¡°El Nafta est¨¢ viejo; renegociarlo no es necesariamente una barbaridad¡±
El economista jefe del BID, Jos¨¦ Juan Ruiz, aboga por la calma tras la victoria de Trump y descarta un escenario apocal¨ªptico en Am¨¦rica Latina
El economista jefe del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), el espa?ol Jos¨¦ Juan Ruiz, (Taranc¨®n, Cuenca, 1957) reniega del an¨¢lisis apocal¨ªptico tras la elecci¨®n de Donald Trump al frente de la primera potencia mundial. Aunque se muestra contrario a la ret¨®rica proteccionista en boga en buena parte del mundo desarrollado, defiende en cambio una reforma del Tratado Comercial de Am¨¦rica del Norte (Nafta, por sus siglas en ingl¨¦s) ¡ªfuertemente criticado por el presidente electo de EE UU¡ª que lo adapte a la realidad del siglo XXI.
Pregunta. ?C¨®mo afectar¨¢ a Am¨¦rica Latina la victoria de Trump?
Respuesta. La realidad econ¨®mica es m¨¢s compleja y m¨¢s de equilibrio general que los an¨¢lisis apresurados. La ¨²nica certeza es que hemos entrado en un momento de mayor incertidumbre y que hay que ser m¨¢s flexibles y no cerrarse caminos. La capacidad de respuesta va a ser m¨¢s importante que los shocks en s¨ª. Creo que hay un poco de exagerada pasi¨®n en encender alarmas.
¡°El objetivo de un pa¨ªs no es tener una moneda fuerte¡±
El economista jefe del BID carga contra quienes insisten en la importancia de que el peso no se debilite m¨¢s frente al resto de grandes divisas. ¡°Interpretar inequ¨ªvocamente que una depreciaci¨®n es un s¨ªntoma de debilidad econ¨®mica me recuerda a la etapa en la que los pa¨ªses europeos, antes de la creaci¨®n del euro, hab¨ªa quienes pensaban que la fortaleza de la moneda era un s¨ªntoma de virilidad nacional¡±, apunta. ¡°El objetivo de un pa¨ªs no es que su moneda sea m¨¢s fuerte. El tipo de cambio es, sencillamente, un precio relativo entre monedas. Una divisa m¨¢s depreciada, si va acompa?ada de expectativas de inflaci¨®n estables, supone que las exportaciones pueden crecer m¨¢s y M¨¦xico puede ser m¨¢s competitivo. Y eso es crecimiento del bueno¡±, cierra.
P. No parece excesivamente preocupado¡
R. No creo que estemos en un mundo de apocalipsis; no creo que todo lo malo vaya a ocurrir simult¨¢neamente. Es muy prudente analizar de forma pausada y con datos cu¨¢les son los escenarios posibles. Lo que uno no puede contar es las dos cosas de forma negativa. No todo es blanco o negro y no todo va en la misma direcci¨®n. John Adams, uno de los padres de EE UU, dijo: ¡°Vivimos en un mundo de leyes y no de hombres¡±. Y yo creo que los hombres, los liderazgos, son importantes, pero tambi¨¦n son muy importantes las instituciones. EE UU es lo suficientemente complejo para cambios tan bruscos.
P. M¨¦xico ha sido objetivo prioritario de los dardos de Trump y ya hay voces que alertan de una posible recesi¨®n. ?Cu¨¢nto sufrir¨¢ su econom¨ªa en esta nueva etapa?
R. Un mayor crecimiento de EE UU con un d¨®lar m¨¢s apreciado significa que M¨¦xico va a ser m¨¢s competitivo. Tendr¨ªa un impacto positivo sobre el precio de las materias primas, muy correlacionado con el crecimiento latinoamericano: cuando las commodities suben y la econom¨ªa mundial crece, la regi¨®n tambi¨¦n ha crecido. Pero no todo es positivo: un d¨®lar apreciado significa que las materias primas no suben tanto y los tipos de inter¨¦s altos en pa¨ªses que importan capital obligan a acelerar el proceso de consolidaci¨®n fiscal a generar ahorro.
P. ?Le preocupa la posible retirada del Nafta?
R. La integraci¨®n de las cadenas de valor mexicanas y estadounidenses es tan importante que pensar que una retirada del Nafta es un desastre no es cierto. Es un acuerdo comercial viejo. Probablemente habr¨ªa que haberlo revisado ya porque la realidad del comercio entre ambos pa¨ªses es muy distinta. Si lo eliminas por razones que poco tienen que ver con la econom¨ªa, no ser¨ªa bueno. Pero renegociarlo y adaptarlo no es necesariamente una barbaridad.
P. ?De qu¨¦ forma?
R. Teniendo en cuenta el comercio intraindustrial. Esto no es un juego de suma cero, en el que lo que gana EE UU lo pierde M¨¦xico. Los productores de empresas como Ford o General Motors van y vuelven de EE UU a M¨¦xico durante el proceso de producci¨®n. No tiene sentido pensar que el mundo es tan sencillo como que al importar un coche se pierde un empleo en Detroit. Una cosa son las intenciones y otra la realidad, que es mucho m¨¢s compleja de lo que se cree habitualmente.
P. Pero, ?ve a Trump en disposici¨®n de renegociarlo?
R. Es que no tenemos ning¨²n dato sobre lo que har¨¢. Hasta que no veamos c¨®mo aborda los problemas, es temerario evaluarlo. Es muy dif¨ªcil pensar que vaya a adoptar medidas radicales que acabar¨ªan yendo en detrimento de aquellos grupos que pretende defender.
P. ?C¨®mo podr¨ªa responder la regi¨®n al hurac¨¢n proteccionista?
R. Tiene ante s¨ª una gran oportunidad de aumentar su integraci¨®n regional y avanzar en la creaci¨®n de un mercado ¨²nico latinoamericano. Hemos escuchado mucha ret¨®rica en torno a Unasur, Mercosur, la Alianza del Pac¨ªfico¡ Pero cuando bajas al detalle, el grado de concreci¨®n es m¨¢s d¨¦bil. Si lo m¨¢s f¨¢cil, que era vender en EE UU, se complica, es muy probable que haya llegado el momento de pensar en los vecinos como clientes. Los espacios que deje libres EE UU los van a ir tomando otros: China ya est¨¢ ah¨ª.
P. ?Podr¨ªa alg¨²n pa¨ªs latinoamericano salir beneficiado por las pol¨ªticas prometidas por Trump?
R. Algunos se ver¨¢n m¨¢s impactados que otros, porque los shocks son asim¨¦tricos. Y s¨ª, incluso algunos podr¨ªan verse afectados positivamente: m¨¢s crecimiento con materias primas m¨¢s caras y con monedas depreciadas puede ser bueno para pa¨ªses como Brasil. Para otros, como Argentina, puede ser positivo desde el lado de la demanda y negativo desde el lado del encarecimiento de su financiaci¨®n. Incluso en un escenario de proteccionismo extremo, Latinoam¨¦rica solo se ver¨ªa afectada en tanto que la demanda global se desacelerar¨ªa. Al estar poco integrada en las cadenas mundiales de valor, el coste ser¨ªa menor. El que s¨ª sufrir¨ªa ser¨ªa M¨¦xico, que est¨¢ integrado en las cadenas de valor estadounidenses.
P. Todo apunta a que EE UU volver¨¢ a subir los tipos de inter¨¦s en diciembre. ?Qu¨¦ implicaciones tendr¨¢ para la regi¨®n?
R. Los tipos de la Fed, en realidad, tienen un impacto moderado. Lo que importa son los spreads de riesgo pa¨ªs sobre los tipos de inter¨¦s a largo plazo. Lo previsible es una cierta normalizaci¨®n monetaria. Las entradas de capital en Am¨¦rica Latina tender¨¢n a reflejar que el coste de oportunidad de invertir en la regi¨®n es m¨¢s elevado porque con menos riesgo puedes conseguir las mismas rentabilidades en mercados m¨¢s estables. De todas formas, cuando uno mira a Am¨¦rica Latina en un entorno de crisis internacional, se da cuenta de una cosa: en el pasado ya hubi¨¦ramos tenido una hiperinflaci¨®n en uno u otro pa¨ªs, una crisis bancaria o una suspensi¨®n de pagos¡
P. ?A qu¨¦ achaca este cambio?
R. A que las pol¨ªticas econ¨®micas han sido much¨ªsimo mejores y a que los bancos centrales han actuado de forma independiente. El mejor ejemplo es Brasil: en mitad de una ca¨ªda del PIB del 3,5%, su banco central subi¨® tipos sin mirar si su acci¨®n iba a tener un impacto o no sobre el crecimiento. Dijo: ¡°necesito anclar las expectativas de inflaci¨®n a medio plazo¡±. Pero hay m¨¢s: Latinoam¨¦rica ha aguantado mejor porque la sensaci¨®n de angustia en amplias capas de la poblaci¨®n es mucho menor que en los ochenta. Hoy hay infraestructuras de inclusi¨®n y pol¨ªticas p¨²blicas mucho mejores que en el pasado. La tasa de pobreza es hoy la mitad que entonces y la desigualdad, pese a seguir siendo gigantesca e intolerable, se ha reducido. Ahora hay una clase media que, cuando los Gobiernos no hacen lo que hab¨ªan prometido, vota y les echa.
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