El crecimiento econ¨®mico espa?ol a largo plazo
La posici¨®n espa?ola frente a las naciones occidentales empeor¨® hasta 1950 y despu¨¦s recobr¨® terreno
Qu¨¦ muestran los nuevos datos?
La actividad econ¨®mica espa?ola, medida por el producto interior bruto (PIB), se multiplic¨® por 50 entre 1850 y 2015, lo que supone una tasa acumulativa anual del 2,4%. Pero, ?en qu¨¦ medida afect¨® a las condiciones de vida de la poblaci¨®n? Dado que la poblaci¨®n se triplic¨®, el PIB real por habitante aument¨® alrededor de 16 veces, creciendo anualmente, en promedio, al 1,7%, pero mostrando un ritmo desigual. As¨ª, entre 1850 y 1950, el PIB per c¨¢pita creci¨® al 0,7%, duplicando su nivel inicial. En el cuarto de siglo posterior, el crecimiento se intensific¨®, de modo que, en 1974, el ingreso por habitante era 3,6 veces el de 1950. Aunque el progreso econ¨®mico se desaceler¨® a partir de 1975, reduci¨¦ndose a la mitad su tasa anual, el nivel de PIB por habitante se dobl¨® entre 1974 y 2007. La Gran Recesi¨®n redujo el PIB per capita en un 11% entre 2008 y 2013 pero, a¨²n as¨ª, en 2015 su nivel era superior en m¨¢s de un 80% al de 1985, cuando Espa?a ingres¨® en la Uni¨®n Europea.
?Qu¨¦ origin¨® semejante aumento del producto por habitante?
El PIB per capita depende de la cantidad de trabajo realizado por persona y de cu¨¢n productivo es su esfuerzo. El PIB por habitante y por hora trabajada evolucionaron al un¨ªsono entre 1850 y 2015 aunque, como la cantidad de horas trabajadas por persona se redujo, la productividad laboral creci¨® a¨²n m¨¢s deprisa (aument¨® 23 veces). La reducci¨®n del n¨²mero de horas por trabajador equivalente a tiempo completo, que se contrajo de 2.800 horas anuales a mediados del s. XIX a menos de 1.900 a comienzos del s. XXI, es la principal raz¨®n del declive en las horas trabajadas por persona. As¨ª, pues, los logros en t¨¦rminos de PIB per capita se deben por entero al aumento de la productividad laboral. Sin embargo, en las cuatro ¨²ltimas d¨¦cadas se advierte que las fases de aceleraci¨®n del crecimiento de la productividad se corresponden a las de menor crecimiento del PIB por habitante, y viceversa. Ello sugiere la incapacidad de la econom¨ªa espa?ola, a partir de 1975, para combinar la creaci¨®n de empleo y el crecimiento de la productividad, con la consecuencia de que aquellos sectores que se expanden y crean empleo (construcci¨®n y servicios, sobre todo) son los que menor ¨¦xito tienen en atraer inversi¨®n e innovaci¨®n tecnol¨®gica.
La construcci¨®n de series hist¨®ricas de contabilidad permite investigar la evoluci¨®n a largo plazo de la econom¨ªa
?Rezag¨¢ndose, acortando distancias y, de nuevo, qued¨¢ndose atr¨¢s?
El crecimiento a largo plazo en Espa?a ha sido similar al de las naciones occidentales, si bien su nivel de PIB por habitante ha sido sistem¨¢ticamente inferior. Hasta 1950 el crecimiento espa?ol fue comparativamente inferior. El lento crecimiento entre los a?os 1880 y 1914 y el no haber sabido obtener ventajas de la neutralidad durante la I Guerra Mundial lo explican parcialmente, Adem¨¢s, los logros de los a?os veinte fueron neutralizados por la Gran Depresi¨®n, de la que no se recobr¨® por completo debido al estallido de la Guerra Civil, y por larga y lenta recuperaci¨®n posb¨¦lica, en contraste con la experiencia de los pa¨ªses europeos beligerantes en la II Guerra Mundial. Por tanto, Espa?a se rezag¨® entre 1850 y 1950.
La situaci¨®n se revirti¨® entre 1950 y 2007. La denominada ¡°¨¦poca dorada¡± (1950-73), en especial a partir de 1960, supuso crecer de forma acelerada y recortar diferencias con los pa¨ªses avanzados. Aunque menos intenso, el progreso sostenido tras la d¨¦cada de transici¨®n a la democracia (1975-84) permiti¨® acortar distancias a entre 1985 y 2007. La Gran Recesi¨®n invirti¨® la tendencia, si bien es a¨²n pronto para determinar si se ha iniciado una nueva ¨¦poca de retraso.
En definitiva, la posici¨®n relativa espa?ola con respecto a las naciones occidentales ha seguido una evoluci¨®n en U, empeorando hasta 1950 (con las excepciones de los a?os 1870 y primeros 1880 y la d¨¦cada de 1920) y recobrando terreno despu¨¦s (excepto durante la Transici¨®n y la Gran Recesi¨®n).
El trabajo original puede consultarse en http://hdl.handle.net/10016/23644 y las series est¨¢n disponibles en http://espacioinvestiga.org/bbdd-chne/
Leandro Prados de la Escosura es catedr¨¢tico de la Universidad Carlos III y ocupa la c¨¢tedra honor¨ªfica Maddison de la Universidad de Groninga.
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