Excepcionalidad financiera familiar
Desde 2010 la deuda de familias y empresas se ha reducido en 482.459 millones de euros, un 48,2% del PIB
Cuando otros pa¨ªses ya hab¨ªan tomado medidas contundentes de rescate financiero, en Espa?a segu¨ªa aumentando la deuda privada, con la inercia de un crecimiento anterior vertiginoso. Hasta 2010, la deuda de hogares y empresas creci¨® y alcanz¨® los 2,33 billones de euros, un 215,7% del PIB. En aquel momento se prodigaron an¨¢lisis que suger¨ªan que tal endeudamiento no se podr¨ªa pagar nunca e, incluso, que podr¨ªan ser necesarias quitas a la deuda privada.
El tiempo ha demostrado que esos an¨¢lisis eran err¨®neos. En un pa¨ªs poco dado a apreciar los incentivos, los contratos de pr¨¦stamo han de cumplirse y, de no hacerse, se trata de buscar las mejores soluciones. Casi siempre privadas. Se ponen en marcha otros mecanismos para evitar resultados m¨¢s desagradables que, contrario a lo que tambi¨¦n se piensa muchas veces, a nadie benefician y ninguna parte desea (tampoco las entidades financieras).
Los datos que el Banco de Espa?a public¨® este lunes sugieren no s¨®lo que familias y empresas han peleado por honrar la deuda sino que han hecho un esfuerzo descomunal. Desde 2010 y hasta el tercer trimestre del pasado a?o, la deuda de familias y corporaciones se ha reducido en 482.459 millones de euros, un 48,2% del PIB. Esto supone un enorme coste de oportunidad porque la ca¨ªda del endeudamiento ha supuesto tambi¨¦n una disminuci¨®n de la inversi¨®n productiva. Pero encierra elementos muy positivos, como la ratificaci¨®n de la capacidad del sector privado espa?ol para reducir sus niveles de endeudamiento sin destrozar estructuras contractuales ni afectar gravemente a la reputaci¨®n del pa¨ªs.
En estos d¨ªas se habla mucho de la deuda m¨¢s com¨²nmente conocida, la hipotecaria. Se desconoce en muchos casos que, como en otros ¨¢mbitos, los bancos y sus clientes renegocian los t¨¦rminos en funci¨®n de las condiciones de mercado con frecuencia. A¨²n m¨¢s en tiempos de excepcionalidad financiera.
Las estad¨ªsticas del INE muestran que en 2015 se produjeron 177.507 cambios registrales por modificaci¨®n de condiciones y hasta octubre de 2016 otros 121.091. M¨¢s de la mitad de los mismos son reducciones pactadas de tipos de inter¨¦s. La cuesti¨®n es que esos cambios son l¨®gicos pero la retroactividad absoluta choca con la proporcionalidad que exige la excepcionalidad financiera.
Conviene estudiar hasta qu¨¦ punto hogares, empresas y bancos se benefician de tipos de inter¨¦s negativos. Para las entidades financieras no reflejan el riesgo asociado a prestar y, por lo tanto, no les permiten ofrecer cr¨¦dito con el margen que se precisar¨ªa en las condiciones actuales de demanda. No son tan reducidos esos tipos porque ese sea el equilibrio entre oferta y demanda, sino por la acci¨®n excepcional del Banco Central Europeo.
Para las econom¨ªas dom¨¦sticas, seg¨²n estimaciones recientes, han supuesto un ahorro en intereses de 25.000 millones de euros. Esto tambi¨¦n ha podido ralentizar la vuelta del cr¨¦dito porque seguramente ha acelerado las amortizaciones. Los beneficios de la excepcionalidad deben ser para todos, siempre que medie transparencia y seguridad jur¨ªdica, como ha sido siempre en la mayor¨ªa de los casos.
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