Algeciras: la puerta del bazar global
El puerto de Algeciras es el fiel testigo de la tit¨¢nica tarea de la lucha contra la pirater¨ªa
"Todo lo que existe pasa por aqu¨ª [...] No hay producto manufacturado, tela art¨ªculo de pl¨¢stico, juguete, martillo, zapato, destornillador, perno, videojuego, chaqueta, pantal¨®n, taladro o reloj que no pase por el puerto. El puerto es una herida. Ancha. Punto obligado de paso de los interminables viajes de las mercanc¨ªas. Los barcos llegan, entran en el golfo y se acercan a la d¨¢rsena como cachorros a las ubres, con la diferencia de que no tienen que succionar sino, por el contrario, ser orde?ados". De esta forma Roberto Saviano describe en su afamado libro Gomorra la fren¨¦tica actividad del puerto de N¨¢poles, uno de los m¨¢s grandes de Italia. A casi 2.000 kil¨®metros de all¨ª, al sur del sur de Espa?a, emerge un puerto a¨²n m¨¢s colosal, el de Algeciras.
El primer puerto espa?ol por volumen de operaciones y el cuarto de Europa, solo por detr¨¢s de Rotterdam, Hamburgo y Bremen, seg¨²n datos de The World Shipping Council, est¨¢ situado en un peque?o municipio gaditano. 14 kil¨®metros lo separan de ?frica y unas pocas millas de Gibraltar. Es el epicentro de una de las principales rutas comerciales del mundo por donde pasan m¨¢s de 28.400 buques al a?o. Otros muchos cargueros hacen escala para abastecerse en mitad de su ruta hacia otros destinos. Su situaci¨®n geogr¨¢fica, bisagra entre dos mundos, lo convierte en el principal canal de paso entre oriente y occidente. Un fenomenal escenario que permite esconder entre sus bastidores operaciones ilegales de todo tipo.
Lisardo Capote, jefe de la unidad combinada de Vigilancia Aduanera de la Agencia Tributaria en Algeciras, es el responsable de que todas las mercanc¨ªas que pasan por el puerto cumplan las reglas. Su tarea es ardua, compleja y casi inabarcable. M¨¢s de 4,5 millones de contenedores circularon el a?o pasado por el puerto gaditano. Es el guardi¨¢n de la puerta de entrada de los productos fabricados en China en Europa, muchos de ellos falsificaciones y copias que semanas m¨¢s tarde acabar¨¢n sobre las s¨¢banas de los manteros en las Ramblas o en las estanter¨ªas de chino en alg¨²n barrio de Madrid.
Una vez a la semana fondea en el puerto un buque de la clase Triple E, la categor¨ªa m¨¢s grande de mercantes del mundo, con capacidad para m¨¢s de 15.000 contenedores. En unas pocas horas el equipo de Capote debe verificar el contenido de todas esas enormes cajas de hierro para evitar la entrada de productos falsificados, art¨ªculos prohibidos, droga, coches robados e incluso armas. Es una lucha desigual contra organizaciones criminales de todo el mundo.
Una cuarta parte de todas las copias
El Departamento de Capote intervino casi una cuarta parte de los 2,6 millones de productos falsificados que Aduanas aprehendi¨® el a?o pasado en toda Espa?a. Los c¨¢lculos oficiales elevan a 180 millones el valor de esos productos en el mercado. La mayor parte de los incautados en Algeciras eran ropa, calzado y complementos (191.580 unidades) y equipos electr¨®nicos y componentes (156.353 unidades). La mayor parte procede de China.
Capote, que ha escalado desde abajo, es un hombre joven pero curtido. Conoce los entresijos del puerto. Ha protagonizado las operaciones m¨¢s importantes de la Agencia Tributaria contra las importaciones de mercanc¨ªa ilegal. Y ha colaborado con la Guardia Civil, en las mayores operaciones contra la droga y el tr¨¢fico de tabaco en Espa?a. "Algeciras es un puerto de traslado. Es un enclave estrat¨¦gicamente situado. Y en esta ruta se encuentra la entrada de muchos productos falsificados", explica este funcionario desde un peque?o despacho con restos de algunas aprehensiones de productos falsificados: camisetas de equipos de f¨²tbol, gafas de sol, tel¨¦fonos, tabletas y toda otra parafernalia tecnol¨®gica. Sobre la mesa lucen varios cartones de tabaco de mala calidad, es la muestra de la pen¨²ltima operaci¨®n, ejecutada una semana antes. Al lado una ventana desde donde se divisan decenas de gr¨²as celestes de varias alturas para estibar los miles de contenedores apilados unos sobre otros. Desde la distancia parecen peque?as piezas de un juego de construcci¨®n.
El jefe de las aduanas de Algeciras explica que uno solo de estos contenedores tiene capacidad para almacenar miles de copias sin licencias. Falsificaciones dirigidas al mercado negro. "Te puedes encontrar de todo. Por ejemplo relojes. Desde Casio hasta Rolex falsos. En un contenedor de 40 pies caben hasta unas 30.000 piezas. Imagina el coste si se valoran a precio de mercado", desliza. Enumera una lista interminable de los productos pirateados que llegan a entrar: camisetas, bolsos Loui Vuitton, Chanel o Gucci, zapatos, prendas deportivas, gafas Ray-ban, Carrera... '?Qu¨¦ es lo que m¨¢s entra?' De todo lo que podamos imaginar".
La estad¨ªstica revela que solo se verifica un 5% de la mercanc¨ªa que pasa por Algeciras. En realidad Vigilancia Aduanera, una unidad de apoyo mutuo entre Agencia Tributaria y la Guardia Civil, coteja todos los contenedores que pasan por Algeciras mediante la base de datos de la Agencia, una de las m¨¢s avanzadas del mundo. "Todos est¨¢n controlados", insiste Capote. Antes de que el barco zarpe del puerto de origen env¨ªa la documentaci¨®n con los productos cargados en cada contenedor. Los inspectores de aduanas comprueban a trav¨¦s del ordenador el contenido, qui¨¦n env¨ªa, d¨®nde y a qu¨¦ empresa. Cruzan estos datos y a?aden una dosis de experiencia e intuici¨®n que les ayuda a trazar un perfil de riesgo de los contenedores con mercanc¨ªa ilegal. "Tenemos que realizar el trabajo sin perjudicar el tr¨¢fico comercial", desliza para justificar que no llegan a todo. Cada d¨ªa pasa por el puerto de Algeciras unos 7.000 contenedores. El equipo de la Agencia no es muy numeroso pero si concienzudo.
Operaci¨®n "Renacer"
Carmen, nombre ficticio de una de las agentes, explica que el trabajo debe tener una parte vocacional. "Luchas contra muchos enemigos. Y es desigual", comenta esta joven de origen murciano. Ha pasado toda la ma?ana en uno de los almacenes donde se apilan las copias incautadas abriendo cajas para el inventario. Hay camisetas de todos los equipos de f¨²tbol, relojes de diferentes marcas, zapatillas de deportes, zapatos, perfumes, bolsos y hasta cepillos de dientes. Y tabaco, lo que m¨¢s se aprehende es tabaco.
Aduanas almacena los productos hasta que las marcas se hacen cargo. Pero las firmas cada vez ponen m¨¢s problemas porque se tienen que sufragar la destrucci¨®n de las copias. Cada cierto tiempo llevan los productos que ninguna marca reclama a una tolva especial para destruirlos. Otro funcionario explica que cada contenedor que se retiene supone un lucro cesante para la naviera. "Todos nos ponen trabas", lamenta.
Capote y Carmen participaron hace un a?o en la mayor operaci¨®n antipirater¨ªa desarrollada hasta la fecha en Espa?a. La operaci¨®n Renacer, en la que se incautaron m¨¢s de 300.000 art¨ªculos valorados en cerca de 18 millones de euros. La unidad de vigilancia aduanera decidi¨® abrir 11 contenedores procedentes de Yantian (China), que ten¨ªan como destino declarado Marruecos, Senegal y Espa?a. La operaci¨®n fue un ¨¦xito y permiti¨® fijar patrones que posteriormente ayudaron en otras actuaciones.
Carmen tiene un listado de 14 contenedores que, seg¨²n el sistema inform¨¢tico de la Agencia, tiene la categor¨ªa roja. El software clasifica los contenedores en tres colores: verde, naranja y rojo. Estos ¨²ltimos son los que se revisan con detalle. Algunos de los que son asignados con naranja pasan por el moderno esc¨¢ner que tiene la unidad. Con ayuda de unos operarios abren el quinto contenedor de la jornada. Procede de China y se dirige a ?frica. Es solo uno de los motivos que les ha hecho sospechar. Abren el precinto con unas enormes tenazas. El contenedor aparece lleno "hasta la boca" de productos mec¨¢nicos y de la construcci¨®n. Los operarios extraen varias cajas para comprobar el material. Un halo de decepci¨®n se extiende por el rostro de Carmen. "En este no hay nada", dice a modo de descarte. "Normalmente cuando abres un contenedor tienes la certeza de que va a llevar algo raro", explica. "Cuando ves el producto ya sabes que es una falsificaci¨®n, por el embalaje, el empaquetado o las propias prendas", dice mientras muestra el deficiente film de pl¨¢stico en el que est¨¢n envueltas algunas camisetas de f¨²tbol. "Ahora que hay Eurocopa notamos que entra m¨¢s ropa deportiva", a?ade. Los funcionarios cuentan que el tr¨¢fico de productos pirateados crece antes de las navidades y del verano.
Al grupo se suman un par de agentes de la Guardia Civil. El siguiente contenedor procede de Brasil y seg¨²n los papeles va cargado de az¨²car de ca?a. Carmen ordena desprecintarlo. Los operarios experimentados ejecutan con rapidez. Miles de sacos apilados rellenan el contenedor. Los operarios comienzan a sacarlos para buscar algo. "Hace unos a?os encontramos un alijo de droga en uno con caracter¨ªsticas parecidas", recuerda uno de los Guardia Civiles, que ya intuye que en este caso han hecho aguas.
La doble v¨ªa por TangerMed
Carmen relata que con el crecimiento de TangerMed, el nuevo puerto del norte de Marruecos, una parte importante del tr¨¢fico de mercanc¨ªas se desv¨ªa 14 kil¨®metros hacia el sur. "Las normas europeas son m¨¢s exigentes", explica Capote. Mucha de las falsificaciones procedentes de China se filtra en el puerto vecino. Luego se distribuye la mercanc¨ªa desde ?frica en partidas m¨¢s peque?as, que entran en autobuses, furgonetas o a trav¨¦s de fardos que transportan los miles de personas que llegan cada d¨ªa desde Ceuta o Melilla. "El entramado de las organizaciones delictivas es de ¨¢mbito internacional. No conocen fronteras. Establecen las rutas y las cambian en cuanto detectan alg¨²n obst¨¢culo", reflexiona Capote.
Muestra de ello es el peque?o dep¨®sito que tiene la Guardia Civil junto a la terminal de viajeros, junto a cabotaje. Est¨¢ repleta de tabaco, zapatos y bolsos de las marcas m¨¢s exclusivas, relojes de las mejores firmas y camisetas de los grandes jugadores de la Eurocopa. Todo es falso. Unos centenares de metros al sur de la terminal est¨¢ la barrera. Media docena de guardias civiles controlan el tr¨¢fico de entrada. Requisan productos que tratan de colar al por menor. Han llegado a encontrar autobuses de viajeros en los que no hab¨ªa ni una sola persona porque todas las plazas estaban ocupadas por cajas repletas productos copiados: vaqueros, bolsos, relojes o gafas de sol. Un agente con m¨¢s experiencia reconoce que cuando paran a un joven con pocos productos estos pueden proceder al abandono. Se les abre un proceso administrativo, que no suele llegar a ning¨²n lado, pero evitan delitos mayores.
Es mediod¨ªa. Hace calor y Carmen regresa al almac¨¦n donde le quedan varios contenedores por controlar. Tiene sue?o porque est¨¢ de guardia y la noche anterior le son¨® la alarma porque un contenedor daba se?ales de alerta. Hab¨ªan hallado un alijo de coca¨ªna. Pero esa es otra historia.
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