El amigo americano est¨¢ cada vez m¨¢s cerca
EE UU ha ganado atractivo para las compa?¨ªas espa?olas tras la crisis en Europa
Milwaukee puede quedar muy cerca de Madrid. Era 2012, Espa?a estaba en recesi¨®n y los l¨ªderes del G-8 en una cumbre en Camp David, en el Estado de Maryland, cerca de Washington. La crisis global no se hab¨ªa logrado dejar atr¨¢s (se ignoraba entonces cu¨¢nto iba a languidecer la presunta recuperaci¨®n en Europa) y la zona euro ve¨ªa a Grecia con un pie fuera del club de la moneda ¨²nica.
Andaban las grandes potencias a vueltas con la austeridad fiscal, con el dilema entre ajustar las cuentas p¨²blicas o darle algo de munici¨®n al crecimiento. ¡°Si una compa?¨ªa quiebra en Par¨ªs o en Madrid, eso significa menos negocio en Pittsburgh o en Milwaukee¡±, dijo Barack Obama, al acabar la reuni¨®n. Era su manera de explicar que los problemas europeos, eran, a la postre, problemas americanos; que la crisis espa?ola, al final, s¨ª pasaba factura a la mayor potencia del mundo.
La visita de Obama a Espa?a este fin de semana es el primer viaje de un presidente de Estados Unidos desde 2001, cuando George W. Bush compareci¨® en Moncloa con Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar. 15 a?os despu¨¦s, Milwaukee y Madrid est¨¢n mucho m¨¢s cerca que entonces, porque el socio econ¨®mico que el mandatario norteamericano encuentra en la pen¨ªnsula ib¨¦rica ya no es el que se limita a sacar provecho de las exportaciones de sus productos al mercado del otro lado del Atl¨¢ntico, ahora tambi¨¦n se ha convertido en un importante inversor en ese territorio.
Intereses comunes
? Socios comerciales y pol¨ªticos. Fuera de la Uni¨®n Europea no hay para Madrid una potencia comercial m¨¢s importante que Estados Unidos, sexto destino de las exportaciones espa?olas. Para Washington, la alianza con Madrid es vital para su estrategia de seguridad nacional como lo demuestra el inter¨¦s por el uso de la base de Rota.
¡°En estos a?os han aumentado las exportaciones entre ambos pa¨ªses, pero creo que el cambio m¨¢s significativo de los ¨²ltimos tiempos ha sido el aumento de las inversiones espa?olas en Estados Unidos. Han entrado en mucho sectores con fuerza: banca, infraestructuras, distribuci¨®n, etc¨¦tera¡±, explica Alan Solomont, que fue embajador estadounidense en Espa?a entre 2009 y 2013.
Un pu?ado de datos explica c¨®mo se ha intensificado el v¨ªnculo econ¨®mico. Fuera de la Uni¨®n Europea no hay para Espa?a un socio comercial m¨¢s importante que Estados Unidos, sexto destino de las exportaciones espa?olas. En inversi¨®n acumulada, el estadounidense era el primer inversor en Espa?a en 2013 (¨²ltimo dato disponible en el Icex) y se convirti¨® en el tercer destino de la inversi¨®n espa?ola, por detr¨¢s de Reino Unido y Brasil. Y en el ¨¢mbito de las licitaciones, las empresas espa?olas se adjudicaron en 2014 proyectos por un montante de 6.000 millones de euros, un r¨¦cord hasta el momento.
Dice Solomont que si algo ha caracterizado la relaci¨®n econ¨®mica entre ambos pa¨ªses a lo largo de los a?os es que esta se ha mantenido independiente de los vaivenes pol¨ªticos o partidismos. Ahora decano del Tisch College en la Universidad de Tufts (Massachussets), el ex representante diplom¨¢tico recuerda bien el distanciamiento con la Administraci¨®n Bush a ra¨ªz de la guerra de Irak, la retirada de tropas y el desplante de Zapatero a la bandera. Pero no hubo un tropiezo en las relaciones econ¨®micas, lo cual, como explica Charles Powell, autor de El amigo americano. Espa?a y Estados Unidos: de la dictadura a la democracia, ¡°es lo que se espera de econom¨ªas maduras y con seguridad jur¨ªdica¡±.
¡°Al giro ultra atlantista de Aznar en 2000, provocado en buena parte por la desafecci¨®n que le supon¨ªa la hegemon¨ªa francoalemana en Europa, le sigui¨® un movimiento pendular de Zapatero. Y ahora todo ese proceso parece haberse completado con una normalizaci¨®n de las relaciones¡±, reflexiona Powell.
La popularidad ayuda
En la opini¨®n p¨²blica el cambio fue notable. El ratio de aprobaci¨®n que ten¨ªa el pa¨ªs era del 30% en 2007, pero en 2010 hab¨ªa subido hasta el 60%. Entre un a?o y otro lleg¨® a la Casa Blanca Barack Obama, cuya popularidad se ha mantenido por encima del 75% en los ¨²ltimos a?os. Obama, el presidente progresista con el que Espa?a hizo las paces tras la guerra de Irak, es curiosamente el mandatario que ha reforzado la presencia militar de Estados Unidos en Espa?a. En base al acuerdo sobre el escudo antimisiles de 2013, la base naval de Rota alberga cuatro buques militares estadounidenses y hace un a?o pactaron hacer de la base de Mor¨®n la sede permanente del Mando de los Estados Unidos para ?frica. ¡°La pregunta es si estas medidas obedecen a proteger los intereses de Occidente o m¨¢s bien los de Estados Unidos, y en ese caso podr¨ªa dar la impresi¨®n de que Espa?a puede seguir interesando m¨¢s por su ubicaci¨®n, como portaaviones¡±, plantea Powell.
En el plano econ¨®mico, a ambos pa¨ªses les une hoy el inter¨¦s por el tratado de libre comercio entre Europa y Estados Unidos (conocido con las siglas TTIP). ¡°A Estados Unidos le sigue conviniendo una relaci¨®n fuerte con Espa?a, sigue siendo la cuarta econom¨ªa de la zona euro y es mucho m¨¢s partidaria del TTIP¡±, apunta Solomont.
Ahora, el llamado oficialmente Asociaci¨®n Transatl¨¢ntica para el Comercio y la Inversi¨®n est¨¢ en peligro. De algunos documentos que Greenpeace filtr¨® el pasado mayo se desprende que Estados Unidos intenta presionar para rebajar el nivel de las regulaciones europeas en ¨¢mbitos como la salud, el medioambiente, la alimentaci¨®n o las barreras comerciales. La revelaci¨®n desat¨® protestas en Europa y Francia anunci¨® que se opon¨ªa. En Estados Unidos, el candidato republicano Donald Trump y el socialista Bernie Sanders se han mostrado contrarios, mientras que la candidata republicana, Hillary Clinton, es m¨¢s favorable pero tampoco est¨¢ haciendo bandera de ello en la campa?a electoral estadounidense en la que los votantes perdedores de la globalizaci¨®n tienen mucho que decir con su voto en noviembre.
A las empresas espa?olas que invierten en Estados Unidos les ayudar¨ªa, seg¨²n los expertos. ¡°Entrar en el mercado estadounidense no es tan sencillo pese a esa percepci¨®n general de que empezar negocios es r¨¢pido y f¨¢cil. Hay una gran cantidad de regulaciones que conocer por el solapamiento de jurisdicciones entre Gobierno federal, estados, condados¡ Y hace falta manejar bien la cultura local¡±, apunta Paul Isbell, investigador del Centro de Relaciones Trasatl¨¢nticas de la Universidad John Hopkins. Durante muchos a?os, dice, para las empresas espa?olas conseguir un negocio en Estados Unidos ha sido algo m¨¢s que una cuesti¨®n de d¨®lares. El impulso del Gobierno de Zapatero a las energ¨ªas renovables anim¨® muchas inversiones.
Espa?a ha pasado de ser un pa¨ªs exportador a ser un inversor en los sectores de EEUU
¡°Y penetrar en cualquier sector de bandera como la banca o la energ¨ªa en el mercado estadounidense ha tenido un efecto de demostraci¨®n de fuerza, un s¨ªmbolo de prestigio¡±, apunta, cuando ¡°en el caso de las empresas energ¨¦ticas, por ejemplo, el mercado latinoamericano les ofrece m¨¢s margen de crecimiento y se est¨¢n llevando a cabo despliegues innovadores en renovables¡±.
La historia de la inversi¨®n espa?ola en Estados Unidos tiene su propios hitos, como cuando el banco Santander y el BBVA desembarcaron en el mercado o cuando la vasca Gamesa (ahora en negociaci¨®n para fusionarse con el gigante alem¨¢n Siemens) abri¨® su primera planta e¨®lica. ¡°Cuando gustan productos espa?oles como la alta velocidad o las energ¨ªas renovables es una buena se?al de diversificaci¨®n hacia sectores de valor a?adido, porque los valores que se hab¨ªan estado vendiendo de Espa?a eran m¨¢s el sol y la playa¡±, reflexiona Federico Steinberg, investigador principal de Econom¨ªa y Comercio del Real Instituto Elcano.
Espa?a acumula igualmente un retraso en el desarrollo de sus exportaciones a Estados Unidos, lo que incluye eso que en el mundo del marketing se llama ¡°posicionamiento del marca¡± y que se puede traducir bien en el hecho de que uno de los productos de alimentaci¨®n m¨¢s selectos y caracter¨ªsticos del pa¨ªs, el jam¨®n, se conoce en el mercado americano como prosciutto (una variante italiana). Es significativo que la noticia de que por primera vez se exportar¨ªan jamones ib¨¦ricos de forma legal no llegase hasta 2007.
?C¨®mo afectar¨ªa a las relaciones comerciales la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca? El magnate ya ha advertido de que, si gana las elecciones presidenciales, los acuerdos comerciales se tendr¨¢n que revisar. Solomont duda un poco y responde: ¡°Ya no soy diplom¨¢tico, as¨ª que le puedo decir que no creo que Trump est¨¦ preparado para ser presidente de Estados Unidos y me preocupa el provecho que est¨¢ sacando de algunos colectivos¡±, los damnificados por la desindustrializaci¨®n y el aumento de la brecha social. ¡°Est¨¢ claro que los beneficios de la globalizaci¨®n no se han repartido bien, y que hay que tomar medidas para que no haya perdedores, pero dar marcha atr¨¢s en la apertura comercial no es la soluci¨®n¡±, recalca el ex embajador. ¡°Trump no es la respuesta a los problemas y entiendo que hubiera preocupaci¨®n en Europa si ganara¡±, a?ade. Las multinacionales estadounidenses han sido el mayor inversor de Espa?a desde los a?os 60, con un acumulado de 50.000 millones de euros, seg¨²n los datos de la C¨¢mara de Comercio de EE UU en Madrid.
Dice Dani Rodrick, economista de Harvard, que lo que siempre ha garantizado el ¨¦xito de Estados Unidos es que, en ese pa¨ªs, en ¨²ltima instancia, siempre se acaba imponiendo el pragmatismo por encima de las ideolog¨ªas. ¡°Bush¡±, recuerda Charles Powell, ¡°lleg¨® a la Casa Blanca m¨¢s inclinado al aislacionismo y el 11-S le hizo cambiar¡±. Algo as¨ª, piensan muchos analistas, pasar¨ªa si Trump ganase las presidenciales: muchas de sus medidas se caer¨ªan por su propio peso.
Estados Unidos siempre fue pragm¨¢tico tambi¨¦n con Espa?a. Adalid de las libertades, transigi¨® con la dictadura franquista porque prim¨® su anticomunismo en la guerra fr¨ªa. Tambi¨¦n hab¨ªa optado por no involucrarse en la guerra, pero la petrolera Texaco desde su oficina en Nueva York vulner¨® la ley de neutralidad de su pa¨ªs y envi¨® petr¨®leo a los nacionales. Adem¨¢s, los presidentes Dwight Eisenhower, Gerald Ford y Richard Nixon visitaron al dictador.
El famoso abrazo
El historiador Carlos Barciela, de la Universidad de Alicante, explica que aquel famoso abrazo de Eisenhower a Franco ¡°ten¨ªa de por s¨ª un valor econ¨®mico muy importante¡±. Fue la imagen gr¨¢fica de lo que significaban los Pactos de Madrid. ¡°Lo importante no eran las ayudas, que eran peores que lo que hubiera recibido del Plan Marshall, sino que significaban ¡°la integraci¨®n del r¨¦gimen en la comunidad internacional de la mano, nada menos, que de la primera potencia mundial¡±. A cambio vendr¨ªan las bases militares y el compromiso espa?ol de liberalizar la econom¨ªa.
Ambos pa¨ªses apuestan por el Tratado de libre comercio transatl¨¢ntico (TTIP)
Obama previ¨® la visita a Espa?a al final de sus dos mandatos, que son pr¨¢cticamente los casi ocho a?os que ha durado el declive econ¨®mico. Hoy sigue con una tasa de paro superior al 20%. A Estados Unidos la interminable crisis espa?ola lleg¨® a inquietarle. En un popular show televisivo estadounidense, el programa de Jay Leno, el presidente aludi¨® directamente al pinchazo crediticio como ejemplo de la lentitud europea en reaccionar. ¡°Europa no respondi¨® con la misma celeridad que Estados Unidos cuando estall¨® la crisis econ¨®mica. En Espa?a, cuando estall¨® la burbuja inmobiliaria, no se reaccion¨® con rapidez. Como consecuencia, ha tenido muchos problemas para obtener pr¨¦stamos¡±, se?al¨® el presidente americano, y asegur¨® que su pa¨ªs est¨¢ colaborando para la elaboraci¨®n de un ¡°programa de recuperaci¨®n cre¨ªble¡±. Ve¨ªa Milwaukee muy cerca de Madrid.
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