No tener la libertad de elegir
En ¨²ltima instancia los ciudadanos espa?oles no tendremos la libertad de elegir la pol¨ªtica econ¨®mica que nos gobernar¨¢ a partir del 26 de junio. Previsiblemente tendremos cambio de Gobierno, pero se tratar¨¢ de un Ejecutivo -cualquiera que sea su composici¨®n futura- que no podr¨¢ aplicar el programa electoral con el que fue elegido. Para frustraci¨®n ciudadana, otro Gobierno no desembocar¨¢ en otra pol¨ªtica econ¨®mica, so pena de abrir una fuerte tensi¨®n con Bruselas y con los l¨ªderes del club al que pertenecemos voluntariamente, el euro, de consecuencias dif¨ªciles de pronosticar. Estrechamiento de la democracia en la era de la globalizaci¨®n.
?Y ello por qu¨¦? Porque las cartas del juego ya han sido repartidas antes de las votaciones. La semana pasada la Comisi¨®n Europea tom¨® dos decisiones que hipotecar¨¢n el futuro de esa pol¨ªtica econ¨®mica para lo que resta de a?o y para todo 2017: primero, suspendi¨® hasta despu¨¦s de las elecciones la posibilidad de multar a nuestro pa¨ªs con hasta un 0,2% de su PIB por incumplimiento reiterado de los objetivos de d¨¦ficit, unos 2.200 millones de euros (?qu¨¦ reglas son ¨¦stas en que las sanciones hacen m¨¢s dif¨ªcil el camino para obtener los resultados que se desean?); y segundo, estableci¨® las nuevas metas para reducir el desequilibrio presupuestario, lo que significa la obligaci¨®n de que Espa?a reduzca su d¨¦ficit en otros 8.000 millones de euros en a?o y medio.
Esa imposibilidad de elegir la expres¨® paladinamente Mariano Rajoy, en un pleno en el Congreso de los Diputados en julio de 2012, apenas medio a?o despu¨¦s de ganar las elecciones de 2011 con mayor¨ªa absoluta y, por consiguiente, con todo el poder aparente: "Los espa?oles hemos llegado a un punto en que no podemos elegir entre quedarnos como estamos o hacer sacrificios. No tenemos esa libertad. Las circunstancias no son tan generosas. La ¨²nica opci¨®n que la realidad nos permite es aceptar los sacrificios y renunciar a algo, o rechazar los sacrificios y renunciar a todo". La diferencia es que entonces se refer¨ªa a la herencia recibida de los socialistas y hoy se trata de la herencia que Rajoy deja al pr¨®ximo Gobierno (incluso para el caso de que el PP sea hegem¨®nico en el mismo): un d¨¦ficit p¨²blico del 5,1% (el segundo m¨¢s grande del eurogrupo) y una deuda p¨²blica de m¨¢s del 100% del PIB.
La soberan¨ªa es un poder que no reconoce a otro poder superior. Si los Estados admiten que hay poderes superiores que les dictan las pol¨ªticas (en este caso, la econ¨®mica) significa que no son de todo soberanos. Se puede renunciar a grados de soberan¨ªa por otra soberan¨ªa superior si est¨¢ m¨¢s legitimada por ser m¨¢s democr¨¢tica, m¨¢s garantista, y m¨¢s eficaz. No es el caso de la actual Uni¨®n Europea y del Eurogrupo.
En el a?o 1980, Milton Friedman y su mujer Rose, publicaron un libro titulado Libertad de elegir, cuyo texto eran los guiones adaptados de una serie de televisi¨®n del mismo t¨ªtulo que el m¨¢ximo representante del ultraliberalismo elabor¨® para el Servicio P¨²blico de Radiodifusi¨®n de EEUU, no para una emisora privada (gobernaba Reagan). Era la respuesta a una iniciativa semejante que tres a?os antes hab¨ªa producido la brit¨¢nica p¨²blica BBC (no hab¨ªa llegado a¨²n Margaret Thatcher), dirigida por John Kenneth Galbraith, que tambi¨¦n dio lugar al correspondiente libro: La era de incertidumbre. Ambos fueron best-sellers. No deja de ser parad¨®jico que ahora reivindiquen la libertad de elegir quienes pretenden salvar la tensi¨®n entre los contenidos de una democracia nacional y la pertenencia a un club supranacional como la eurozona. Esta es la cuesti¨®n que se ha hecho presente en muchos de los conflictos europeos desde que se instal¨® la Gran Recesi¨®n. Se trata de discernir si, en el ¨²ltimo extremo, la raz¨®n pol¨ªtica (la democracia) prevalece sobre la raz¨®n econ¨®mica en caso de contradicci¨®n entre ambas.
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