Madera para un negocio de temerarios
El grupo Muga invierte 2,5 millones de euros en fabricar 2.500 barricas y avanza un acuerdo para producir Ribeiro
Su abuelo dec¨ªa que para ser bodeguero hay que estar borracho. ¡°Efectivamente, hay que estar muy loco para tener un stock de tres millones de botellas en un almac¨¦n esperando a que envejezcan. Gracias a Dios no hay dos vinos iguales. Si fuese as¨ª este oficio ser¨ªa bastante aburrido¡±. Isaac Muga, nieto e hijo de bodeguero, acaba de llegar a Chantilly (Francia) para comprar la madera con la que el grupo elaborar¨¢ unas 2.500 barricas. Invertir¨¢n 2,5 millones de euros en ello solo este a?o. Muga, director t¨¦cnico, viaja con sus propios toneleros, tres hombres de un grupo de cuatro encabezados por el cubero Jes¨²s Azc¨¢rate Mora, al que apodan El Navarro.
El grupo vin¨ªcola fundado en 1932 por Isaac y Aurora Ca?o, que luego fue heredado por sus hijos (Manuel e Isaac) y que ahora ha incorporado a la tercera generaci¨®n (Manuel, Juan, Jorge e Isaac trabajan activamente en la empresa) intenta mantener as¨ª la factura de sus vinos a la vez que ensaya c¨®mo mejorar el negocio abri¨¦ndolo a nuevos mercados.
No lo tienen f¨¢cil: la producci¨®n es tremendamente oscilante, de entre un mill¨®n y dos millones de botellas, ¡°dependiendo de c¨®mo se d¨¦ el a?o¡±, apostilla Isaac Muga. Con una facturaci¨®n de entre 18 y 22 millones de euros, dependiendo de la a?ada, la carrera de compras que el grupo emprendi¨® en los ¨²ltimos tiempos para alcanzar las 250 hect¨¢reas de vi?edo (en 2016 adquirieron 42) les ha llevado a tener el 60% de la producci¨®n de uva en sus manos. El resto, procedente de 150 hect¨¢reas, las suministran agricultores de la zona supervisados por el grupo.
Compiten como un actor mediano en un sector dominado por marcas que llegan a multiplicar por 30 su facturaci¨®n, seg¨²n datos de Informa. Garc¨ªa Carri¨®n, por ejemplo, es el primer grupo vin¨ªcola del pa¨ªs con unas ventas de 690 millones, seguido de Felix Sol¨ªs (Vi?a Albali) ocupa la segunda posici¨®n, con 214 millones y una gama de 32 referencias. Los vinos de Muga, lejos de competir por volumen, se sit¨²an en la parte alta del segmento en cuanto a calidad. ¡°Queremos mantener nuestra esencia¡±, explica Isaac Muga. El 82% del negocio familiar est¨¢ en las referencias de tinto (crianza, reserva selecci¨®n especial, Enea gran reserva, Torre Muga y Aro) y el resto en blanco, rosado y en menor medida, en cava. En breve sumar¨¢n a su cat¨¢logo los vinos de Ribeiro, una de las denominaciones m¨¢s pujantes de Galicia. Lo har¨¢n gracias a un acuerdo de colaboraci¨®n con un productor local que podr¨ªa cristalizar, en el futuro, en una adquisici¨®n.
El grupo exporta la mitad de su vino a m¨¢s de 50 pa¨ªses, entre los que destacan Estados Unidos, Reino Unido o Canad¨¢. Adem¨¢s, est¨¢ en Taiw¨¢n, China, Hong Kong o Tailandia, mercados m¨¢s complicados (en China est¨¢n desde finales de los a?os 90) porque la cultura del vino, explican, no est¨¢ tan extendida.
En ese contexto intentan mantener un equilibrio entre unos valores y formas de elaboraci¨®n cl¨¢sicas y procesos m¨¢s rupturistas. Entre los primeros, apenas han variado la imagen de sus etiquetas, no utilizan acero inoxidable o clarifican el producto de forma tradicional, con claras de huevo. Tampoco emplean m¨¦todos de bombeo agresivos durante el trasiego. En vi?a, sin embargo, han ido incorporando tecnolog¨ªa y m¨¦todos de cultivo que han reducido un 30% los tratamientos fitosanitarios gracias a sistemas de evaluaci¨®n de riesgos de enfermedades. Tambi¨¦n fueron pioneros en introducir el transporte refrigerado de uvas hasta la bodega y en incorporar m¨¢quinas de selecci¨®n de los frutos grano a grano. ¡°Estamos invirtiendo de manera muy intensa¡±, valora Muga.
En Francia lo que busca Isaac Muga es un elemento muy tradicional. ¡°La madera impregna el vino de vida. Tenemos que adaptarla al tipo que elaboramos. En algunos vinos buscamos elegancia, en otros frescura y estructura. La madera es como el colegio al que va el vino, donde se educa¡±. Cada barrica cuesta entre 650 y 1.200 euros, dependiendo de si su materia prima es roble franc¨¦s (Allier, Tron?ais o Jupilles), americano, h¨²ngaro, ruso o hasta espa?ol, procedente de una peque?a producci¨®n del pirineo navarro. Los robles que han comprado este mes en Chantilly tienen m¨¢s de 180 a?os de antig¨¹edad y ser¨¢n laminados en la casa Canadell, una de las 10 mayores madereras para bodegas del pa¨ªs vecino.
Otro estilo
En los ¨¢rboles, bajo la bruma (corteza) no es raro encontrar perdigones o incluso metralla encerrada por el tiempo. Es un trabajo extremadamente artesanal que empieza por seleccionar ejemplares que no tengan ¡°nudos¡± para elaborar las duelas, barras de madera que, tras ser apiladas y expuestas durante unos tres a?os, se tostar¨¢n con fuego antes de convertirse en recipiente para el mosto.
En Muga rechazan nuevas modas, como la que est¨¢ extendiendo el uso de virutas (chips las llaman) que, en contacto con el vino, aceleran el proceso de enjececimiento aportando las deseadas notas de vainilla, caramelo o chocolate. ¡°Es algo que no comparto¡±, despacha Muga. El suyo es otro estilo.
La amenaza de ETA y las cuentas
La ¨²ltima vez que la empresa deposit¨® sus cuentas en el Registro Mercantil fue en 1999, hace 18 a?os. "Decidimos no presentarlas ante la amenaza de ETA. Preferimos pagar la sanci¨®n por no hacerlo durante estos a?os", asegura Isaac Muga. Muchas bodegas de La Rioja estuvieron durante esos a?os en el punto de mira de la banda. Pasada la amenaza terrorista, la empresa asegura que comenzar¨¢ a aportar su informaci¨®n mercantil. Entre otras cosas porque las sanciones se han endurecido, y los incumplimientos pueden llegar a costar hasta 300.000 euros a una sociedad con su volumen de ventas.
Otro de los avatares societarios de Muga tuvo que ver con el accionariado: en el a?o 82 la aseguradora Mapfre adquiri¨® un 49% del grupo y posteriormente rebaj¨® su posici¨®n hasta el 10%, porcentaje que fue recomprado por la familia en 2003. Desde entonces, y seg¨²n el protocolo familiar que marca el rumbo de Muga, la propiedad est¨¢ repartida en partes iguales entre las tres ramas familiares. Pese a las ofertas, Muga no est¨¢ a la venta y tampoco piensan dar entrada a accionistas ajenos al grupo. Ahora todo depende del protocolo familiar, que establece un accionariado a partes iguales entre los herederos y un equilibrio en la presencia en la empresa de las dos sagas familiares.
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