haber libre circulaci¨®n de bienes y servicios sin libre circulaci¨®n de personas. Europa parece ir en direcci¨®n contraria. El Mediterr¨¢neo se ha convertido en una fosa com¨²n, mientras los gobernantes pelean en Bruselas por ver qui¨¦n acoge a menos refugiados.
La situaci¨®n migratoria es catastr¨®fica por la falta absoluta de pol¨ªticas.
R.?Me impresion¨® mucho cuando en Italia vi por primera vez a gente viviendo y cocinando en un parque. El problema es especialmente complicado porque Europa, a pesar de ser muy rica, est¨¢ en crisis y, a diferencia de Estados Unidos, no est¨¢ acostumbrada a ser un pa¨ªs de acogida sino de emigrantes. Pero la gran cuesti¨®n son los cambios demogr¨¢ficos que har¨¢n que, en 30 a?os, en ?frica subsahariana haya el triple de poblaci¨®n que en Europa. Por eso, a largo plazo, no hay manera de evitar este problema. La ¨²nica soluci¨®n es un sistema de cuotas, un sistema ordenado en el que los pa¨ªses emisores contribuyan a controlar el n¨²mero de personas que salen. La situaci¨®n ahora es catastr¨®fica por la falta absoluta de pol¨ªticas. Lo ¨²nico que les interesa es devolverlos a otros pa¨ªses. Hay que entender que la inmigraci¨®n no nace de la nada, que es un movimiento de trabajadores paralelo a la libre circulaci¨®n de mercanc¨ªas y servicios. No podemos querer una cosa y no la otra. No podemos mantener una globalizaci¨®n selectiva.
P.?Hablemos de Europa. Usted ha sido un firme defensor de la adhesi¨®n de los Balcanes a la Uni¨®n Europea. Hace ya algunos a?os que el optimismo de las ampliaciones se ha esfumado y marchamos m¨¢s bien en sentido contrario, con la eurofobia avanzando a buen ritmo en pleno coraz¨®n de la Uni¨®n.
R.?Soy pesimista. Hace 20 a?os, Europa era un proyecto que se consideraba muy beneficioso. Hab¨ªa una convergencia de pa¨ªses como Espa?a, Portugal, Grecia o Polonia. Pero Europa ha cometido dos grandes errores: Ucrania, que ha puesto a Rusia en una posici¨®n imposible, y la guerra de Libia. Luego lleg¨® la crisis griega. Hay una gran fatiga respecto a la ampliaci¨®n, pero dejar a los Balcanes fuera solo exacerbar¨¢ la inestabilidad en un contexto de nueva guerra fr¨ªa. Est¨¢ claro que los Balcanes son el lugar donde Occidente y Rusia van a chocar. Es otra fuente de inestabilidad con la que la UE no sabe qu¨¦ hacer.
P.??C¨®mo interpreta la crisis de la eurozona? ?Cree como dicen algunos que cuestiona la propia existencia del sistema?
R.?Esta crisis va a dejar mal sabor de boca a muchos y la pol¨ªtica de los alemanes tendr¨¢ un efecto psicol¨®gico negativo. No va a desaparecer, pero si al final seis pa¨ªses del norte de Europa van a quedar dentro de la eurozona, no tiene sentido. Pero lo que est¨¢ claro es que el proyecto entero est¨¢ paralizado y, en algunos aspectos, en retroceso. Las percepciones entre el sur y el norte de Europa son tremendamente diferentes.
P.?En Espa?a parece que estamos dejando atr¨¢s la fase m¨¢s aguda de la crisis. La imagen que emerge despu¨¦s de la cat¨¢strofe es la de un pa¨ªs m¨¢s desigual. ?Hasta qu¨¦ punto es este un escenario poscrisis t¨ªpico? ?C¨®mo ve el futuro de Espa?a?
R.?Las cosas deber¨ªan mejorar a partir de ahora. El panorama pol¨ªtico ha cambiado. Es el ¨²nico pa¨ªs en el que han surgido dos nuevos partidos y eso es bueno. Llega gente nueva que no trae la mochila de la corrupci¨®n. Lo que est¨¢ pasando en Grecia no sirve como referencia para la izquierda espa?ola, porque no han tenido tiempo de hacer pol¨ªtica, son bomberos. Ser¨¢ interesante ver c¨®mo se redefine la izquierda.
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