Mario Draghi: ¡°Predomina la incertidumbre pol¨ªtica¡±
El guardi¨¢n de la pol¨ªtica monetaria europea anuncia que los tipos de inter¨¦s subir¨¢n cuando culmine la recuperaci¨®n
Mario Draghi (Roma, 1947) es uno de esos personajes que llenan el espacio all¨¢ donde entran. Como presidente del Banco Central Europeo (BCE) salv¨® a la moneda ¨²nica de dos crisis existenciales; en una de ellas, sin gastar un solo euro. Combina el valor, la principal virtud aprendida de su padre ¡ª¡°algo mucho m¨¢s importante que el dinero: si lo pierdes no lo recuperas¡±¡ª, con una finura envolvente, ese ADN italiano y a la vez contenido.
Escucha con los ojos, habla con una suave cadencia, retiene el movimiento de las manos en ejercicio de autocontrol. Pero llegado el momento va directo al grano: en su d¨ªa se gan¨® a la canciller Angela Merkel para la versi¨®n europea del QE, el programa de compras de activos, y ahora habla con inusitada claridad de las metamorfosis pol¨ªticas de esta crisis interminable.
Draghi pas¨® por el Banco de Italia y por Goldman Sachs, pero antes se doctor¨® en el m¨ªtico MIT, en EE UU, y sobre todo en el noble arte del contraataque. Cuando en su despacho de la planta 40 de la sede de Fr¨¢ncfort quiere disolver una escalada de esas preguntas que un banquero central tiene vedado responder, pero que los periodistas est¨¢n obligados a formular ¡ªsobre el inmediato futuro de su pol¨ªtica monetaria¡ª, encuentra la forma de romper el ritmo. Pide caf¨¦s, se entretiene en una an¨¦cdota futbol¨ªstica, r¨ªe con ganas. Aun as¨ª, bosqueja pistas con palabras, matices, ¨¦nfasis: tocar¨¢ al lector, en ocasiones, descubrirlas en esta primera entrevista en un medio en espa?ol apenas d¨ªas antes de su visita a Madrid de hoy, para dar una conferencia en la escuela de negocios de Deusto con motivo de su centenario.
Pregunta. ?Est¨¢ Europa en peligro?
Populismos.? ¡°La clave es en qu¨¦ medida afectan a la reactivaci¨®n¡±
Respuesta. La recuperaci¨®n, aunque modesta, es firme. Crecemos y nuestra inflaci¨®n va mejorando. El PIB europeo ha recuperado el nivel anterior a la crisis, aunque haya tardado siete a?os y medio. En los ¨²ltimos cuatro a?os Europa ha creado cuatro millones de empleos y la tasa de paro ha bajado del 13% hasta el 10%. Contin¨²an existiendo grandes diferencias entre los pa¨ªses, pero son menores que antes. Los motores principales de esta recuperaci¨®n han sido los bajos precios del petr¨®leo y nuestra pol¨ªtica monetaria. Esta recuperaci¨®n es m¨¢s s¨®lida que las anteriores porque se apoya en el aumento del consumo y en la demanda interna, no solo en las exportaciones. La recuperaci¨®n del consumo obedece esencialmente a una mejora de la renta real disponible, y su determinante principal, ahora que los efectos del precio del petr¨®leo est¨¢n desapareciendo, son las medidas del BCE.
P. Pero la pol¨ªtica puede arruinarla.
R. En efecto, la incertidumbre pol¨ªtica es predominante. Este a?o hemos sufrido una multitud de incertidumbres: primero la desaceleraci¨®n en China y el estancamiento del comercio mundial, y luego el refer¨¦ndum del Brexit y las elecciones en Estados Unidos. La cuesti¨®n clave es en qu¨¦ medida esa incertidumbre pol¨ªtica afectar¨¢ a la recuperaci¨®n econ¨®mica. Hasta ahora hemos observado a corto plazo una respuesta m¨¢s moderada de lo que la gente esperaba. En un primer momento vimos una reacci¨®n bastante acusada de los mercados, que despu¨¦s recuperaron el nivel previo al evento desencadenante.
P. ?Existe el riesgo de volver a los a?os treinta, a su proteccionismo, a su autoritarismo?
Adquisici¨®n de activos. ¡°Podemos combinar compras mensuales y duraci¨®n¡±
R. Vayamos por partes. El conjunto del sector bancario y, quiz¨¢ de forma m¨¢s general, el sector financiero, es ahora m¨¢s resistente que antes de la crisis. Pero a medio plazo a¨²n no est¨¢ claro cu¨¢les ser¨¢n las consecuencias de la incertidumbre pol¨ªtica pasada, presente o futura. Las habr¨¢, eso es seguro.
P. Si es que al final hay Brexit.
R. Tenemos que asumir que lo habr¨¢. Gran parte de su impacto depende del acuerdo definitivo y de cu¨¢nto duren las negociaciones para alcanzarlo. Cuanto m¨¢s se alarguen, m¨¢s durar¨¢ la incertidumbre: m¨¢s dif¨ªcil ser¨¢ para los inversores y otros agentes econ¨®micos del Reino Unido tomar decisiones. Es indudable que el impacto en el Reino Unido ser¨¢ mayor que en la eurozona o en la UE. Ahora bien, el Reino Unido es una econom¨ªa grande, por lo que sus efectos se sentir¨¢n aqu¨ª tambi¨¦n.
P. Con el Brexit, las elecciones en EE UU y el populismo en general, ?peligra el orden liberal-democr¨¢tico internacional?
Causas de la crisis. ¡°La principal fue la desregulaci¨®n ciega del sector bancario¡±
R. La pregunta clave es si afectar¨¢n a nuestros valores europeos y de qu¨¦ manera, y qu¨¦ haremos para proteger esos valores. Las preocupaciones dominantes de los ciudadanos de la Uni¨®n son ahora la inmigraci¨®n, la seguridad antiterrorista, la defensa, la protecci¨®n de las fronteras. Todas ellas son asuntos supranacionales que requieren una respuesta com¨²n. La integraci¨®n europea es la respuesta adecuada, pero se ha debilitado en los ¨²ltimos tiempos, en parte por los populismos. Es cada vez m¨¢s dif¨ªcil avanzar en la integraci¨®n, pero al mismo tiempo los ciudadanos quieren pol¨ªticas europeas en materia de seguridad y defensa. Eso tambi¨¦n es una forma de construir Europa.
P. ?El inminente refer¨¦ndum italiano y las elecciones en otros pa¨ªses pueden provocar turbulencias en los mercados de deuda al estilo de 2012?
R. No puedo comentar acontecimientos pol¨ªticos que a¨²n no han sucedido. Lo que sabemos es que tenemos un objetivo, que es la estabilidad de precios, y que disponemos de instrumentos para lograrlo. ?C¨®mo podemos contribuir mejor a la confianza y a la estabilidad? Cumpliendo nuestro mandato.
P. El BCE salv¨® el euro dos veces. En 2012, con un bill¨®n de liquidez y aquella frase del ¡°har¨¦ todo lo necesario¡±; despu¨¦s con el QE, el programa de compra de activos. ?Habr¨¢ una tercera vez?
Sistema financiero. ¡°Espa?a repar¨® antes que otros su banca: eso fue crucial¡±
R. Espero que no. La crisis trajo momentos muy duros para todos. Espero que hayamos extra¨ªdo lecciones; la agenda de pol¨ªtica monetaria se ha dise?ado sobre la base de esas lecciones.
P. ?La QE y los tipos bajos evitaron una tercera recesi¨®n?
R. Nuestras medidas han sido muy efectivas. La fragmentaci¨®n financiera entre pa¨ªses con econom¨ªas m¨¢s s¨®lidas y pa¨ªses vulnerables se ha reducido enormemente. Cuando redujimos nuestros tipos de inter¨¦s hubo un momento en el que los bancos no trasladaban dichas reducciones a sus clientes; ahora s¨ª. Hubo un momento en que los pa¨ªses y las empresas pagaban tipos de inter¨¦s considerablemente distintos independientemente de las diferentes primas de riesgo. Una empresa con filiales en dos pa¨ªses pagaba tipos muy distintos en cada una de ellas, con exactamente el mismo riesgo. Estamos de acuerdo en que tipos de inter¨¦s diferentes deben reflejar riesgos diferentes, pero en este caso los tipos obedec¨ªan a otros factores. Eso ya no sucede. La concesi¨®n de cr¨¦dito se derrumb¨® y ahora est¨¢ comenzando a crecer de nuevo.
P. No mucho.
R. Las encuestas revelan que el acceso al cr¨¦dito ha dejado de ser un problema. Hace tres a?os y medio las pymes consideraban que el acceso al cr¨¦dito era el segundo factor que inhib¨ªa la inversi¨®n: eso ha desaparecido. Tambi¨¦n hemos observado una reducci¨®n del diferencial entre los tipos de inter¨¦s aplicados a las grandes empresas y a las pymes. Cuando el BCE compra bonos de grandes empresas, estas reducen su dependencia de la financiaci¨®n bancaria, lo que libera espacio en los balances de los bancos para que concedan pr¨¦stamos a las pymes.
P. ?Sus medidas no convencionales generan efectos negativos?
R. Realizamos un seguimiento de los riesgos para la estabilidad financiera, pero no vemos burbujas en la eurozona. Hay alzas de precios de la vivienda en Mil¨¢n, Barcelona y algunas ciudades alemanas, s¨ª, pero selectivas, circunscritas a ¨¢mbitos determinados. Para poder hablar de burbujas debe haber una escalada de precios y fuertes aumentos del cr¨¦dito. No vemos esa din¨¢mica. El cr¨¦dito crece, pero a tasas del 3%, no al 15% de antes de la crisis.
P. Aumenta la desigualdad.
R. No estoy de acuerdo. Aunque las compras de activos hacen que sus precios suban, no debemos olvidar que la causa m¨¢s importante de la desigualdad es el desempleo. Si comparamos las consecuencias a medio plazo del aumento del desempleo con los efectos a corto plazo del empeoramiento de la desigualdad, la respuesta general es negativa. La QE no aumenta la desigualdad.
P. Los bajos tipos de inter¨¦s benefician a muchos, pero perjudican a algunos: la banca se queja.
R. Somos conscientes de que los bajos tipos de inter¨¦s afectan a los m¨¢rgenes de intermediaci¨®n de algunas entidades, aunque tambi¨¦n tienen efectos positivos sobre la rentabilidad al apoyar la recuperaci¨®n, reducir las p¨¦rdidas por insolvencia y aumentar la valoraci¨®n de los activos. No podemos negar que algunas personas, como los pensionistas sin deudas que viven de alquiler, pueden verse penalizadas por los bajos tipos. El ¨²nico mensaje honesto que podemos darles es que los bajos tipos son imprescindibles para la plena recuperaci¨®n, y cuando ¨¦sta culmine, subir¨¢n.
P. El crecimiento europeo es mediocre. El paro es del 10%. La inflaci¨®n est¨¢ lejos del 2%. Con esas cifras, ?c¨®mo se atreven los halcones del BCE a pedir la retirada de las medidas no convencionales, los tipos bajos y las compras de activos?
R. Nunca hemos discutido de eso en el Consejo de Gobierno.
P. ?Se alargar¨¢ en diciembre el plazo de la QE m¨¢s all¨¢ de marzo de 2017, y se reducir¨¢ el tama?o de las compras mensuales?
R. Esta decisi¨®n corresponde al Consejo y la adoptar¨¢ el pr¨®ximo 8 de diciembre. En este momento, confirmamos nuestro compromiso de mantener el grado muy considerable de acomodaci¨®n monetaria necesario para garantizar una convergencia sostenida de la inflaci¨®n hacia un nivel inferior, aunque pr¨®ximo, al 2% a medio plazo.
P. Pero los mercados esperan un movimiento en diciembre.
R. Es normal, especialmente en un contexto en el que la pol¨ªtica monetaria emplea m¨¢s instrumentos que en el pasado. Podemos ofrecer la orientaci¨®n adecuada mediante diversas combinaciones de instrumentos, por ejemplo el volumen de compras mensuales o la duraci¨®n del per¨ªodo en que se efect¨²an. No entro a prejuzgar el debate sobre las diversas opciones.
P. Ser¨¢ denso e intenso, ?no?
R. Las reuniones del Consejo siempre son interesantes.
P. Desde hace dos a?os, desde su discurso en Jackson Hole, usted predica sin ¨¦xito la necesidad de complementar su pol¨ªtica monetaria expansiva con una pol¨ªtica fiscal expansiva. Ahora Bruselas propone un est¨ªmulo. ?Apoya a la Comisi¨®n ante los ministros de Finanzas?
R. Todav¨ªa estamos valorando la propuesta. La pol¨ªtica fiscal debe apoyar la recuperaci¨®n. Pero a la vez debe cumplir las reglas del Pacto de Estabilidad, que pueden ser interpretadas con la flexibilidad suficiente para acomodar factores extraordinarios y reformas estructurales. Cumplir unas reglas bien dise?adas es imprescindible para generar confianza en los mercados y credibilidad para los Gobiernos. Solo avanzaremos hacia una mayor integraci¨®n si hay confianza entre los pa¨ªses.
P. Esa confianza se ha esfumado. Las reglas se han incumplido siempre. ?No deben sustituirse por otras?
R. La pol¨ªtica fiscal en la UE es, b¨¢sicamente, un proceso basado en reglas y corresponde a la Comisi¨®n la tarea de vigilar su cumplimiento. Demos un paso atr¨¢s. En la pol¨ªtica monetaria hemos seguido otro camino: cambiamos de un sistema dominado por reglas a otro basado en instituciones, a una integraci¨®n monetaria institucional. ?Qu¨¦ es lo que da mejor resultado? Juzguen ustedes.
P. Lo que interesa al lector es su opini¨®n.
R. Los lectores pueden formarse una opini¨®n sobre el BCE juzgando el cumplimiento que damos a nuestro mandato de estabilidad de precios. Y dir¨ªa que, a pesar de las muchas crisis de los ¨²ltimos a?os, hemos mantenido nuestra ruta, y prevemos que la inflaci¨®n volver¨¢ a situarse en un nivel compatible con nuestro objetivo, es decir, una tasa pr¨®xima al 2%, entre 2018 y 2019.
P. ?En qu¨¦ tama?o de est¨ªmulo pensaba cuando empez¨® a pedir pol¨ªticas fiscales m¨¢s activas?
R. La eurozona est¨¢ formada por pa¨ªses muy distintos: eso implica pol¨ªticas fiscales distintas. Pero si la crisis ha dejado clara una cosa es que muchos de los socios no ten¨ªan posiciones fiscales sostenibles. No hab¨ªa espacio fiscal para luchar contra la crisis.
P. EE UU ha sido m¨¢s flexible con sus propias reglas: su recuperaci¨®n lleg¨® antes y ha sido mucho m¨¢s intensa. ?No debiera hacernos pensar tambi¨¦n eso en la necesidad de cambiar las reglas?
R. El sistema institucional estadounidense es completamente diferente: tienen un verdadero presupuesto federal, un mercado financiero plenamente integrado y una sociedad muy distinta. Por eso es dif¨ªcil comparar. No obstante, si lo que me preguntan es cu¨¢l es la diferencia entre ambas crisis, entonces es importante porque nos obliga a pensar en los errores cometidos antes de la crisis. Estos errores ser¨ªan el elemento principal a tener en cuenta para dise?ar un programa para despu¨¦s de la crisis.
P. ?Por qu¨¦ las salidas de las crisis han divergido tanto?
R. Una de las razones principales de la crisis financiera fue la desregulaci¨®n ciega que tuvo lugar en los primeros a?os de este siglo y los ¨²ltimos de la d¨¦cada de los 90. Eso llev¨® a la creaci¨®n de los activos t¨®xicos, a la opacidad de los mercados, a los excesos que provocaron la crisis financiera mundial y la recesi¨®n. En EE UU, el origen de la crisis fue sobre todo financiero. Luego se contagi¨® a Europa, a sus bancos, a sus Gobiernos, a una econom¨ªa muy endeudada, a una banca que tambi¨¦n estaba infracapitalizada y estrangul¨® el cr¨¦dito. El perjuicio fue mayor en Europa porque por debajo de esos s¨ªntomas palpitaba una competitividad declinante durante a?os por la falta de reformas estructurales.
P. ?Qu¨¦ lecci¨®n deja la crisis?
R. Varias. Una es que hay que fabricar margen fiscal para poder usarlo cuando venga otra crisis. Quienes lo tengan, podr¨¢n usarlo; quienes no, solo podr¨¢n variar la composici¨®n del presupuesto: menos gasto, impuestos m¨¢s bajos y m¨¢s inversi¨®n p¨²blica bien dirigida para incrementar la productividad. La segunda es que hay que reforzar el sistema bancario: el capital de m¨¢xima calidad ha pasado del 7% antes de la crisis al entorno del 14%. Y la tercera es que es necesario hacer reformas para recuperar la competitividad y estar listo si vuelven los problemas. Espa?a hizo reformas, y por eso tiene un crecimiento notable y ha reducido sensiblemente su tasa de paro.
P. Si vuelve la crisis no es descartable un nuevo episodio de turbulencias en la banca, con debilidades en varios pa¨ªses. ?Hay que aplicar estrictamente la Directiva de Resoluci¨®n bancaria [que fija el orden de los acreedores a la hora de perder su dinero en una crisis bancaria]?
R. Durante la crisis, todo el mundo insist¨ªa en que los contribuyentes deben dejar de pagar por los excesos del sector financiero, por los errores de los bancos. Esto se tradujo en la directiva de resoluci¨®n. Pero tanto la directiva como las reglas de ayudas de Estado dejan margen a la Comisi¨®n para su interpretaci¨®n. Pero d¨¦jeme decir que la mejor protecci¨®n contra reglas que exigen que los acreedores coticen en los rescates bancarios, algo que suele venir asociado a graves problemas pol¨ªticos y econ¨®micos, es que todos los bancos tengan colchones para el caso de que haya problemas, con activos que puedan usarse con facilidad para absorber p¨¦rdidas. Eso es clave
¡°Espa?a crece m¨¢s, pero a¨²n es vulnerable¡±
El PIB espa?ol crece con fuerza, pero el paro sigue en torno al 20%. Espa?a tiene el d¨¦ficit m¨¢s alto de Europa despu¨¦s de Grecia, una deuda muy abultada, ciertas dudas a¨²n sobre su sistema financiero. ?Una econom¨ªa con esas cifras no est¨¢ muy expuesta a cualquier rev¨¦s?
¡°Espa?a crece m¨¢s, pero todav¨ªa es vulnerable: tiene un d¨¦ficit elevado y un gran endeudamiento p¨²blico y privado. Pero lo fundamental es que Europa est¨¢ saliendo de la crisis, y Espa?a sale m¨¢s r¨¢pido porque ha hecho m¨¢s reformas estructurales, b¨¢sicamente¡±, afirma el presidente Mario Draghi. La econom¨ªa espa?ola se ha beneficiado m¨¢s que otras del abaratamiento del petr¨®leo y los tipos de inter¨¦s reducidos por estar muy endeudada: ¡°Los vientos favorables lo han sido para todos. Tambi¨¦n es incuestionable que la pol¨ªtica monetaria es un motor de recuperaci¨®n en toda la eurozona¡±, a?ade.
En Espa?a tiende a olvidarse que la mitad del trabajo lo han hecho esos vientos de cola, y puede que la econom¨ªa espa?ola sufra m¨¢s que otras cuando el petr¨®leo empiece a encarecerse y el banco central empiece a retirar est¨ªmulos. ¡°Pero tambi¨¦n es cierto que Espa?a hizo reformas. Y que repar¨® antes que otros el sistema financiero: eso ha sido crucial¡±, apunta el jefe del Eurobanco, en una referencia velada a otros pa¨ªses que no han hecho los deberes en ese ¨¢mbito. Italia es el caso m¨¢s obvio. Pero Draghi prefiere no se?alar a nadie expl¨ªcitamente.
Bruselas pide ahora un recorte adicional de 5.500 millones para cumplir con el d¨¦ficit a un Gobierno en minor¨ªa, a un pa¨ªs que muestra cierta fatiga por los ajustes, las dos reformas laborales y las reformas financieras y de pensiones. ?Una ronda adicional de la misma medicina no puede ser contraproducente? ¡°La pol¨ªtica fiscal podr¨ªa complementar nuestra pol¨ªtica monetaria, junto con reformas estructurales, para respaldar la recuperaci¨®n. Pero esto debe hacerse de conformidad con las normas vigentes, que administra y vigila la Comisi¨®n¡±, cierra rotundo.
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