Por qu¨¦ digo s¨ª a algunas quitas en las comunidades
En los casos en los que exista infrafinanciaci¨®n y un gasto 'per c¨¢pita' por debajo de la media, es razonable que hay rebaja de la deuda de las autonom¨ªas
En relaci¨®n con la restructuraci¨®n de la deuda de las comunidades aut¨®nomas, hace unos d¨ªas mi colega Santiago Lago escrib¨ªa en el EL PA?S que ¡°las deudas hay que pagarlas, ya que perdonarlas genera incentivos perversos a repetir irresponsablemente en el futuro y agravios comparativos contra quienes optaron por no endeudarse o hacerlo menos¡±.
Su primer argumento es el tantas veces invocado riesgo moral. Es cierto que si el origen del endeudamiento es un exceso de gasto, una quita genera el incentivo perverso de volver a incurrir en el futuro en m¨¢s gasto, ya que el deudor sabe que lo pueden volver a rescatar perdon¨¢ndole la deuda. Pero el argumento del riesgo moral no se aplica cuando el origen del endeudamiento es una insuficiencia de ingresos y no un gasto superior a la media. Y este es el caso de aquellas comunidades aut¨®nomas que han tenido que endeudarse para poder ofrecer a sus ciudadanos unos servicios p¨²blicos b¨¢sicos como consecuencia de disponer de una financiaci¨®n per c¨¢pita por debajo de la media, y todo ello a pesar de presentar un gasto por habitante tambi¨¦n inferior a esa media. Es esta infrafinanciaci¨®n derivada de los sucesivos modelos de financiaci¨®n auton¨®mica la que da lugar al concepto de deuda hist¨®rica de algunas autonom¨ªas.
En relaci¨®n con el segundo argumento, ?no es acaso un agravio comparativo recibir una financiaci¨®n per c¨¢pita por debajo de la media y mantener esta situaci¨®n durante a?os en los sucesivos modelos de financiaci¨®n auton¨®mica? Ser¨ªa un agravio comparativo y una injusticia perdonar deudas de comunidades aut¨®nomas que han disfrutado de unos ingresos por habitante superior a la media, pero es igual de injusto no perdonar deuda en comunidades que se han apretado el cintur¨®n en forma de un gasto per c¨¢pita por debajo de la media y, a pesar de ese sacrificio, han aumentado su deuda por culpa de la infrafinanciaci¨®n.
Prosigue Santiago Lago que las quitas no son estrictamente necesarias, ya que ¡°hoy la deuda no es una losa insoportable para ninguna comunidad¡±. Siento discrepar de nuevo viendo indicadores como la ratio deuda/PIB o deuda/ingresos corrientes no financieros de algunas comunidades aut¨®nomas. Por ejemplo, utilizando este ¨²ltimo indicador de capacidad de pago, muchas comunidades presentan ratios muy por encima de los niveles que manejan las agencias de rating para que una autonom¨ªa pueda acceder al mercado a financiarse.
Sin una quita, es muy dif¨ªcil situar la ratio en un nivel compatible con el regreso al mercado, que es uno de los objetivos que se persigue para que las comunidades puedan desprenderse de la respiraci¨®n asistida de los fondos extraordinarios de liquidez (como el FLA). Es cierto, como dice el profesor Lago, que gracias a unos tipos de inter¨¦s extraordinariamente reducidos la carga de la deuda es m¨¢s llevadera, pero es importante no olvidar que la situaci¨®n va a cambiar conforme el BCE retire sus est¨ªmulos monetarios a finales de este a?o.
Tampoco estoy de acuerdo con mi estimado colega cuando afirma que hay que evitar quitas ¡°porque plantear¨ªa un problema con las autoridades comunitarias y con los analistas internacionales¡±. En el primer caso, otros autores invocan que una quita vulnerar¨ªa la disciplina fiscal. Entiendo que la Comisi¨®n Europea proh¨ªba rescates que planteen un problema de riesgo moral, pero espero que sea comprensiva cuando la quita no presente ese problema.
En el segundo, una quita no implica que los acreedores privados no vayan a cobrar, ya que es el Estado quien asume la titularidad de la deuda. La ratio deuda/PIB de Espa?a seguir¨¢ siendo la misma, por lo que no afecta a la sostenibilidad de la deuda. Es m¨¢s, hay agencias de rating que recomiendan la asunci¨®n por el Estado de parte de la deuda generada por desequilibrios pasados.
Hay otro motivo que justifica que la reestructuraci¨®n de la deuda auton¨®mica tenga la forma de quita, aunque delimitada exclusivamente al endeudamiento cuyo origen es exclusivamente la infrafinanciaci¨®n, y jam¨¢s al exceso de gasto. Si no se condona la deuda hist¨®rica, las generaciones futuras de las regiones que han padecido la infrafinanciaci¨®n tendr¨¢n que pagar m¨¢s impuestos o soportar un peor estado de bienestar debido a modelos de financiaci¨®n que han sido poco equitativos, por lo que no se repara la injusticia.
En lo que estoy completamente de acuerdo con Santiago Lago es que existen situaciones y claras de infrafinanciaci¨®n que hay que corregir, de ah¨ª la necesidad de aprobar con urgencia un nuevo modelo de financiaci¨®n. Pero ser¨¢ condici¨®n necesaria pero no suficiente para reparar por completo las injusticias del pasado y para que algunas comunidades puedan regresar al mercado a un coste razonable. Por otro lado, seguro que estamos de acuerdo en que una quita sin reforma del sistema de financiaci¨®n no soluciona el problema de endeudamiento de algunas comunidades aut¨®nomas.
En resumen, es muy importante tener en cuenta las circunstancias que explican las diferencias de endeudamiento de las comunidades aut¨®nomas. Y en aquellos casos que se den dos circunstancias (infrafinanciaci¨®n y un gasto per c¨¢pita por debajo de la media), es razonable que la reestructuraci¨®n tenga la forma de quita, sin que ello implique un problema de riesgo moral.
Joaqu¨ªn Maudos. Catedr¨¢tico de econom¨ªa de la Universidad de Valencia y director adjunto del Ivie
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