Las cotizaciones repuntan dos a?os m¨¢s tarde que la creaci¨®n de empleo

En junio del a?o pasado, los ingresos por cotizaciones apenas avanzaban un 1,32% en recaudaci¨®n neta. Y ello a pesar de que la afiliaci¨®n a la Seguridad Social crec¨ªa un 3,39% anual. Por el contrario, este a?o los ingresos aumentan a fecha de junio un 3,03% en recaudaci¨®n neta. Y al mismo tiempo el empleo se incrementa un 3,06%. Es decir, la caja de las pensiones por fin engorda a unas tasas parecidas a la generaci¨®n de puestos de trabajo.

La situaci¨®n pinta a¨²n mejor si se tiene en cuenta la p¨¦rdida de ingresos que conlleva que los parados de larga duraci¨®n agoten la prestaci¨®n. Mientras perciben la ayuda por desempleo, el Servicio P¨²blico les sufraga las cotizaciones. Pero una vez pierden esa prestaci¨®n, los distintos subsidios a los que se acogen no costean las cotizaciones, con el consiguiente impacto negativo sobre las cuentas. Hasta el extremo de que si no se contabiliza la ca¨ªda del 8% sufrida en las cotizaciones de desempleados, la recaudaci¨®n estar¨ªa subiendo todav¨ªa m¨¢s: s¨®lo por el r¨¦gimen general se dispara un 3,8% en recaudaci¨®n neta, muy ligeramente por encima de la tasa de afiliaci¨®n del r¨¦gimen general, situada en el 3,77%.

?Qu¨¦ ha ocurrido para que las arcas de la Seguridad Social tarden tanto en recuperarse? En primer lugar, el Servicio P¨²blico de Empleo paga la cotizaci¨®n durante el paro, y eso ha funcionado como un colch¨®n antic¨ªclico, que fren¨® la ca¨ªda de los ingresos al principio de la crisis pero que ahora act¨²a como un lastre cuando el desempleado pierde la ayuda y, por lo tanto, deja de cotizar. Adem¨¢s, el paso de parado con prestaci¨®n a contratado apenas supone un incremento de recursos para la caja, pues la cotizaci¨®n ya la estaba sufragando antes el INEM.

Otra raz¨®n estriba en la evoluci¨®n de los salarios. En un primer momento, el desempleo se ceb¨® con los temporales. Sin embargo, conforme avanz¨® la crisis, los indefinidos tambi¨¦n empezaron a perder empleo o experimentar recortes de salarios. Y todo ello fue mermando la recaudaci¨®n. Cuando el empleo mostr¨® visos de recuperaci¨®n, los nuevos contratados encajaron rebajas salariales nominales del orden del 8% si son hombres y del 4% si son mujeres respecto al inicio de la crisis. En el caso de los j¨®venes, el recorte es mayor y asciende a un 15% y un 12%, respectivamente, seg¨²n un informe elaborado por los investigadores de Fedea Marcel Jansen, Jos¨¦ Ignacio Garc¨ªa P¨¦rez y Sergi Jim¨¦nez a partir de la Muestra Continua de Vidas Laborales. A principios de la crisis, la expectativa de un joven medio consist¨ªa en un salario de entrada de unos 1.200 euros en 2008. A fecha de 2013, la expectativa seg¨²n este estudio se cifraba en los 890 euros.

¡°Desde 2013, la devaluaci¨®n se intensific¨® para los indefinidos. Y estas rebajas salariales probablemente se hayan detenido a partir de 2015 con la recuperaci¨®n del empleo y la demanda interna¡±, explica Jos¨¦ Ignacio Garc¨ªa P¨¦rez, profesor de la Universidad Pablo de Olavide. O lo que es lo mismo, aunque depende del grado de formaci¨®n del trabajador, el fen¨®meno de las devaluaciones salariales ofrece signos de cierta moderaci¨®n. Lo que a su vez se est¨¢ plasmando en los datos de ingresos de la Seguridad Social.

Otro factor a considerar son las tarifas planas, que rebajan las cotizaciones a la Seguridad Social. Todo indica que han subido las cotizaciones de las primeras hornadas que se aprovecharon de estas ventajas y que ahora ya no las tienen. Adem¨¢s, la ¨²ltima tarifa plana implica un menor coste para las arcas del sistema, ya que s¨®lo exime de los primeros 500 euros de cotizaci¨®n.

Por otra parte, la contrataci¨®n a tiempo completo parece avanzar m¨¢s, y eso tambi¨¦n podr¨ªa estar contribuyendo a engordar la caja de las pensiones.