P¨ªldoras para la felicidad
Una empresa catalana factura m¨¢s de un mill¨®n de euros con golosinas para adultos
En la c¨¦ntrica calle dels Arcs, en Barcelona, no solo se venden zapatos y ropa. Desde hace ocho a?os, los miles de turistas y viandantes que pasan por una de las principales zonas de compras de la ciudad pueden hacer una parada en un peque?o local blanco y rosa para adquirir un ¡°remedio contra el mal de amores¡±, un frasco contra ¡°los tel¨¦fonos que no suenan¡± u otro para despu¨¦s de una noche loca. Quienes no est¨¢n familiarizados con Happy Pills entran a preguntar si se trata de una farmacia o una perfumer¨ªa. Los clientes habituales, en cambio, ya saben que lo que encontrar¨¢n tras cruzar sus puertas ser¨¢ la experiencia de elaborar su propia medicina para cualquier tipo de molestia usando gominolas, caramelos y otros dulces como ingredientes.
Happy Pills es una cadena de tiendas de chuches que recrean una farmacia donde los consumidores eligen un bote, lo llenan de golosinas y escogen la etiqueta que m¨¢s gracia les haga. ¡°Remedios dulces para males cotidianos¡±, resume su fundador, Domingo Ojeda. La tienda de la calle dels Arcs fue la primera que abri¨®, en 2007. Desde entonces, la firma se ha extendido por Espa?a con otros seis establecimientos en Barcelona, Bilbao y Zaragoza. Este verano, la marca se estren¨® en el extranjero con dos locales en Se¨²l, donde el empresario coreano que se hizo con la franquicia en ese pa¨ªs se ha comprometido a inaugurar otros 33 comercios all¨ª en los pr¨®ximos cinco a?os.
Happy Pills ha abierto seis establecimientos en Espa?a y ha exportado el modelo a Corea
Pocos recuerdan ahora el puesto de accesorios para el cabello que Ojeda administraba antes de abrir el primer local de Happy Pills. ¡°Fue un negocio bastante desastroso, as¨ª que decidimos cambiar¡±, recuerda. El empresario y su mujer, Gloria Due?as, llevaban a?os dedicados al comercio minorista. Hab¨ªan probado distintos formatos y marcas, algunas propias y otras franquiciadas. La idea de meterse en el sector de las golosinas ya se les hab¨ªa pasado por la cabeza un par de veces, aunque pensaban que este no estaba desarrollado de forma adecuada. ¡°Hasta entonces se trataba de establecimientos con un aspecto poco claro, no demasiado limpios y orientados hacia el p¨²blico infantil. Quer¨ªamos hacer algo distinto y dirigido a los adultos¡±, explica Ojeda.
Tras pedir propuestas a una empresa de dise?o e interiorismo, Ojeda y Due?as se inclinaron por una maqueta de est¨¦tica farmac¨¦utica. Pese a ubicarse en un ¨¢rea de gran afluencia, al lado de la catedral de Barcelona, el negocio no promet¨ªa mucho al principio. ¡°Era un momento complicado porque acababa de empezar la crisis y no sab¨ªamos nada del mundo de las golosinas. Lo ¨²nico que ten¨ªamos claro era que la tienda deb¨ªa estar orientada a un p¨²blico adulto y que deb¨ªa transmitir un mensaje positivo¡±, comenta el empresario.
Unos meses despu¨¦s ya inauguraban su segundo establecimiento en Barcelona y las etiquetas empezaban a estar disponibles en ingl¨¦s. ¡°La gente de fuera nos aprecia porque son m¨¢s sensibles al esfuerzo que hay detr¨¢s: el dise?o de la tienda, el embalaje¡ Lo valoran y lo pagan. Al p¨²blico local tambi¨¦n le gustan, pero a veces no cree que justifiquen un sobreprecio, lo cual es un problema¡±, asegura Ojeda.
Su respuesta ha sido introducir formatos de menor tama?o y precio para los consumidores locales. ¡°Una parte de nuestros clientes contemplan nuestros productos desde una perspectiva de consumo propio. Otra, los ven como regalos. Tenemos que ser capaces de que nuestra oferta cubra ese abanico de posibilidades: un frasco con el coste adecuado para un tipo de p¨²blico y otro de mayor nivel para quien valore el esfuerzo que hay detr¨¢s¡±, explica.
A los pocos a?os de su creaci¨®n, la compa?¨ªa ya facturaba m¨¢s de un mill¨®n de euros. Tras lograr unos ingresos de 1,4 millones en 2011, las ventas cayeron paulatinamente hasta alcanzar los 1,26 millones de euros el a?o pasado, seg¨²n los datos depositados en el Registro Mercantil. Algo que Ojeda atribuye en gran parte al cambio de ubicaci¨®n de uno de sus establecimientos, ya que para este negocio ¡°la localizaci¨®n es la clave¡±. Los beneficios, sin embargo, se han incrementado desde 2012.
Hay frascos contra el mal de amores y para curar la resaca
Pese a las continuas solicitudes de empresarios interesados en asociarse con Happy Pills, el ¡°Chanel de los chuches¡± como lo defini¨® una vez una clienta, Ojeda opt¨® por rechazar estas ofertas hasta tener un modelo de negocio ¡°m¨¢s trabajado y definido¡±. Pero empezaron a surgir tiendas similares en pa¨ªses tan lejanos como M¨¦xico o Israel y ahora, el sistema de franquiciado es contemplado por el directivo como una forma de atajar la competencia. ¡°Tenemos muchas copias y la legislaci¨®n actual no ayuda. A trav¨¦s de la franquicia podremos crecer con cierta rapidez y tener una presencia que permita diferenciar al original de la copia¡±, a?ade. Aunque hasta ahora su ¡°forma de luchar¡± siempre hab¨ªa sido ¡°innovar constantemente¡±, Ojeda ha decidido encargar la expansi¨®n de la compa?¨ªa a la consultora T4 Franquicias.
Aun as¨ª, de momento, los planes a corto plazo se centran en Corea del Sur, explica mientras ense?a una versi¨®n coreana del libro Tiendas muy peque?as, de John Stones, donde aparece el local de Happy Pills de la calle dels Arcs. ?l no ten¨ªa ni idea de que su establecimiento formaba parte de la publicaci¨®n editada en 2009, pero fue a trav¨¦s de esas p¨¢ginas que el inversor Min Hyung Joon conoci¨® la marca y decidi¨® comprar los derechos.
Los planes en Espa?a pasan por potenciar las ventas a trav¨¦s de la p¨¢gina web y el servicio a empresas. Algo a lo que hasta ahora no se hab¨ªan dedicado de forma proactiva, sino como respuesta a pedidos. Como el de 7.000 frascos encargado por un bufete de abogados de Alemania o los que les suelen demandar hoteles y agencias de comunicaci¨®n. ?La clave de su ¨¦xito? Seg¨²n Ojeda, ¡°el buen humor¡±.
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