El turismo rural busca nuevas fronteras
Tras la crisis, el sector se recupera con el reto de profesionalizarse y atraer viajeros extranjeros
"Han sido unos a?os dur¨ªsimos... Ahora es que empezamos a respirar", confiesa David Broco, uno de los due?os de los m¨¢s de 15.500 alojamientos rurales que existen en Espa?a, donde el a?o pasado se hospedaron 3,2 millones de viajeros. Broco es madrile?o, tiene 43 a?os y lleg¨® a Robledo de Chavela hace diez. Antes hab¨ªa probado suerte en C¨¢diz con otra casa rural, y de aquella aventura que inici¨® como un intento de cambiar de vida acab¨® surgiendo el negoci¨® del que vive hoy. "Al principio era solo un complemento. No sab¨ªamos nada, o casi nada, pero fuimos aprendiendo y haci¨¦ndonos profesionales a la fuerza". Al llegar a la sierra madrile?a Broco y su esposa compraron un chal¨¦ que bautizaron como Roqueo de Chavela. Poco a poco fueron enriqueci¨¦ndolo y d¨¢ndole el sentido propio que quer¨ªan hasta llegar a los tres apartamentos y cuatro habitaciones con que cuentan hoy, pero en eso lleg¨® la crisis y un tercio de su negocio se esfum¨®. "Tuvimos que hacer ofertas agresivas, bajar mucho los precios, aceptar turismo de grupos... Todo lo que hizo falta para sobrevivir", recuerda. Y lo mismo le sucedi¨® a muchos colegas suyos.
La tit¨¢nica tarea de atraer extranjeros sin el ¡®sol y playa¡¯
"Es muy dif¨ªcil, por no decir imposible, atraer viajeros extranjeros si el turismo rural no se promueve fuera de nuestras fronteras, o se promueve mal", observa Joseba Cort¨¢zar, de Top Rural, empresa de reservas online especializada que maneja una cartera de m¨¢s de 20.000 alojamientos rurales en Espa?a, Francia, Italia y Portugal en cartera. Con dos d¨¦cadas de experiencia en el sector, Cort¨¢zar se?ala que las diferencias entre nuestro pa¨ªs y como se maneja el turismo rural en los pa¨ªses europeos antes mencionados es ol¨ªmpica. "Mientras all¨ª hay una clara apuesta institucional por promover el turismo rural, en Espa?a es todav¨ªa muy insuficiente", afirma.
"El sol y playa es lo que se conoce y se promociona fuera, y es dif¨ªcil que un extranjero venga con inter¨¦s de hacer otro tipo de turismo porque ni sabe que existe". Pone como ejemplo del despiste nacional y la escasa visi¨®n pol¨ªtica la falta de homogeneidad de las regulaciones y normativas, empezando por las categor¨ªas con que se eval¨²an los distintos tipos de alojamientos. Si en Catalu?a la calidad del establecimiento se mide por Espigas, en Madrid por Hojas de Roble y en Asturias conviven las Estrellas (para los hoteles rurales) y Trisqueles (para las Casas de Aldea), "es imposible que la gente entienda y pueda comparar". "En Francia o Italia, en cambio, la normativa es clara y todo el mundo sabe donde se mete". Mientras ellos saben vender lo que tienen, aqu¨ª seguimos en la luna.
"Aunque el estancamiento empez¨® en 2009, lo peor lleg¨® en 2012 y 2013, cuando el turismo rural cay¨® m¨¢s de un 10%", explica Esther Villanueva, del portal Clubrural, que gestiona 14.000 casas y hoteles rurales de Espa?a. Los datos el Instituto Nacional de Estad¨ªsticas son elocuentes: si las pernoctaciones en alojamientos rurales descendieron un 2,5% en 2012, el a?o siguiente la ca¨ªda fue de un 7,7%. "Para un sector peque?o, que da empleo a 20.000 personas y que depende en exceso del turismo nacional, fue un golpe muy duro", indica Villanueva.
En Espa?a el turismo representa 11 de cada 100 euros del PIB y el 12% del empleo, pero el turismo rural supone apenas un 3% de este pastel en comparaci¨®n al sector hotelero. Adem¨¢s, mientras el 49% de los 93 millones de personas que el a?o pasado se alojaron en hoteles fueron extranjeros, la proporci¨®n no lleg¨® ni al 15% en el caso de los establecimientos rurales. "El turismo rural depende mucho de los puentes y los fines de semana y el 85% de sus clientes son espa?oles. Es f¨¢cil de entender por qu¨¦ la crisis le afect¨® severamente, mientras el turismo de sol y playa o el de ciudad pudieron defenderse mejor", se?ala esta profesional.
En 2014 las cosas empezaron a mejorar: ese a?o las pernoctaciones en casas y hoteles rurales crecieron un 13%, y el incremento fue de 12,4% en 2015, confirmando la recuperaci¨®n. Sin embargo, lanzar las campanas al vuelo por los datos alentadores del INE ser¨ªa err¨®neo despu¨¦s de lo sucedido, coinciden profesionales y expertos. "La crisis ha puesto de manifiesto las debilidades y los retos a que se enfrenta el turismo rural", advierte Villanueva. Si ha quedado claro que los problemas de este sector no son coyunturales sino estructurales, igual de evidente es que la diversificaci¨®n de la demanda y la atracci¨®n del turismo extranjero est¨¢ entre las principales prioridades. Algo que, obviamente, es imposible sin una adecuada pol¨ªtica de promoci¨®n del turismo rural por parte de las instituciones.
A una hora y cuarto de Madrid est¨¢ Zafra de Z¨¢ncara, peque?a localidad conquense de 80 habitantes donde viven los periodistas Ricardo Sanz y Laura L¨®pez, due?os del alojamiento rural La antigua casa de Pedro Chicote. En el a?o 2000 trabajaban en Antena 3 y mor¨ªan de ¨¦xito, pero una ma?ana decidieron aparcar el estr¨¦s y cambiar de vida. Comenzaron alquilando dos cuartos y sin tener ni idea, y hoy cuentan con tres casas con capacidad para 14 personas y una clientela fija y fiel a su filosof¨ªa: "ofrecemos lo que a nosotros nos gusta encontrar cuando hacemos una escapada". Sanz y L¨®pez son autocr¨ªticos pese a que ellos pr¨¢cticamente ni notaron la crisis porque hab¨ªan hecho bien sus inversiones. "El turismo rural en Espa?a se ha de profesionalizar. Somos nosotros los primeros que tenemos que cambiar. No se puede seguir ofreciendo a los viajeros la cama con las s¨¢banas de la abuela, hay que invertir en las instalaciones, ser generoso y ofrecer un servicio moderno y con personalidad".
Sanz pone un ejemplo. "El 90% de las reservas se hacen por Internet, pero la mayor¨ªa de los due?os de alojamientos rurales invierten muy poco en publicidad online". Seg¨²n un estudio de Clubrural, el 76% de los propietarios rurales gasta menos de 1.500 euros al a?o en anunciarse en portales especializados, y el 57% no cuenta con la posibilidad de hacer reservas online. S¨®lo el 1% gasta m¨¢s de 5.000 euros al a?o en publicidad, cifra m¨ªnima que los expertos consideran para una adecuada promoci¨®n ¡ªen La antigua casa de Pedro Chicote, el presupuesto para publicidad online supera los 10.000 euros¡ª.
Otro reto al que se enfrenta el sector es el de promover ofertas espec¨ªficas en busca de nichos de clientela diferenciados, como el turismo de multiaventuras, de bienestar, de parejas o de personas mayores. Esto permitir¨ªa defenderse mejor en tiempos de crisis, dice Joseba Cort¨¢zar, de Top Rural. A?ade que en Europa la mayor parte de los propietarios rurales se dedican en exclusiva a su negocio. En Espa?a s¨®lo el 43,3%. Es otro problema, pero ninguno como la necesidad imperiosa del turismo rural de ampliar su horizonte y salir de sus fronteras.
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