Los halcones monetarios no vuelan
Sch?uble ataca a Draghi, como antes a Bernanke, por su expansi¨®n: EE UU galopa; la UE renquea
Contra lo que se dice, al BCE le queda a¨²n arsenal para el relanzamiento: incrementar sus ¨²ltimas medidas expansivas ¡ªcompra de bonos, tipos de inter¨¦s cero, tipos negativos para los dep¨®sitos de la banca en Fr¨¢ncfort¡ª, o adquirir pr¨¦stamos de los bancos, o financiar eurobonos del BEI. Y una traca final, el ¡°helic¨®ptero del dinero¡±, inyectarlo a¨²n m¨¢s directamente a empresas y consumidores.
La escasa propensi¨®n del banco central a emprender una escalada adicional mediante cualquier decisi¨®n de las mencionadas arriba tiene buenas razones. 1) Ser¨ªa precipitada, pues la pol¨ªtica expansiva ya da frutos: el cr¨¦dito en mejores condiciones y plazos aument¨® el primer trimestre un 6% en la eurozona. 2) Conviene dar tiempo a que los halcones se atraganten con sus estupideces.
La ¨²ltima invectiva depredadora se debe no al Bundesbank (?gran novedad!) sino al ministro alem¨¢n Wolfgang Scha¨¹ble: ¡°Le dije a Mario Draghi que estar¨¢ orgulloso, pues puede atribuirse el 50% del ¨¦xito¡± electoral de Alternativa para Alemania. ?Creer¨¢ que todos los votantes ultras ser¨¢n gentes de patrimonio financiero (incluso pensionistas) despechadas por la baja rentabilidad de sus ahorros?
Le corrigi¨®, vivir para ver, el jefe del Buba, Jens Weidmann: ¡°La ciudadan¨ªa no est¨¢ compuesta solo de ahorradores; tambi¨¦n hay empleados, contribuyentes y deudores, que como tales se benefician del bajo nivel de los tipos de inter¨¦s¡± (FT, 13/4). Por eso, ¡°un enfoque de pol¨ªtica monetaria expansiva parece apropiado en esta coyuntura¡±. Bravo, Jens, ?bienvenida tu ca¨ªda de caballo a lo Saulo! (tras haberte opuesto a todas las medidas de esa estrategia expansiva estilo Reserva Federal).
Quiz¨¢ Scha¨¹ble pretende vacunar a Europa contra ese helic¨®ptero que en su d¨ªa propuso el tambi¨¦n conservador Milton Friedman; quiz¨¢ se ha convertido en mero lobista de los laboralmente pasivos y de la banca menos din¨¢mica; quiz¨¢ est¨¦ muy amortizado. Igual Weidmann otea mayor empeoramiento de la econom¨ªa alemana que el previsto; igual va de banquero central corporativista (?ojo, no toqu¨¦is nuestra independencia!); igual inicia carrerilla para llegar a sustituir a Draghi.
Al cabo, poco importan los motivos personales. Pesan las razones. Aprendamos de la historia comparada Europa-Am¨¦rica:
Cuando en noviembre de 2010 la Fed lanz¨® su segunda ronda de expansi¨®n cuantitativa (QE-2), ya Schauble la tild¨® de ¡°ofuscada¡±; Sarah Pallin pidi¨® a los federales que ¡°ces¨¢ramos y desisti¨¦ramos¡±; y los l¨ªderes parlamentarios republicanos, flirteando con la ultraderecha, pronosticaron una ¡°inflaci¨®n dura y dif¨ªcil de controlar¡±, rememora Ben Bernanke (El valor de actuar, Pen¨ªnsula, 2016)
Claro que toda receta conlleva peligros. En este caso, riesgo moral, burbujas, freno al reformismo, incentivo al endeudamiento... Pocos se han dado, pero cualquiera mejor que el estado de coma. Los EE UU de los ofuscados Bernanke y Obama derrotaron a la Gran Recesi¨®n. Mientras la UE del halc¨®n Scha¨¹ble prosigue, renqueante, su andadura an¨¦mica.
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