Alertas globales
El frenazo en el comercio, la inestabilidad financiera y el an¨¦mico crecimiento mundial impactar¨¢n en la econom¨ªa espa?ola
Las ¨²ltimas advertencias las ha formulado el Fondo Monetario Internacional (FMI) en su reciente informe de perspectivas globales: sobre la econom¨ªa mundial se ciernen una serie de amenazas, no todas de la misma naturaleza, que pueden poner en peligro su crecimiento en los pr¨®ximos meses. Algunas de esas alertas verifican hechos contempor¨¢neos, nada nuevos, como el impacto adverso de las pol¨ªticas fiscales basadas en la austeridad, el reducido crecimiento de la inversi¨®n o la ralentizaci¨®n del comercio internacional. Otras dan cuenta de amenazas proteccionistas asociadas a desenlaces electorales, en pa¨ªses con un peso espec¨ªfico importante en la econom¨ªa global: EE UU, Alemania o Francia. Todos ellos impactar¨¢n en la econom¨ªa espa?ola, reduciendo un ritmo de crecimiento que ha sido tributario de un entorno internacional favorable.
a) Comercio internacional, incertidumbre pol¨ªtica y proteccionismo. En el descenso del crecimiento del volumen de comercio internacional est¨¢n concurriendo transformaciones de car¨¢cter estructural como la terciarizaci¨®n creciente de muchas econom¨ªas, o el repliegue dom¨¦stico de procesos de producci¨®n internacionales y alteraciones en las cadenas de producci¨®n de empresas multinacionales. Pero el principal factor sigue siendo la debilidad de la demanda agregada, y la ca¨ªda de la inversi¨®n. Es esta ¨²ltima, como destaca el FMI, la que en mayor medida contribuye a la generaci¨®n de flujos de comercio bajo la forma de bienes de capital e inputs intermedios. Adem¨¢s de ello, no han sido pocos los pa¨ªses que han adoptado medidas claramente proteccionistas. La Organizaci¨®n Mundial de Comercio ha dado cuenta del incremento de las mismas en los ¨²ltimos meses en el seno del G20. Y los ministros de econom¨ªa de esta formaci¨®n acaban de alertar con raz¨®n de la inflexi¨®n en la din¨¢mica de globalizaci¨®n.
Los procesos electorales que abordan en los pr¨®ximos meses pa¨ªses importantes en la escena global no est¨¢n exentos de amenazas, asociadas a la emergencia de opciones pol¨ªticas partidarias de limitaciones a las libertades de circulaci¨®n de personas, mercanc¨ªas y servicios. Tendencias nacionalistas, tambi¨¦n en el ¨¢mbito econ¨®mico, que acotando la din¨¢mica de intercambios puede hacerlo con el crecimiento global. En EE UU son expl¨ªcitas. En Europa, la se?al m¨¢s inquietante es la concreci¨®n del Brexit, pero no es la ¨²nica. El rechazo a la moneda ¨²nica, o en el mejor de los casos, a las pol¨ªticas adoptadas por el BCE para defenderla, son objeto de amplia contestaci¨®n en algunas econom¨ªas centrales de la eurozona.
Para la econom¨ªa espa?ola esas tendencias pueden contribuir a una desaceleraci¨®n adicional a la observada recientemente en el propulsor m¨¢s virtuoso de su recuperaci¨®n, las exportaciones de bienes y servicios, y llegar a registrar drenajes en el crecimiento originados por un renovado d¨¦ficit en la balanza de pagos por cuenta corriente.
Tampoco hace falta recordar el impacto favorable que est¨¢n teniendo las pol¨ªticas monetarias sobre la econom¨ªa espa?ola. Sin el apoyo del BCE, Espa?a soportar¨ªa tipos de inter¨¦s que har¨ªan dif¨ªcil atender el elevado endeudamiento p¨²blico y privado. Si el BCE dejara de comprar deuda p¨²blica espa?ola en las cuant¨ªas que lo hace, la dichosa prima de riesgo reflejar¨ªa en toda su extensi¨®n las limitaciones de nuestra econom¨ªa y su singularidad pol¨ªtica. Y los ajustes presupuestarios ser¨ªan mucho m¨¢s severos que los que vienen.
b) Inestabilidad financiera. La crisis ha dejado secuelas en muchas entidades financieras de dif¨ªcil superaci¨®n. Desde luego en el seno de la eurozona. No se trata solo de la dif¨ªcil coexistencia de la intermediaci¨®n bancaria con tipos de inter¨¦s nulos o negativos. Tambi¨¦n de la aceleraci¨®n de la obsolescencia en que han quedado los modelos de negocio en la banca al por menor. Los problemas del Deutsche Bank o los de los bancos italianos y portugueses en modo alguno han sido superados. Algunos gobiernos se ver¨¢n obligados a seguir financiando la digesti¨®n de los excesos de la crisis en algunas entidades, o la dif¨ªcil adaptaci¨®n a la nueva situaci¨®n de otros sectores en econom¨ªas centrales, como el de las compa?¨ªas de seguros en el ramo de vida.
La inestabilidad financiera tambi¨¦n puede emerger una vez la Reserva Federal normalice su pol¨ªtica monetaria con sucesivas elevaciones de tipos de inter¨¦s. Las repercusiones ser¨¢n m¨¢s expl¨ªcitas en aquellas econom¨ªas m¨¢s endeudadas en d¨®lares. Si la Fed ha retrasado su endurecimiento ha sido precisamente por el deterioro de las condiciones econ¨®micas internacionales. Pero ser¨¢n las emergentes las que sufran, no solo por esa deuda, sino por el menor atractivo de la inversi¨®n extranjera cuando los tipos de inter¨¦s en EE UU sean m¨¢s elevados.
Ante un panorama tal, nuestro sistema financiero ¡ªlos bancos concretamente¡ª seguir¨¢n expuestos al f¨¢cil contagio de episodios de tensi¨®n con los que compartimos moneda, pol¨ªtica monetaria y mercados interbancarios.
c) Crecimiento mundial decepcionante. No ha de extra?ar, por tanto, que el crecimiento anticipado para la econom¨ªa mundial sea decepcionante y plagado de riesgos a la baja. El m¨¢s destacado es el constituido por las presiones deflacionistas que siguen estando presentes en las econom¨ªas m¨¢s avanzadas, de forma especial en la eurozona. La baja inflaci¨®n no favorece la reducci¨®n de la deuda, del exceso de capacidad de muchos sectores, ni la ampliaci¨®n del crecimiento potencial de las econom¨ªas.
En la eurozona, a pesar del mantenimiento de los tipos de inter¨¦s oficiales en niveles hist¨®ricamente bajos, las expectativas de una d¨¦bil inflaci¨®n seguir¨¢n reduciendo la eficacia de la pol¨ªtica monetaria, con tipos de inter¨¦s reales m¨¢s elevados de lo deseable. La espa?ola no es ahora precisamente la econom¨ªa m¨¢s inflacionista de la eurozona, pero si es una de las m¨¢s endeudadas, y la deflaci¨®n no es precisamente el mejor acompa?ante de los deudores.
Frente a un panorama tal, el curso de acci¨®n pol¨ªticamente m¨¢s eficaz es el aumento de la inversi¨®n p¨²blica propiciadora de la expansi¨®n de la privada, y del consiguiente aumento del empleo y la productividad. De forma prioritaria la de aquellas econom¨ªas con margen suficiente en sus finanzas p¨²blicas, como es el caso de Alemania, con un abultado super¨¢vit p¨²blico por tercer a?o consecutivo. Pero, en todo caso, la inversi¨®n susceptible de concretar de forma mancomunada, como la propuesta por las iniciativas asociadas al Plan Juncker, hasta ahora demasiado dependientes de la financiaci¨®n privada.
Todas las instituciones multilaterales, y desde luego el propio BCE, han verificado la incapacidad para que la pol¨ªtica monetaria disponga de m¨¢s eficacia en la neutralizaci¨®n de ese riesgo de estancamiento, de japonizaci¨®n de la eurozona. La defensa de la austeridad fiscal a ultranza hace tiempo que exhibi¨® sus efectos depresivos. El propio presidente Draghi ha sugerido la conveniencia de incrementos salariales que contribuyan a anclar expectativas de inflaci¨®n y de paso paliar la extensi¨®n de la desigualdad creciente en la distribuci¨®n de la renta y la consiguiente desafecci¨®n de los ciudadanos. Sin menoscabo de ello, m¨¢s f¨¢cil de instrumentar y de efectos m¨¢s inmediatos en el fortalecimiento del mercado interior europeo ser¨ªa que instituciones especializadas como el Banco Europeo de Inversiones aprovecharan los ¨ªnfimos costes de capital vigentes para concretar programas de inversi¨®n en destinos favorecedores del desarrollo tecnol¨®gico, de la vertebraci¨®n intraeuropea y, en definitiva, de la modernizaci¨®n econ¨®mica de Europa. Haci¨¦ndolo, se favorecer¨¢ tambi¨¦n la instrumentaci¨®n de reformas en las econom¨ªas nacionales ampliadoras del crecimiento potencial y las no menos urgentes en la gobernaci¨®n de la UE, expuesta a las mayores tensiones centr¨ªfugas desde su creaci¨®n.
Emilio Ontiveros (@ontiverosemilio) es presidente de Afi.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.