Cuando reciclar no se recompensa
El sistema espa?ol de tasas desincentiva la reducci¨®n de residuos en los hogares
En un pa¨ªs donde los hogares producen 21.000 millones de kilos de basura en un a?o, seg¨²n Eurostat, un municipio mallorqu¨ªn ha centrado la atenci¨®n de un grupo de investigadores. El Ayuntamiento de Esporles implant¨® una tasa de residuos para las viviendas que aumenta conforme se generan m¨¢s desechos no reciclados. La medida, unida a la recogida puerta a puerta de las bolsas, ha provocado que en este pueblo se pase de separar en las casas el 23,6% de los desperdicios al 76,1%, seg¨²n las cifras del Consistorio. "Es un ejemplo de c¨®mo introducir expl¨ªcitamente en la sociedad el principio de que 'quien contamina, paga", subraya Sergio Sastre, coautor de un estudio que ha analizado el impuesto de basuras en 125 municipios de Espa?a ¡ªentre ellos, todas las capitales de provincia¡ª y que ha concluido que el 44% de ellos ha optado por la v¨ªa m¨¢s simple: fijar la misma tarifa para todos los ciudadanos.
"Esto implica que los domicilios que generan menos desechos o reciclan m¨¢s est¨¢n subvencionando a los que producen m¨¢s o reciclan menos", subraya el informe, elaborado por Sastre e Ignasi Puig, investigadores de la Fundaci¨® ENT. El documento, publicado en la revista Cr¨®nica Tributaria del Instituto de Estudios Fiscales del Ministerio de Hacienda, detalla c¨®mo la gran parte de los municipios del pa¨ªs optan por establecer una tarifa plana. Es decir, todos los vecinos pagan lo mismo. Y c¨®mo, cuando se establece una tasa variable, los criterios que se utilizan para calcular la cantidad a abonar no se relacionan con el nivel de generaci¨®n de basura o con la separaci¨®n de los residuos para su reciclaje; sino que se vinculan a variables como la localizaci¨®n de la vivienda, al valor catastral o el consumo de agua. "Es muy baja la frecuencia de beneficios fiscales con motivaci¨®n ambiental", destaca el estudio.
De esta forma, seg¨²n los autores, en Espa?a se ha perdido la oportunidad de dibujar un sistema impositivo que incentive el reciclaje: "El potencial que representan las tasas de basura para mejorar la gesti¨®n de los residuos ha sido poco explotado". "La gente no hace el esfuerzo porque no se hace distinci¨®n entre los que separan y los que no", apostilla Sastre, que achaca este problema a una falta de voluntad pol¨ªtica y a un marco legal tan flexible que permite a los Ayuntamientos fijar unas tarifas que ni siquiera cubren el coste del servicio de recogida y gesti¨®n de los desechos ¡ªfinanci¨¢ndolo, realmente, a trav¨¦s de otros ingresos¡ª. "Esto provoca que, para el ciudadano, sea muy dif¨ªcil saber qu¨¦ paga realmente por ello", remacha el investigador.
En el citado Esporles, un municipio de casi 5.000 habitantes de la Sierra Tramuntana, el consistorio introdujo en 2009 el sistema denominado "pago por generaci¨®n". Y las cuentas salen m¨¢s f¨¢cilmente. Los vecinos de esta localidad abonan, por vivienda, un fijo de 90 euros. Y, aparte, un euro por cada bolsa de basura no reciclada que produzcan. "Ese euro costea la propia bolsa, el transporte y la incineraci¨®n de ese residuo", aclara el Ayuntamiento. "Con este mecanismo, el usuario abona la tasa en funci¨®n de su generaci¨®n real y del servicio que obtiene por su gesti¨®n. As¨ª se premia a los ciudadanos que realizan un esfuerzo en la reducci¨®n de desechos y la separaci¨®n en origen", aclara el estudio publicado en la revista Cr¨®nica Tributaria.
Es muy baja la frecuencia de beneficios fiscales con motivaci¨®n ambiental Sergio Sastre e Ignasi Puig, investigadores de la Fundaci¨® ENT
Pero este tipo de iniciativas no siempre funcionan. El Gobierno local de Torrelles (Barcelona) tambi¨¦n aprob¨® a principios de la pasada d¨¦cada la puesta en marcha del sistema de pago por generaci¨®n. "Pero se dej¨® de aplicar al poco tiempo. Se instaur¨® poco antes de las elecciones locales y a la vez que la recogida puerta a puerta. La gente no estaba preparada para un cambio tan brusco y mostr¨® su rechaz¨®", explica un t¨¦cnico municipal. "El contexto influye much¨ªsimo. En Irlanda, por ejemplo, se quiso implantar en todo el pa¨ªs de forma simult¨¢nea y los resultados fueron peores de lo esperado. Cada zona presentaba unas particularidades que no se tuvieron en cuenta", sentencia Sastre.
Por ello, los investigadores apuestan por aplicar medidas transversales que impliquen a las diferentes administraciones. "Si el marco fiscal no cambia, le corresponde a los consistorios y autonom¨ªas fomentar la reducci¨®n de residuos a corto plazo", subraya Sastre, que pone como ejemplo la iniciativa avanzada por la Generalitat valenciana de instalar m¨¢quinas que devuelva 10 c¨¦ntimos al usuario por cada envase que depositen. Esta medida permite recuperar el 99% de los recipientes, seg¨²n afirma la ONG Deutsche Umwelthilfe, que ya impuls¨® este proyecto en Alemania.
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