Ciudades (casi) iguales
Las zonas comerciales de las grandes urbes europeas han vendido su esencia a las grandes multinacionales, ?est¨¢n a tiempo de recuperar la identidad del pasado?
Cientos de personas aguardan al lado de una estanter¨ªa vac¨ªa dentro de una tienda. De pronto, llega una empleada con un carrito lleno de cajas. La locura se desata. Los all¨ª reunidos se abalanzan agarrando todas las que pueden. ?El resultado? En menos de medio minuto no queda ni una y la multitud se dispersa. La tienda en cuesti¨®n es la multinacional irlandesa Primark, y el objeto de deseo, una taza de Chip, el simp¨¢tico personaje de la pel¨ªcula La bella y la bestia. ?El lugar? Da igual, es una escena que se ha repetido a lo largo y ancho del mapa, en Londres o A Coru?a.
Otro escenario bien podr¨ªa ser la Gran V¨ªa madrile?a. Una multitud se agolpa ante un escaparate a la altura de la plaza de Callao, mientras otros esperan pacientemente su turno para entrar en el local, todos tienen lo mismo en mente: disfrutar de una hamburguesa en el Five Guys, la cadena de comida r¨¢pida preferida del expresidente Barack Obama.
Estos son solo dos ejemplos de c¨®mo las grandes marcas internacionales y sus productos estrella se han convertido en un fen¨®meno social. De la mano de la publicidad, de los influencers y de las redes sociales han tomado el control de nuestras vidas, de lo que nos gusta, de nuestra manera de vestir e incluso de lo que comemos, y para poder saciar nuestro esp¨ªritu consumista han tomado lo ¨²ltimo que nos quedaba: las calles de las ciudades donde vivimos.
El fen¨®meno no es nuevo, pero se ha intensificado con el tiempo y ahora no hay mucha diferencia entre los Campos El¨ªseos de Par¨ªs y la Gran V¨ªa de Madrid, comercialmente hablando. Donde esperar¨ªas encontrarte un t¨ªpico bistrot, hay un Zara, si alzas la cabeza vislumbras un H&M, y tras esa esquina un ?McDonald¡¯s, exactamente las mismas marcas que pueblan la arteria madrile?a y otros ejes urbanos en todo el mundo.
La cuesti¨®n es: ?no nos estamos excediendo? ?D¨®nde quedan esos edificios de viviendas o los cines que imprim¨ªan car¨¢cter a las ciudades? ?Podemos frenar esta p¨¦rdida de identidad? El equipo municipal de Manuela Carmena cree que s¨ª y estudia medidas para evitar que los grandes edificios vac¨ªos de uso residencial pasen a tener uso terciario y se conviertan en tiendas de las principales marcas internacionales.
La capital espa?ola no es la ¨²nica que ha planteado este debate, lugares como Par¨ªs o Roma ya han impuesto medidas para la protecci¨®n de los artesanos y del comercio de proximidad, evitando as¨ª que las grandes marcas fagociten los locales hist¨®ricos del centro de la ciudad. Londres por su parte ha blindado barrios hist¨®ricos como Savile Row, la calle de las sastrer¨ªas, o St. James, famosa por sus clubes de caballeros.
Pero estas propuestas no est¨¢n faltas de pol¨¦mica. El sector de la venta minorista asegura que frenar la llegada de grandes marcas que buscan edificios de referencia asustar¨¢ a los inversores y afectar¨¢ al crecimiento econ¨®mico de la ciudad. Tampoco est¨¢n claras las alternativas del Ayuntamiento para estos populosos ejes comerciales. Vendida nuestra alma al consumismo, ahora se intenta evitar que el coraz¨®n de Madrid sea un macrocentro comercial en el que (casi) todo el mundo bebe caf¨¦ en una taza de Chip.
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