La Fed, el renuente banquero central del mundo
La Reserva Federal estadounidense es el banco central m¨¢s reacio a reconocer su alcance global
Se supone que estamos en la era de los bancos centrales poderosos, dispuestos a esgrimir su potencia a nivel mundial. No obstante, el m¨¢s poderoso de todos ¨Cla Reserva Federal de Estados Unidos (Fed)¨C tambi¨¦n es el banco central m¨¢s reacio a reconocer su alcance global. Al igual que todos los bancos centrales, la Fed, tiene un mandato local, el que se enfoca en la estabilidad de los precios y en el empleo a nivel nacional. Sin embargo, a diferencia de la mayor parte de los bancos centrales, la Fed tiene responsabilidades globales. Esta tensi¨®n constituye la ra¨ªz de algunos de los problemas m¨¢s amenazantes que la econom¨ªa mundial enfrenta hoy d¨ªa.
El que la Fed tenga responsabilidades a nivel global obedece a dos razones que se relacionan estrechamente entre s¨ª, pero ninguna de las cuales tiene mucho que ver con la necesidad de evitar las "guerras de monedas" que tanto preocupaban a Guido Mantega, ex ministro de Hacienda de Brasil.
En primer lugar, a pesar de la creaci¨®n del euro y de la supuesta ascendencia del renminbi chino, el d¨®lar contin¨²a siendo la moneda preferida para contraer y otorgar pr¨¦stamos a trav¨¦s del mundo. Cuando un banco o una empresa de Kuala Lumpur, Sao Paulo o Johannesburgo consigue un cr¨¦dito en el exterior, es m¨¢s probable que este se encuentre denominado en d¨®lares que en cualquier otra moneda.
Si un banco local sufre una corrida, o si una empresa tiene problemas para renovar su deuda, se ver¨¢ ante la necesidad de pedirle un cr¨¦dito en d¨®lares a su banco central, el cual, a su vez, puede que no tenga otra opci¨®n que solicitar esos d¨®lares a la Fed. Cuando en 2007¨C2008 la Fed entr¨® en acuerdos de intercambio de moneda con 14 bancos centrales, entre ellos los de cuatro econom¨ªas emergentes (Brasil, M¨¦xico, Singapur y Corea del Sur), reconoci¨® que es, de facto, el prestamista mundial de ¨²ltima instancia en d¨®lares.
Sin embargo, seg¨²n argumentan sus gobernadores, no se puede esperar que la Fed act¨²e de tal modo de manera habitual. En un discurso que pronunci¨® en 2015, Stanley Fischer, uno de los gobernadores de la Fed que presta m¨¢s atenci¨®n al ¨¢mbito internacional, reconoci¨® que un banco central global facilitar¨ªa la estabilidad financiera del mundo, pero finaliz¨® diciendo: "Debemos dejar en claro que la Reserva Federal de Estados Unidos no es dicho banco".
La segunda raz¨®n por la cual la Fed tiene responsabilidades de orden global, es que sus pol¨ªticas repercuten en las condiciones monetarias de todo el mundo. Existe cada vez m¨¢s evidencia de que los shocks de pol¨ªtica monetaria afectan las primas de riesgo, y que este canal opera a nivel internacional tanto como nacional, con consecuencias cuantiosas. En el episodio ocurrido en 2013 que se conoce en ingl¨¦s como "temper tantrum", la mera insinuaci¨®n de que la Fed pod¨ªa disminuir el ritmo de su programa de adquisici¨®n de bonos, dio origen enormes salidas de capital y a bajas en los precios de los activos en la mayor parte de las econom¨ªas emergentes.
La respuesta tradicional de la Fed, expresada elocuentemente por su expresidente, Ben Bernanke en la Conferencia de Investigaci¨®n celebrada por el Fondo Monetario Internacional (FMI)?en 2015, es simple: Dejen flotar sus monedas. El trilema est¨¢ndar de la pol¨ªtica monetaria internacional sostiene que en un pa¨ªs no pueden existir de manera simult¨¢nea un tipo de cambio fijo, la independencia monetaria y el movimiento libre de capitales, aunque s¨ª pueden coexistir dos de estos tres elementos. Los pa¨ªses que permiten que su moneda flote tienen libertad para fijar las tasas de inter¨¦s y para determinar las condiciones financieras a nivel nacional, incluso ante una situaci¨®n de gran movilidad internacional de los capitales. Si no lo hacen ?¨Cporque tienen metas para sus exportaciones o el tipo de cambio real¨C el problema es de ellos. Seg¨²n se?al¨® Bernanke, no se puede esperar que la Fed les preste asistencia.
Sin embargo, lo sostenido por Bernanke no es del todo convincente. Como lo afirma H¨¦l¨¨ne Rey, acad¨¦mica de London Business School, el canal de "asumir riesgos" de la pol¨ªtica monetaria es tan poderoso a nivel internacional que las pol¨ªticas de la Fed determinan en forma parcial las condiciones crediticias en muchos pa¨ªses, independientemente de sus reg¨ªmenes cambiarios. Cuando la Fed relaja sus pol¨ªticas, el cr¨¦dito crece en todas partes del mundo y vice versa. De modo que no se trata de un trilema sino de un dilema con respecto a las pol¨ªticas: es posible que se necesiten restricciones a la cuenta de capital ¨Cno solo tipos de cambio flexibles¨C para que los bancos centrales puedan ejercer un nivel de control efectivo sobre las condiciones internas de cr¨¦dito.
La renuencia por parte de la Fed de servir como el acreedor mundial de ¨²ltima instancia, o de reconocer que los movimientos cambiarios no pueden neutralizar plenamente los efectos internacionales de sus acciones, parecer¨ªa condenarla a ser una instituci¨®n de mente estrecha y centrada en s¨ª misma. Sin embargo, a¨²n no llega el momento en que Donald Trump pueda empezar a aplaudir.
El mandato interno de la Fed le requiere que reconozca, seg¨²n afirma Fischer, que "los efectos de la retroalimentaci¨®n que tienen entre s¨ª la econom¨ªa estadounidense y las econom¨ªas del resto del mundo, son de gran importancia". Y la magnitud de estos efectos va en aumento.
Hist¨®ricamente, a la hora de justificar sus decisiones sobre las tasas de inter¨¦s, la Fed no ha prestado mayor atenci¨®n a las consecuencias que las condiciones internacionales tienen sobre la econom¨ªa estadounidense. No obstante, en septiembre de 2015 rompi¨® con su tradici¨®n. En las minutas oficiales de la reuni¨®n en que se fij¨® la tasa, as¨ª como en las de la conferencia de prensa que posteriormente dio su presidenta Janet Yellen, figuran menciones a la agudizaci¨®n de las incertidumbres en el exterior, entre ellas la debilidad de la econom¨ªa china, como razones claves para dilatar el aumento de la tasa de inter¨¦s por parte de la Fed.
Asimismo, se est¨¢ prestando mayor atenci¨®n a otras vinculaciones internacionales. A medida que la econom¨ªa estadounidense se abre m¨¢s al comercio internacional y a los movimientos de capital, el valor del d¨®lar adquiere mayor importancia debido a sus efectos tanto sobre la inflaci¨®n como sobre las condiciones financieras nacionales. En el actual debate en torno a las pr¨®ximas acciones que deber¨ªa emprender la Fed, la gobernadora Lael Brainard sostuvo recientemente que la apreciaci¨®n real del d¨®lar de 20% en 2014 y 2015, reduce la necesidad de imponer nuevas restricciones a las pol¨ªticas monetarias.
Es evidente que preocuparse de la manera en que el mundo afecta a Estados Unidos, no es lo mismo que preocuparse de la salud de la econom¨ªa del resto del mundo. Sin embargo, estos peque?os pasos son importantes. Barry Eichengreen, de Berkeley, ha demostrado que hace mucho tiempo que las consideraciones internacionales desempe?an un papel clave en la conducci¨®n de las pol¨ªticas de la Fed, y que los ¨²ltimos treinta a?os, en los que la Fed se ha volcado hacia adentro, han sido un tanto aberrantes.
Por lo tanto, es posible que la Fed, que cumpli¨® 102 a?os de existencia, est¨¦ retornando a su tradici¨®n original. O, puede que su visi¨®n ya sea bastante internacionalista ¨Ccomo lo sugieren las acciones que emprendi¨® durante la crisis financiera¨C y que sean solamente limitaciones pol¨ªticas internas las que impiden que esto se reconozca abiertamente.
De cualquier modo, incluso un movimiento paulatino en esta direcci¨®n se acoge con benepl¨¢cito, ya que lo ¨²ltimo que necesita el mundo es una Fed de mente estrecha. La historia financiera reciente sugiere que la pr¨®xima crisis de liquidez se encuentra a la vuelta de la esquina, y que las crisis de este tipo pueden acarrear enormes costos econ¨®micos y sociales. En una econom¨ªa mundial fuertemente dolarizada, la ¨²nica herramienta segura para evitar tales crisis es un prestamista de ¨²ltima instancia en d¨®lares.
Ese acreedor bien pudo haber sido el FMI, pero no lo es. La Fed lo es. Cuanto antes reconozcan esto EE UU y el resto del mundo, m¨¢s segura estar¨¢ la econom¨ªa mundial.
Traducido del ingl¨¦s por Ana Mar¨ªa Velasco
Andr¨¦s Velasco es ex Ministro de Hacienda de Chile y profesor de?Professional Practice in International Development en la Escuela de Asuntos P¨²blicos e Internacionales de Columbia University?de EE UU.
? Project Syndicate, 2015. www.project-syndicate.org
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