La vertiginosa vida de los mayordomos a domicilio
Rappi y UberEats han copado los servicios de comida a domicilio en las principales ciudades de Am¨¦rica Latina. Por unos 500 d¨®lares al mes, sus repartidores corren para tratar de entregar los pedidos en tiempo r¨¦cord
Un fen¨®meno se expande por las principales ciudades de Am¨¦rica Latina. Silencioso, casi imperceptible, en poco m¨¢s de un a?o ha llenado de repartidores en bicicleta el centro de las capitales. Rappi y UberEats son los que dan de comer a los h¨ªpster del continente.?La moda consiste en pedir lo que se te antoje y que llegue en tiempo r¨¦cord al lugar que escojas.
Nacieron hace menos de tres a?os y ya han revolucionado el env¨ªo de comida a domicilio. Con ellas, los alimentos ya no se piden por tel¨¦fono, sino a trav¨¦s de una app, el env¨ªo se rastrea por celular y el cliente puede ponerse en contacto con su repartidor.
¡°Vivimos nuestro d¨ªa a d¨ªa como emprendedores. Hay un reto nuevo a cada instante. Como decimos somos pocos intentando lograr algo grande. Nuestro estilo es tratar de romper los l¨ªmites¡±, cuenta Caroline Merin, gerente en Ciudad de M¨¦xico de UberEats, justo despu¨¦s de haber logrado un r¨¦cord Guinness, al repartir el mayor n¨²mero de tacos al pastor del mundo.
Son los nuevos intermediarios entre el cliente y el restaurante, una externalizaci¨®n del servicio de comida a domicilio que tiene a ambas empresas como principales competidores. Aplicaciones enemigas que en realidad guardan enormes diferencias entre ellas. Mientras la estadounidense UberEats permite comprar alcohol y elegir la comida entre m¨¢s de 2.000 restaurantes solo en Ciudad de M¨¦xico, con la colombiana Rappi no hay l¨ªmites. La aplicaci¨®n permite pedir alimentos en cualquier establecimiento, incluso en puestos de la calle, pagan tus facturas, entregan dinero en efectivo, se convierten en paseadores de perros o incluso han llegado a picarle la cebolla a un cliente o jugar una partida a la PlayStation. En esta app hacen todo lo que se te ocurra. Ha terminado por ser una especie de mayordomo a domicilio.
¡°Rappi acaba convirti¨¦ndose en una app en la que encuentras absolutamente todo. Un sitio donde encuentras lo mejor de tu ciudad en minutos. Se trata de una herramienta que te resuelve pr¨¢cticamente lo que quieras¡±, se?ala Sebasti¨¢n Mej¨ªa, uno de los fundadores de esta aplicaci¨®n.
En el caos ven una oportunidad de negocio. As¨ª que ciudades como Bogot¨¢, Sao Paulo o la propia Ciudad de M¨¦xico se han convertido en su campo de batalla. ¡°Nos gustan las grandes ciudades con mucha densidad y poca infraestructura¡±, comenta Mej¨ªa. ¡°Vimos el tama?o del mercado de M¨¦xico y la importancia que se le da a la experiencia de comer y decidimos que era el mejor lugar para comenzar en Am¨¦rica Latina¡±, a?ade Caroline Merin.
Se trata de dos alter ego, cuya disputa ha llegado a acaparar titulares en la prensa. As¨ª ocurri¨® el pasado octubre cuando la llegada de UberEats a Ciudad de M¨¦xico vino acompa?ada de denuncias de Rappi que los acusaba de hacer pedidos falsos en su app. ¡°Nos sorprendi¨® que grandes empresas hagan este tipo de juegos de ni?os para competir¡°, se?ala Mej¨ªa, a lo que Merin responde: ¡°Jam¨¢s hemos usado ese tipo de t¨¢cticas. Tenemos demasiadas cosas por hacer como para dedicarnos a eso¡±.
Cada ma?ana ambas compa?¨ªas sacan a las calles un ej¨¦rcito de repartidores. Rappitenderos y mensajeros de Uber recorren las zonas m¨¢s h¨ªpsters en busca de antojos que satisfacer. Viajan por las calles m¨¢s c¨¦ntricas de las grandes ciudades con el objetivo de agradar al m¨¢ximo al cliente. ¡°Tienen mucho cuidado con la satisfacci¨®n del cliente. Alguna vez me llamaron la atenci¨®n por llevar unos caf¨¦s derramados. Pero c¨®mo quieren que lleguen si los llevas en una bicicleta¡±, cuenta Yhali de la Cueva, extrabajadora de Rappi.
A cambio, los repartidores reciben entre 20 y 30 pesos (entre 1,1 y 1,7 d¨®lares) por env¨ªo si trabajan en UberEats y 20 si lo hacen en Rappi, lo que supone un sueldo que puede llegar a superar los 9.000 pesos (496 d¨®lares), casi cuatro veces el salario m¨ªnimo en M¨¦xico, seg¨²n varios repartidores consultados.
¡°Estudiaba y necesitaba un trabajo as¨ª que empec¨¦ como Rappitendero. Me gusta no estar encerrado en una oficina, poder elegir tu horario y aunque los clientes te pidan lo mismo siempre es muy diferente¡±, cuenta ?ngel Luna, repartidor de la app colombiana. ¡°Consigues m¨¢s dinero que en un trabajo de oficina. Ojal¨¢ lo hubiera descubierto antes¡±, a?ade Javier ?lvarez que trabaja en UberEats y ha popularizado sus v¨ªdeos como repartidor a trav¨¦s de YouTube.
Son aut¨®nomos, ellos ponen el medio de transporte, el seguro m¨¦dico y tambi¨¦n en juego su seguridad. La empresa no da bajas, ni paga el servicio m¨¦dico. Si te caes, te lo costeas. Eso s¨ª, ellos eligen el horario en el que trabajar, lo que se ha convertido en un buen recurso de marketing a explotar por ambas empresas.
¡°Si hay un accidente Uber pone tu perfil en la app en standby, no te ayudan ni con gastos m¨¦dicos, ni con el seguro¡±, cuenta ?lvarez. ¡°Un compa?ero estuvo bastante tiempo en el hospital y su factura aument¨® mucho. Entre todos pusimos 100 pesos para ayudarle a pagar los gastos¡±, cuenta De la Cueva.
Se trata de una oportunidad para que los restaurantes expandan su negocio, aseguran ambas empresas. Dos aplicaciones en la que las cadenas tienen escaso control para demostrar su fortaleza frente a las peque?as, ya que en el largo listado de establecimientos, todos aparecen mezclados. En estas aplicaciones el marketing apenas tiene espacio.
Rappi y UberEats se han convertido en un emblema de la econom¨ªa colaborativa y han hecho de la pereza y la falta de tiempo de la gente su negocio. Crecen exponencialmente y conquistan a un p¨²blico que se une a la tendencia de consumir sin moverse de casa.
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