Los costes del terrorismo

Un acto terrorista es un cisne negro, en la terminolog¨ªa del soci¨®logo liban¨¦s asentado en EE UU Nassim Taleb. En pol¨ªtica, un cisne negro es un acontecimiento imprevisto con tres caracter¨ªsticas: es una excepci¨®n en el entorno cotidiano, produce un impacto tremendo y la naturaleza humana hace que se descubran explicaciones del mismo (se teorice) a posteriori, con lo que el cisne negro se hace interpretable y predecible. El terrorismo en Par¨ªs ha sido otro cisne negro.

Adem¨¢s del sufrimiento insoportable que genera en las v¨ªctimas y sus cercanos, y en la moral de las sociedades, el terrorismo tiene enormes costes en t¨¦rminos econ¨®micos: la p¨¦rdida de capital humano en forma de muertos y heridos, los da?os a las infraestructuras p¨²blicas y a la propiedad privada, el incremento que genera en la seguridad y en la defensa de las naciones atacadas o susceptibles de serlo, la subida de las primas de riesgo, la reducci¨®n del crecimiento econ¨®mico por el aumento de incertidumbres, la disminuci¨®n de la inversi¨®n aut¨®ctona o extranjera, etc¨¦tera. La mayor parte de estas circunstancias son mensurables.

Las primeras declaraciones del presidente Hollande expresan que Francia se siente en guerra. El lenguaje determina la realidad. Una guerra significa mayores costes de seguridad y defensa. La seguridad es, para la inmensa mayor¨ªa de los ciudadanos, m¨¢s importante que la austeridad. Francia seguir¨¢ incumpliendo los criterios de d¨¦ficit y deuda p¨²blica determinados por la Comisi¨®n Europea, sin que esta pueda ni abrir la boca. Y por esos caladeros se podr¨¢n a?adir otros o retrasar algunas de las reformas pendientes. ?C¨®mo se van a hacer dolorosas reformas si el pa¨ªs est¨¢ en guerra?

El Institute for Economics and Peace (IEP) estima que los costes econ¨®micos directos del terrorismo alcanzaron en 2014 alrededor de 49.000 millones de euros en el mundo (en ellos se incluye la p¨¦rdida directa de vidas y los da?os a la propiedad producidos por ataques terroristas). Si se le suman los costes indirectos, m¨¢s intangibles y discutibles, esa cifra se habr¨ªa doblado con holgura. A ello hay que a?adir el coste de las respuestas gubernamentales al terrorismo. A medida que aumenta la actividad terrorista, tambi¨¦n se incrementa la seguridad dentro de las sociedades y los Gobiernos responden gastando en medios para esa lucha, en polic¨ªa, ej¨¦rcito y agencias de seguridad. Seg¨²n el IEP, durante el pasado a?o los costes de las agencias de seguridad a nivel global ascendieron a 117.000 d¨®lares (esglobal.org). EE UU acumula el 70% del total del gasto mundial en esas agencias. Se estima que desde los atentados contra las Torres Gemelas y el Pent¨¢gono en 2001 ha invertido hasta hoy 1,1 billones de d¨®lares ¡ªa una media de 73.000 millones al a?o¡ª en mejorar o ampliar el funcionamiento de las agencias de seguridad. Los analistas indican que una de las grandes r¨¦moras europeas en este cap¨ªtulo es la falta de coordinaci¨®n entre los organismos locales y la inexistencia de algo parecido a un FBI europeo.

Hay una discusi¨®n muy abierta sobre los efectos del terrorismo en el crecimiento econ¨®mico y la inversi¨®n extranjera. La literatura que define esos efectos econ¨®micos indirectos exhibe resultados diversos y a menudo contradictorios. Francia ha aumentado, desgraciadamente, el volumen de la muestra.