El salario m¨ªnimo en M¨¦xico condena a la pobreza

Durante decenios, los ajustes al salario m¨ªnimo fueron utilizados como un faro para se?alar lo que deb¨ªan aumentar todos los salarios y precios administrados del gobierno, y contener as¨ª la inflaci¨®n. En el proceso, los salarios m¨ªnimos perdieron alrededor del 60% de su poder de compra en los ¨²ltimos 25 a?os. Esta l¨®gica termin¨® en diciembre pasado: despu¨¦s de cierta presi¨®n social y pol¨ªtica, la Comisi¨®n Nacional de Salarios M¨ªnimos (gobierno, patrones y sindicatos) acord¨® separar el aumento al salario m¨ªnimo del componente inflacionario y, por lo tanto, la se?al que marcaba lo que pod¨ªan aumentar los dem¨¢s salarios. As¨ª, los salarios m¨ªnimos reales, que ya hab¨ªan comenzado a recuperarse, iniciar¨ªan una senda de recuperaci¨®n gradual a la que se comprometi¨® el pleno de la Comisi¨®n.

Las objeciones que patrones y gobierno esgrimieron para un aumento mayor de los salarios m¨ªnimos simplemente no ocurrieron: el aumento de inflaci¨®n, seg¨²n el propio Banco de M¨¦xico, no aument¨® por esa causa, no hubo un ¡°efecto faro¡± en las negociaciones salariales, y tampoco aument¨® el desempleo ni la informalidad. No ocurri¨® por el simple hecho de que el salario m¨ªnimo es tan bajo, que pr¨¢cticamente nadie lo gana. Nadie est¨¢ dispuesto a trabajar ni por 80, ni por 90, ni por 140 pesos diarios. Un salario m¨ªnimo tan bajo, jala los dem¨¢s salarios a la baja, ?por qu¨¦? Porque un patr¨®n que paga dos salarios m¨ªnimos a sus trabajadores, considera que paga lo adecuado, lo justo. Sin embargo, el monto no da para que el trabajador y un dependiente puedan vivir por encima de la l¨ªnea de pobreza definida por el Coneval. Ese trabajador est¨¢ destinado a ser pobre. As¨ª, el salario m¨ªnimo tan bajo se convierte en un tope para elevar los salarios y que ¨¦stos sean suficientes para poder vivir fuera de la pobreza.

Una de las organizaciones c¨²pula empresariales, la Confederaci¨®n Patronal de la Rep¨²blica M¨¦xicana (Coparmex), ya se dio cuenta que tener salarios tan bajos tampoco les conviene. La masa salarial es tan peque?a que el mercado interno se debilita. Y si esto es verdad siempre, lo es a¨²n m¨¢s en la situaci¨®n actual del pa¨ªs. Ante la depreciaci¨®n del peso de m¨¢s del 35% en los ¨²ltimos treinta meses, el precio de lo importado se ha encarecido y la gente ha cambiado sus h¨¢bitos de consumo. Prefiere lo producido en casa sobre lo importado, pues resulta m¨¢s barato, y las cifras lo atestiguan: el consumo interno gastado en productos de origen nacional, seg¨²n el INEGI, ha crecido en los ¨²ltimos dos a?os casi 4% anualmente, mientras que el consumo interno de bienes importados apenas lo ha hecho en menos del 1%. Lo mismo ha ocurrido con la inversi¨®n en maquinaria y equipo.

En las condiciones descritas, resulta muy conveniente aumentar la masa salarial, pues su consumo se destinar¨¢, en esencia, a bienes nacionales. El mercado interno se dinamiza y aumenta el empleo. Por lo tanto, no s¨®lo es factible sino es tambi¨¦n conveniente acordar un nuevo ajuste al salario m¨ªnimo ya. Somo muchos quienes demandamos que se eleve lo necesario para comprar una canasta b¨¢sica para una persona. A¨²n es insuficiente, y tendr¨¢ que aumentar de manera gradual, pero de hacerlo, sin duda, ir¨ªamos en la direcci¨®n correcta.

Enrique C¨¢rdenas S¨¢nchez es economista y miembro del Centro de Estudios Espinosa Yglesias