Carta blanca a las opas
El final de la incertidumbre pol¨ªtica, la concentraci¨®n del sector financiero y la entrada de capital for¨¢neo ceban la bomba de nuevas operaciones
Hay algo en la mitolog¨ªa econ¨®mica que asocia el t¨¦rmino opa (oferta p¨²blica de adquisici¨®n) a noches en vela en car¨ªsimos bufetes de abogados, negociaciones a cara de perro y un sinf¨ªn de desencuentros entre comprador y vendedor. Como todo lo mitol¨®gico se aferra a una peque?a porci¨®n de la realidad. El despacho Cuatrecasas ha rastreado diez a?os de este tipo de operaciones. El tr¨¢nsito por esos folios cuenta los d¨ªas precedentes pero tambi¨¦n el presente y el futuro.
En la ¨²ltima d¨¦cada Espa?a ha contabilizado 54 opas. Un n¨²mero limitado que evidencia los estragos de la Gran Recesi¨®n. Pero esta imagen se desvanece. El fin (al menos temporal) de la incertidumbre pol¨ªtica, los procesos que llegar¨¢n de concentraci¨®n del sector financiero, la entrada de capital for¨¢neo en busca de negocio y un incremento de la confianza en el pa¨ªs ceban la m¨¢quina de nuevas operaciones.
¡°Existe una tendencia natural a plantear las operaciones de una manera amistosa. Porque te permite hacerlas de una forma m¨¢s tranquila. Por ejemplo, cuando la opa es hostil la posibilidad de acceder a informaci¨®n, m¨¢s all¨¢ de la que es p¨²blica, no existe¡±, reflexiona Juan Aguayo, socio de Corporate de Cuatrecasas. Una filosof¨ªa que nada tiene que ver con la batalla energ¨¦tica que en 2005 desat¨® Gas Natural por el control de Endesa. Parece que esa forma de andar por los mercados queda lejos.
Dir¨ªase que se escuchan otras voces en otros ¨¢mbitos, dir¨ªase que la salida a Bolsa en un mismo mes de Gestamp, Prosegur Cash y Neinor ha transformado una avalancha de papel en un aluvi¨®n de dinero. ¡°Todas esas operaciones son una gran noticia y ojal¨¢ se pudiera mantener el ritmo durante el resto del a?o¡±, observa Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez, socio de Corporate de Cuatrecasas. Tambi¨¦n se aguarda que pronto la CNMV permita tramitar las opas en ingl¨¦s.
La reforma legal en 2007 trajo m¨¢s transparencia y protecci¨®n para los minoritarios
El informe de Cuatrecasas es una horquilla. La que trasciende desde la entrada en vigor del actual r¨¦gimen de opas (agosto de 2007) hasta el 28 de febrero pasado. El repaso de esos a?os habla de tipos de operaciones y tambi¨¦n de n¨²meros. Y revela un reparto nada equidistante entre obligatorias (13), voluntarias (19), de reducci¨®n (3) y de exclusi¨®n (19). De hecho, el que haya casi una veintena de estas ¨²ltimas responde a la crisis y tambi¨¦n al ahorro. Cotizar en el parqu¨¦ genera muchos costes a cualquier empresa. Por eso abandonarlo ha sido un alivio en algunos casos. Aunque en otros responde a una estrategia de b¨²squeda de inversores de capital riesgo. Porque en estos predios a veces nada es lo que parece. En 10 a?os solo ha habido dos ofertas hostiles. Los dos movimientos que cumplen estos requisitos ¡ªdesgrana Coro Fern¨¢ndez-Ra?ada, abogada del ¨¢rea de Conocimiento e Innovaci¨®n del despacho¡ª son las opas de la compa?¨ªa danesa de renovables Greentech sobre Fersa (2012) y la de IAG sobre la aerol¨ªnea Vueling (2013). En este mismo espacio de lo excepcional, la operaci¨®n de Imperial Tobacco y Altadis fue la primera en la que se aplic¨® el derecho de compraventa forzoso (squeeze-out). Mientras que Metrovacesa (2011) y GAM (2015) estrenaban las ¡°operaciones de salvamento¡±. Esta figura permite adquirir, sin tener que lanzar una opa, una sociedad cotizada cuya viabilidad financiera corra grave peligro a corto plazo.
Todo esto resulta factible porque detr¨¢s existe ¡°una normativa que trata de entender la realidad empresarial de Espa?a¡±, concede Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez. Una regulaci¨®n que en agosto de 2007 tuvo una reforma profunda. De hecho incorpor¨® una directiva comunitaria de 2004 al Derecho espa?ol y a?adi¨® adem¨¢s los cambios normativos que viv¨ªan los mercados espa?oles. Fue un ba?o de realidad que hab¨ªa sido precedido por cruentas batallas por el control de grandes compa?¨ªas como Endesa.
Esa directiva persegu¨ªa aumentar la transparencia y proteger a los minoritarios. Y fij¨® figuras que el tiempo demostr¨® esenciales. Por ejemplo, la inmovilidad. Los administradores y los directivos de la sociedad afectada por una opa estaban obligados a respetar un deber de pasividad desde el anunci¨® de la opa hasta la publicaci¨®n del resultado de la oferta. Es el camino para evitar un potencial conflicto entre el inter¨¦s de los administradores por conservar su trabajo y el de los accionistas por rentabilizar al m¨¢ximo su inversi¨®n. La forma de eludir palos en las ruedas. Tambi¨¦n puso orden en la b¨²squeda de ofertas competidoras (los famosos caballeros blancos) y trat¨® de debilitar los blindajes frente a las opas. Aunque con un ¨¦xito cuestionable. Todav¨ªa existen gateras para protegerse, como limitaciones de acceso al consejo de administraci¨®n o el uso de opciones sobre la compra de t¨ªtulos. De cualquier manera, ¡°la norma te permite tener m¨¢s capacidad de estrategia. Ahora puedes adquirir el control y luego lanzas la opa, con lo que disminuyes la posibilidad de ofertas competidoras¡±, analiza Coro Fern¨¢ndez-Ra?ada.
Es evidente que la reglamentaci¨®n ampli¨® el campo de juego, traz¨® nuevas lindes y estableci¨® que las empresas que tomar¨¢n una participaci¨®n del 30% (antes era el 50%) o m¨¢s de los derechos de voto deb¨ªan lanzar una opa sobre toda la compa?¨ªa. Aunque quiz¨¢ lo mejor fue que logr¨® equiparar los mimbres legales espa?oles a los de los pa¨ªses de su entorno. Un camino abierto a la entrada de inversores extranjeros. Pero tambi¨¦n una ruta franca hacia la prosperidad de una tierra que atravesaba una d¨¦cada de crisis y opas.
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