La inversi¨®n tira de la econom¨ªa a pesar de la incertidumbre pol¨ªtica
El PIB espa?ol crece al 0,8% y encadena cuatro trimestres consecutivos al mismo ritmo
La econom¨ªa espa?ola ignora la incertidumbre pol¨ªtica y crece un 0,8% entre abril y junio, una d¨¦cima m¨¢s de lo que se hab¨ªa estimado en el dato preliminar avanzado por el INE. Es m¨¢s, parece que funciona muy bien con el piloto autom¨¢tico. Tras medio a?o sin Gobierno, el miedo a la ausencia de tim¨®n no asoma por una sola estad¨ªstica. Mejor a¨²n: la inversi¨®n, el m¨¢s fiel indicador adelantado sobre las dudas que pueda generar un pa¨ªs, avanza con fuerza un 1,3% en el segundo trimestre de 2016, impulsada por el cap¨ªtulo de bienes de equipo, que suma un 2,2%.
Justo cuando parec¨ªa que pod¨ªa vislumbrarse una cierta ralentizaci¨®n, las cifras del segundo trimestre publicadas este jueves por el INE apuntan incluso un leve fortalecimiento de la econom¨ªa, a pesar de que el consumo de los hogares afloja un poco y s¨®lo tira un 0,7% trimestral frente al 1% del trimestre anterior. Si bien esta cifra de consumo todav¨ªa se antoja bastante bueno, tambi¨¦n se trata un primer indicio de ralentizaci¨®n. Adem¨¢s, las exigencias de Bruselas se han empezado a plasmar en el consumo p¨²blico, que se desploma un 1,6%. Aunque no se concretasen los recortes de gasto de los Ministerios anunciados en abril, parece que ¨¦stos se est¨¢n materializando.
Sin embargo, la econom¨ªa ha crecido incluso un poquito m¨¢s: si el trimestre anterior creci¨® un 0,77% que se redonde¨® al 0,8%, este trimestre ha experimentado un avance del 0,82%, una cifra superior por cent¨¦simas y que supone encadenar cuatro trimestres consecutivos al mismo ritmo. Toda una sorpresa positiva. ?Qu¨¦ ha ocurrido para que el crecimiento mantenga su velocidad de crucero pese a la ralentizaci¨®n de la demanda de los hogares y el descalabro del gasto p¨²blico? Pues la respuesta se halla en las exportaciones y la inversi¨®n. Las ventas al exterior se disparan un 4,3% entre abril y junio, una tasa fort¨ªsima que duplica la de las importaciones en medio de una ralentizaci¨®n del comercio global. El alza de las inversiones en bienes de equipo tambi¨¦n indica que las empresas se est¨¢n pertrechando con la intenci¨®n de exportar m¨¢s.
Otro aspecto relevante que ayuda a descifrar estos n¨²meros ha sido el excepcional comportamiento anotado en junio. Todos y cada uno de los guarismos conocidos en ese mes se antojan muy buenos, desde la afiliaci¨®n a la Seguridad Social a los indicadores de comercio, servicios o, incluso, industria. Y el motivo reside una vez m¨¢s en el turismo, cuya campa?a ha comenzado con un gran empuje y puede asegurar un tercer trimestre tan bueno como ¨¦ste.
Por otra parte, el empleo se ha ralentizado ligeramente y aumenta un 2,9% en t¨¦rminos anuales, todav¨ªa un crecimiento robusto pero algo menor que el 3,2% registrado en el primer trimestre. Y ello se compensa con un incremento de la productividad del 0,4% por ocupado entre abril y junio. Por primera vez desde el inicio de la crisis, se detecta un crecimiento sustancial de la productividad que no se basa en despedir trabajadores para que menos hagan m¨¢s. Lo cual puede achacarse a que los sectores exportadores son m¨¢s productivos que el gasto p¨²blico o la construcci¨®n, que crece en el trimestre pero que en t¨¦rminos interanuales se desacelera. Es decir, la econom¨ªa ha experimentando entre abril y junio un reequilibrio de sus componentes para depender de unos motores m¨¢s sanos.
De ordinario, cuando la econom¨ªa espa?ola crec¨ªa a tasas del 3%, el empleo s¨®lo avanzaba a ritmos del 1%. Una parte se destinaba a aumentar las plantillas, y el resto a engordar los salarios y los excedentes empresariales. Pero en los ¨²ltimos trimestres la econom¨ªa ha vivido unos incrementos del empleo a velocidades similares a la del PIB. Es decir, casi todo el crecimiento se correspond¨ªa con la creaci¨®n de puestos de trabajo. Tras un ajuste brutal de personal, las empresas se hab¨ªan quedado en los huesos y necesitaban contratar de nuevo al m¨¢s m¨ªnimo repunte de la demanda.
En cuanto el BCE ha garantizado los activos etiquetados con la marca Espa?a, la econom¨ªa espa?ola se ha convertido en una regi¨®n m¨¢s de la zona euro y, por lo tanto, goza de las mismas condiciones de financiaci¨®n. La combinaci¨®n de unos tipos por los suelos, un petr¨®leo barato y unos sueldos m¨¢s bajos ha supuesto un chute a la actividad que se retroalimenta con la confianza, la inversi¨®n y, por ende, el empleo. Gracias a la intervenci¨®n de Mario Draghi, lo que en Espa?a se describ¨ªa como una deflaci¨®n y, por tanto, una debacle se ha transformado en una desinflaci¨®n competitiva que permite exportar m¨¢s. Lo normal es que una ca¨ªda de precios se?ale la aton¨ªa de la actividad. Sin embargo, en Espa?a est¨¢ sirviendo para que el PIB tome impulso.
La competitividad obtenida a fuerza de sudor y l¨¢grimas ha hecho posible que se gane cuota exportadora frente a unos socios de la eurozona cuyas econom¨ªas se estancan. En los datos del INE, los salarios suben un 0,8% en el trimestre, en parte por la devoluci¨®n de la paga extra a los funcionarios. Pero los precios aguantan por debajo de la media europea. Aunque los sueldos sean m¨¢s bajos, hay m¨¢s trabajadores y eso empuja el consumo en una suerte de espiral virtuosa que proseguir¨¢ en tanto en cuanto persista la contenci¨®n salarial frente a los pa¨ªses competidores.
Y estos sacrificios resisten incluso la falta de Gobierno. De momento. El turismo, la confianza inversora y las exportaciones han brindado un buen inicio de la temporada estival. Pero los datos tambi¨¦n presagian un panorama algo menos optimista en un futuro no muy lejano: la tasa interanual de crecimiento muestra las primeras se?ales de agotamiento al?registrar un 3,2% frente al 3,4% del trimestre pasado. Conforme se acabe la campa?a tur¨ªstica, la desaceleraci¨®n podr¨ªa ser m¨¢s pronunciada. La demanda interna ha perdido un poco de fuelle y despierta dudas sobre el rendimiento que puede ofrecer el a?o que viene. Depender¨¢ mucho de que se mantenga fuerte el sector exterior, que sin embargo se enfrenta a unas perspectivas complicadas por el estancamiento de Italia y Francia, las dudas sobre Reino Unido, los problemas en Latinoam¨¦rica o las depreciaciones de divisas. Que estos magn¨ªficos datos de exportaci¨®n sean o no flor de un d¨ªa dir¨¢n mucho sobre el devenir pr¨®ximo de la econom¨ªa espa?ola.
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