¡°El ¡®Brexit¡¯ no generar¨¢ un caos global, la ruptura del euro es muy improbable¡±
Barry Eichengreen, catedr¨¢tico de Econom¨ªa en Berkeley, destaca el peligro de la mala situaci¨®n de la banca italiana
Barry Eichengreen (1952, hijo de supervivientes del Holocausto), es catedr¨¢tico de Econom¨ªa en la universidad de Berkeley. Y un experto mundial de primera fila sobre sistema monetario, finanzas globales y econom¨ªa europea. Esta entrevista se realiz¨® el pasado mi¨¦rcoles en Sintra (Portugal), con ocasi¨®n de la Conferencia anual del Banco Central Europeo (BCE).
Pregunta. ?Causar¨¢ el Brexit una tormenta global?
Respuesta. No. No, a juzgar por lo sucedido los primeros d¨ªas en los mercados. No generar¨¢ un caos mundial. Pero s¨ª causar¨¢ problemas espec¨ªficos a corto plazo. En el Reino Unido, la gran incertidumbre se traducir¨¢ en una severa reducci¨®n de la inversi¨®n y esta en una recesi¨®n. Y aflorar¨¢n problemas como los que afrontan los bancos italianos, que han perdido un 30% de su valor burs¨¢til en los ¨²ltimos cuatro d¨ªas. Son d¨¦biles y adem¨¢s la previsi¨®n de que el BCE mantendr¨¢ bajos los tipos de inter¨¦s por largo tiempo les debilitar¨¢ adicionalmente.
P. Una crisis de la banca italiana puede repercutir en toda la eurozona. ?C¨®mo se puede evitar?
R. Lo primero es hablar claro. La banca italiana atraviesa una crisis completa, como la que experiment¨® la de EEUU en 2008 y 2009. Y hay que resolverla ya, sin tardanza, con coraje. Este es el debate clave en la Uni¨®n Europea, no el de qui¨¦n ser¨¢ el pr¨®ximo primer ministro del Reino Unido.
P. Las crisis bancarias se resuelven capitalizando.
R. Exacto. El dilema es si la UE permitir¨¢ a Matteo Renzi usar dinero p¨²blico para recapitalizar bancos [autorizando ayudas de Estado]. O si no podr¨¢ hacerlo, lo que agravar¨ªa la crisis y amenazar¨ªa a la propia uni¨®n monetaria.
P. O deber¨¢ acudir al rescate bancario europeo, como Espa?a.
R. De eso se trata. Si Italia no puede echar mano de sus reservas, o no tiene bastantes, tendr¨¢ que pedir el rescate de su banca. Los puristas sostienen que ahora solo pueden hacerse ¡°bail ins", operaciones de salvamento con la escala aprobada de acreedores perjudicados [empezando con el dinero de los accionistas]. A los pragm¨¢ticos eso nos gusta de cara al futuro, una vez el sistema financiero sea m¨¢s s¨®lido, pero tememos que no sea suficiente hoy y que se requiera un "bail out" [rescate con dinero p¨²blico] porque de lo contrario esa crisis se contagiar¨ªa a la banca portuguesa. Y al Deutsche Bank, que est¨¢ incre¨ªblemente infracapitalizado.
P. Y el Brexit le complica las cosas, a este y a otros bancos.
R. Al Deutsche particularmente. Antes del Brexit ya suscitaba preocupaci¨®n. Ahora tendr¨¢ costes adicionales, como el de relocalizar operativas antes centralizadas en la City y mantener a los clientes acostumbrados a realizar sus operaciones all¨ª. La salida del Reino Unido supone un "shock" directo e indirecto para varias entidades.
P. Europa tiene m¨¢s instrumentos contra otra crisis bancarias que en 2008-2010.
R. S¨ª, los fondos de rescate, el supervisor ¨²nico que evita la captura de los supervisores nacionales por las bancas nacionales, las OMT del BCE¡ Pero la eurozona tiene que tomar decisiones para usarlos. Las nuevas reglas e instrumentos se someten por vez primera a examen pr¨¢ctico.
P. Volvamos a 1991, a Maastricht. Con la experiencia de hoy, ?qu¨¦ a?adir¨ªa al dise?o de la uni¨®n econ¨®mica y monetaria?
R. Hemos aprendido que la uni¨®n monetaria necesitaba m¨¢s avances de lo que los l¨ªderes europeos estaban entonces dispuestos a admitir: necesitaba la uni¨®n bancaria y la uni¨®n fiscal. Quiz¨¢ habr¨ªa convenido aplazar su lanzamiento hasta haber dispuesto del supervisor ¨²nico y del fondo de liquidaci¨®n bancaria. El escenario que se dibuj¨® entonces era incorrecto. En vez de fijar las fases seg¨²n el calendario, por a?os (la segunda fase, para 1997, la tercera y ¨²ltima, para 1999), se debi¨® escalonar por requisitos: la segunda fase debi¨® empezar tras disponer del supervisor bancario ¨²nico; la tercera, con las instituciones de la uni¨®n fiscal ya en pie.
P. En 2007, sostuvo (La ruptura de la eurozona) que el euro era irreversible. ?A¨²n lo cree?
R. Cre¨ªa que el coste del no-euro era excesivo. Basaba mi conclusi¨®n en el an¨¢lisis econ¨®mico, costes y beneficios, pero las decisiones al final son pol¨ªticas, y pueden ser malas. Ahora soy m¨¢s prudente, no repetir¨ªa que el euro es irreversible al 100%, pero s¨ª que la posibilidad de ruptura es muy, muy baja. El Brexit lo ilustra. Situarse fuera de la UE ser¨¢ mucho m¨¢s duro de lo que intuy¨® el 51% largo de votantes. La ruptura del euro crear¨ªa un inmenso caos financiero. Es muy improbable.
P. Usted denuncia que la volatilidad de los flujos de capital sigue amenazando la estabilidad financiera. ?C¨®mo resolverlo?
R. Los puristas pregonan que los mercados por s¨ª solos lo resolver¨¢n. Yo creo que debemos ser pragm¨¢ticos y usar los impuestos, las regulaciones y los controles de capital en determinadas circunstancias.
P. ?Cu¨¢les?
R. Cuando en los mercados emergentes es dif¨ªcil aplicar las reglas, por ejemplo. Algunos descubren ahora el Mediterr¨¢neo. Pero ya en la crisis asi¨¢tica de 1997 propuse al FMI usar los controles de capitales como una segunda trinchera para defender la estabilidad financiera. Ahora lo acepta casi todo el mundo.
P. Habla de usar impuestos. ?Como la Tasa Tobin?
R. Hay que impulsar m¨¢s la capitalizaci¨®n que la deuda financiera. Es bueno exigir m¨¢s requisitos de capital a la banca para disuadirla de los pr¨¦stamos transfronterizos a cort¨ªsimo plazo.
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