La internacionalizaci¨®n como reclamo
El nuevo modelo productivo que impulsan partidos, sindicatos y patronal pasa por la expansi¨®n, la innovaci¨®n y ganar tama?o y productividad
Cuenta Rafael Myro en el libro Espa?a en la econom¨ªa global que mientras ¡°para sorpresa de muchos, las empresas espa?olas, que part¨ªan del marco protegido que les brindaba el mercado interior, han sido capaces de modernizarse e internacionalizarse a un ritmo relativamente r¨¢pido, las instituciones no lo han logrado¡±. Y a?ade que, ¡°para asombro de otros muchos, todav¨ªa no resulta claro que est¨¦n dispuestas a hacerlo, a acometer las importantes reformas que necesitan¡±.
Viene a cuento esta menci¨®n al libro de los repetidos debates que se han desarrollado (y se est¨¢n desarrollando) en los entornos pol¨ªtico, sindical y empresarial sobre la importancia de la expansi¨®n de la empresa espa?ola en la modernizaci¨®n de la econom¨ªa espa?ola y en el proceso de instauraci¨®n de un nuevo modelo productivo.
El ¨²ltimo en subrayarlo ha sido C¨¢ndido M¨¦ndez en su discurso de despedida como secretario general de UGT. Tambi¨¦n lo han hecho recientemente Ignacio Fern¨¢ndez Toxo, su hom¨®logo de CC OO; los presidentes de CEOE y Cepyme, Juan Rosell y Antonio Garamendi, y el de la C¨¢mara de Espa?a, Jos¨¦ Luis Bonet, al mismo tiempo que ped¨ªan di¨¢logo y pacto para no repetir las elecciones. Y tambi¨¦n han hecho suyo este discurso los l¨ªderes de las formaciones pol¨ªticas (unos m¨¢s que otros) mientras pelean para formar y deformar gobiernos.
La empresa ha cubierto con ¨¦xito las etapas de exportaci¨®n y de inversi¨®n exterior
Ante ello, cabe discutir si el marco institucional espa?ol, el conjunto de reglas y organizaciones que regulan la actividad econ¨®mica son capaces de afrontar el cambio necesario, como dice Myro, para quien ¡°se encuentra demasiado impregnado de objetivos partidistas y planes rutinarios, miopes y de corto alcance, siendo por ello lo que primero y de forma m¨¢s urgente requiere de una radical transformaci¨®n¡±.
Pese a todo eso, la empresa espa?ola ha cubierto con ¨¦xito las dos principales etapas de la internacionalizaci¨®n: la exportaci¨®n y la inversi¨®n en el exterior. Para lograrlo, las empresas han transformado sus bases productivas y se han adaptado a la demanda mundial, lo que les ha permitido avanzar en el exterior. Hasta el punto, adem¨¢s, de que las de m¨¢s de 50 empleados tienen una productividad similar a los principales pa¨ªses de la UE y de EE UU y, lo que es m¨¢s llamativo, las de m¨¢s de 250 empleados son punteras en sus sectores. V¨¦ase bancos, constructoras, compa?¨ªas energ¨¦ticas, seguros, textil, hoteles¡, que son referentes en sus sectores a nivel mundial, algo que ha permitido que los Gobiernos puedan esgrimir la bandera de la marca Espa?a.
Siendo una realidad palpable el proceso de internacionalizaci¨®n que las empresas espa?olas han protagonizado desde la entrada en la UE en 1986, por encima de los grandes pa¨ªses europeos (aunque es verdad que partiendo desde cuotas mucho m¨¢s bajas), tambi¨¦n lo es que necesita completar el proceso con la apuesta por la productividad. Tambi¨¦n queda pendiente la innovaci¨®n, algo que hasta la fecha no lo ha abordado la pol¨ªtica econ¨®mica espa?ola con el suficiente convencimiento. Ser¨ªa el paso definitivo para entrar en el club de las sociedades maduras.
Cabe discutir si el marco institucional es capaz de afrontar el cambio
Sin embargo, apenas tiene manufacturas TIC (tecnolog¨ªa de la informaci¨®n y comunicaci¨®n), lo que permitir¨ªa mejorar la calidad de los productos y ampliar el censo de exportaciones. Y, en definitiva, cerrar el c¨ªrculo de la excelencia. Es decir, requiere un tejido vivo, diversificado y competitivo que se contradice con la labor institucional, que ha dejado mucho que desear.
El cambio de modelo productivo reclama, adem¨¢s del mantenimiento del ritmo de internacionalizaci¨®n y de incrementar la productividad, ganar tama?o, motivo por el que algunas empresas no pueden aventurarse en el exterior. La peque?a dimensi¨®n de las empresas espa?olas (con un gran n¨²mero de micropymes) es una de las razones de la menor actividad exportadora y de la menor productividad. A ello se a?ade una gesti¨®n de baja calidad y reducida dotaci¨®n de capital humano y falta de esquemas de cooperaci¨®n, participaci¨®n de trabajadores y formaci¨®n.
Los problemas no son tanto de competitividad como de exceso de endeudamiento y no tanto de oferta como de demanda. Espa?a cuenta con un n¨²mero limitado de exportaciones de bienes en comparaci¨®n con los grandes pa¨ªses europeos. El nuevo modelo debe diversificar las exportaciones y para lograrlo las claves son la productividad y el capital humano. En ambas se debe centrar el Ejecutivo que acabe gobernando este pa¨ªs.
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