El resurgir de los artesanos
La revoluci¨®n tecnol¨®gica ha impulsado una nueva artesan¨ªa que va m¨¢s all¨¢ del trabajo manual, que utiliza m¨¢quinas y saca partido de las posibilidades de Internet
Si John Ruskin levantara la cabeza, se sentir¨ªa probablemente esperanzado. El escritor ingl¨¦s fue uno de los intelectuales del siglo XIX que defendi¨® con mayor pasi¨®n la producci¨®n manual como reacci¨®n al dominio de las m¨¢quinas que emergi¨® con la revoluci¨®n industrial. Hoy, 150 a?os despu¨¦s, Ruskin podr¨ªa apreciar ¡ªcon muchos matices, porque ¨¦l abogaba en esencia por volver a los gremios medievales¡ª la resurrecci¨®n de un antiguo modelo de negocio: el artesanal. En las primeras d¨¦cadas del siglo XXI han florecido multitud de iniciativas que han impulsado la fabricaci¨®n de productos a la antigua usanza, como la cerveza, s¨ªmbolo de esta transici¨®n. ?Regreso a un id¨ªlico pasado artesano o mero disfraz mercadot¨¦cnico?
En el centro de la ciudad es f¨¢cil comprar pan de masa madre, chocolate hecho a mano, helado artesano o una ca?a elaborada en el propio el bar. La promesa de un producto natural, ¡°hecho 100% con amor¡±, engancha. La conversi¨®n de un alimento b¨¢sico en una delicatesen gastron¨®mica ¡ªa veces quiz¨¢ con demasiadas pretensiones¡ª es una muestra de una nueva artesan¨ªa emergente, si bien es bastante minoritaria en un mercado dominado por las grandes marcas y, adem¨¢s, no suele estar al alcance de todos los bolsillos.
Esta tendencia dice de nuestra econom¨ªa, y de la sociedad, m¨¢s de lo que puede parecer. Cabr¨ªa pensar que la revalorizaci¨®n de lo artesanal responde a una reacci¨®n anticapitalista, a una rebeli¨®n contra la producci¨®n en masa. Pero en realidad se trata de un fen¨®meno con caracter¨ªsticas propias, vinculado a los avances tecnol¨®gicos y a una sociedad que valora las cosas que pretenden ser especiales, sostenibles y locales, y que siente cada vez una mayor desafecci¨®n por las grandes marcas.
Una de las iniciativas m¨¢s rese?ables es la producci¨®n de cerveza artesana en un mercado dominado por las firmas consolidadas. En Espa?a, el n¨²mero de microf¨¢bricas que se dedican al l¨²pulo ha pasado de 21 a 361 entre 2008 y 2015, seg¨²n la Agencia Espa?ola de Seguridad Alimentaria y Nutrici¨®n.
En su f¨¢brica de Las Rozas (Madrid), C¨¦sar Pascual explica c¨®mo ¨¦l y otros tres socios fundaron en 2011 Cervezas La Virgen con el af¨¢n de ¡°crear cosas tangibles¡±. ¡°Nuestro objetivo es fabricar una cerveza local, con gustos de aqu¨ª, con la que el consumidor se identifique¡±, explica. ¡°Tardamos hasta dos meses en elaborar nuestra lager, mientras que una industrial puede estar lista en una semana¡±, asegura. ¡°No decimos que una cerveza industrial sea mejor o peor, pero pensamos que puede haber una alternativa para la gente que valora las cosas naturales; nuestra cerveza no est¨¢ pasteurizada y respetamos los tiempos de fermentaci¨®n¡±.
El ¡®crowdfunding¡¯, los servicios de dise?o asistido por ordenador y las impresiones en 3D ayudan a sacar adelante algunos proyectos
Pese a lo que se podr¨ªa pensar, la f¨¢brica de La Virgen no es rudimentaria. Sus propietarios han sacado provecho de la tecnolog¨ªa para mejorar los procesos y reducir, por ejemplo, las mermas. Otra prueba de que el actual movimiento artesano es diferente es que no busca destruir la m¨¢quina, como ansiaban los obreros del ludismo en la Inglaterra del siglo XIX, sino colaborar con ella. ¡°Los peque?os productores tienen m¨¢s acceso a equipos mejores y m¨¢s baratos y contactan con m¨¢s proveedores por Internet¡±, asegura por correo electr¨®nico Larry Downes, economista de la Universidad de Georgetown (Washington) y coautor del libro Big Bang Disruption, sobre el impacto de lo digital en la econom¨ªa.
La revoluci¨®n tecnol¨®gica, aunque resulte parad¨®jico, ha hecho rentable lo que antes no lo era y ha acortado las distancias. ¡°El mercado artesanal es peque?o y est¨¢ diseminado, lo que dificulta el contacto con el comprador. Internet soluciona este problema de forma barata y eficiente¡±, explica Downes.
Los oficios art¨ªsticos han encontrado un gran espacio en la Red. Un caso paradigm¨¢tico es el de Etsy, una web que demuestra que el resurgir artesano no es despreciable. Fue fundada en 2005 en Brooklyn para poner en contacto a joyeros, dise?adores de bolsos y ebanistas con clientes en todo el mundo. El a?o pasado se intercambiaron productos por 2.200 millones de euros a trav¨¦s de Etsy. La alemana DeWanda es otra plataforma conocida. El ¨¦xito de esas webs ha sido tal que Amazon y eBay han abierto un departamento para artesanos. Otra v¨ªa que facilita la distribuci¨®n es la proliferaci¨®n de peque?os supermercados especializados.
Una de las grandes barreras de los peque?os productores, la b¨²squeda de financiaci¨®n, se puede superar gracias a otro fen¨®meno reciente, el crowdfunding ¡ªCamden Town Brewery, una de las mayores cervezas artesanas de Londres, recaud¨® 2,75 millones de libras el a?o pasado¡ª, mientras los nuevos servicios de dise?o asistido por ordenador e impresi¨®n 3D permiten sacar adelante determinados proyectos.
Pero si se puede recurrir a una impresora 3D, ?qu¨¦ es entonces la nueva artesan¨ªa? Va mucho m¨¢s all¨¢ del trabajo manual. La definici¨®n que da la Unesco deja la puerta abierta a m¨¢s de una interpretaci¨®n y algunos la consideran desfasada: sus criterios apuntan a ¡°productos hechos a mano, o con la ayuda de herramientas o hasta m¨¢quinas, siempre y cuando la contribuci¨®n manual directa del artesano se mantenga como el componente sustancial del producto acabado¡±.
Para Downes, se trata m¨¢s bien de una mejora en la especializaci¨®n del trabajo, experimentada en los ¨²ltimos 20 a?os gracias a los avances tecnol¨®gicos. El soci¨®logo Richard Sennett describe al artesano moderno como una persona que no tiene necesariamente que trabajar con sus manos, sino que realiza su labor con entrega, alguien a quien le importa que las cosas se hagan bien.
Seg¨²n Roc¨ªo Mu?oz, creadora de la web La Real F¨¢brica, que vende productos realizados en Espa?a por peque?os productores, ¡°lo artesanal est¨¢ hecho en peque?as tiradas, tiene encanto frente al made in China y aporta una historia personal¡±. Cuando compras mantas de Val de San Lorenzo (Le¨®n), est¨¢s comprando la historia de la persona que las fabrica. ¡°Sabes qui¨¦n est¨¢ detr¨¢s¡±, dice.
Uno de los elementos comunes es que, detr¨¢s de cada uno de esos productos, suele haber una historia personal; sabemos qui¨¦n est¨¢ detr¨¢s
O no. Al menos, no del todo. Ha habido alg¨²n caso de producto artesanal que ha resultado ser menos natural de lo que promet¨ªa. El a?o pasado, la prensa estadounidense se hizo eco de una informaci¨®n que aseguraba que el chocolate de los Mast Brothers ¡ªdos hermanos de Nueva York¡ª estaba hecho con una base de cacao industrial. Ellos respondieron que solo lo utilizaron en los inicios y como cobertura de chocolate de algunas recetas.
No faltan dudas sobre la autenticidad de algunos productos. ¡°Creo que, en general, la nueva artesan¨ªa no es una estratagema de marketing¡±, opina Juli¨¢n Villanueva, profesor y director del departamento de marketing de la escuela de negocios IESE. ¡°Existe un mercado para esos productos y los artesanos sacan partido de ¨¦l. Se trata de tener algo diferente, que nos conecte con su productor, con sabores nuevos¡±, a?ade. El consumidor es heterog¨¦neo y est¨¢ ¡°de vuelta de todo¡±, en un mundo cada vez m¨¢s saturado de productos.
En los a?os sesenta, la publicidad defend¨ªa que la producci¨®n en masa era democratizadora, accesible a todos. Hoy se incide en una est¨¦tica que aspira a ser personal y saludable. Y esta tendencia va m¨¢s all¨¢ de la artesan¨ªa. Tambi¨¦n ha sido adoptada entre las grandes marcas (que, a modo de ejemplo, han convertido el plan de molde en ¡°pan r¨²stico¡±), una se?al clara de que lo artesano es un mercado florenciente.
La supervivencia de los relojes tradicionales suizos, tras a?os de agon¨ªa por la competencia de los digitales, es otra prueba de ello. ¡°Un reloj inteligente da la hora de forma m¨¢s precisa que un Patek Philippe, pero este es competitivo en otros aspectos¡±, puntualiza Downes. No siempre compramos un producto porque proporciona la soluci¨®n m¨¢s eficiente a un problema.
Habilidades humanas
Convertirse en artesano puede ser, por otra parte, beneficioso para la salud. ¡°Hay investigaciones que respaldan que hacer cosas con las manos, tener un trabajo gratificante, disfrutar de cierta autonom¨ªa nos ayuda a ser felices. A los pacientes deprimidos se les suele recomendar la jardiner¨ªa o la pintura. Es una terapia para huir de las pantallas, que producen estr¨¦s mental. Desde la II Guerra Mundial, cada vez trabajamos menos con nuestros cuerpos¡±, afirma en una entrevista telef¨®nica William Davies, soci¨®logo y economista de la Universidad de Londres, autor de La industria de la felicidad (Malpaso).
La artesan¨ªa ayuda a alcanzar ese estado en el que una persona est¨¢ concentrada en lograr una cosa, es un estado de calma y de ausencia de tiempo en el que solo importa lo que se est¨¢ haciendo en ese momento. Ese ¡°estado de flujo¡± es lo m¨¢s parecido a la felicidad, seg¨²n el psic¨®logo positivista Mihaly Csikszentmihalyi, director del Centro de Investigaci¨®n de Calidad de Vida de la Universidad de Claremont (California). La m¨²sica, el dibujo, la meditaci¨®n, la lectura o pintar el dormitorio son otras actividades que pueden alegrarnos el d¨ªa.
En su ensayo El artesano (Anagrama, 2009), el soci¨®logo Richard Sennett reivindica la revalorizaci¨®n del trabajo artesanal como respuesta al empleo deshumanizado. Para el intelectual, un carpintero es un artesano, pero tambi¨¦n pueden serlo un m¨²sico y un t¨¦cnico de laboratorio. Lo que cuenta es que les importe hacer bien su trabajo por el mero hecho de hacerlo bien. Se calcula que se requieren 10.000 horas para ser experto en algo. ¡°Es el tiempo que los investigadores estiman necesario para que habilidades complejas se arraiguen con profundidad suficiente para utilizarlas sin esfuerzo, para convertirse en conocimiento t¨¢cito¡±, destaca el profesor de la New York University y la London School of Economics.
En el caso de la habilidades como tocar el viol¨ªn (Sennett estudi¨® m¨²sica de manera profesional), interpretar una y otra vez una partitura no es tan rutinario y mec¨¢nico como se podr¨ªa pensar: cada vez se van adquiriendo matices que hacen progresar al m¨²sico. Por eso advierte del peligro que la inteligencia artificial supone para el desarrollo de las habilidades humanas en general: ¡°La m¨¢quina inteligente puede separar la comprensi¨®n mental humana del aprendizaje manual, instructivo, repetitivo. Cuando esto se produce, las capacidades conceptuales humanas se resienten¡±.
Lo que el f¨ªsico Victor Weisskopf les dijo a los estudiantes del MIT que trabajaban ¨²nicamente con experimentos informatizados puede resultar muy esclarecedor: ¡°Cuando me mostr¨¢is ese resultado, el ordenador comprende la respuesta, pero no creo que vosotros la comprend¨¢is¡±.
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