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Las marcas avanzan en sistemas de uso por suscripci¨®n de sus modelos
Usar o tener el coche, esa es la cuesti¨®n. El modelo de negocio que Spotify populariz¨® para la m¨²sica y Netflix para las pel¨ªculas comienza a irrumpir en el sector automotor, con marcas como Volvo, Audi y Cadillac ofreciendo servicios de suscripci¨®n a sus nuevos clientes, m¨¢s usuarios que propietarios. La estadounidense Cadillac llev¨® en junio a M¨²nich su Book By Cadillac, un programa que funciona desde 2017 en Nueva York y que permite a sus suscriptores acceder a diferentes veh¨ªculos de la automotriz estadounidense a cambio de unos 1.600 euros al mes, mantenimiento, impuestos y seguro incluidos. Como ejemplific¨® Helmut Stadler, responsable de la red minorista europea de Cadillac, "para ir a la oficina lo normal es que prefieras llevarte el sed¨¢n peque?o, pero para el fin de semana lo puedes cambiar por el [deportivo] Corvette, o por el [todoterreno] Escalade, si es un picnic familiar".
Adem¨¢s del acceso a toda una gama, la principal diferencia entre el modelo de suscripci¨®n de Cadillac y el renting de toda la vida es lo que en el sector llaman el servicio de "conserjer¨ªa", aunque tal vez la traducci¨®n m¨¢s adecuada sea "mayordomos del coche". Los empleados de Cadillac est¨¢n formados para acudir en menos de 48 horas donde el cliente designe (a trav¨¦s de su m¨®vil) con un coche nuevo y un trato exquisito.
"Seguiremos vendiendo coches pero estamos convencidos de que en el corto y mediano plazo el modelo de suscripci¨®n va a ser un pilar adicional de nuestro mercado", dice Stadler. Tambi¨¦n, que el programa de suscripciones les est¨¢ ayudando a dar a conocer la marca en Europa: "Reconozc¨¢moslo, si nos hubi¨¦ramos limitado a presentar un nuevo modelo, no estar¨ªamos haciendo esta entrevista".
Coches a la carta
A primera vista, el coche como un servicio parece m¨¢s da?ino para el medio ambiente que el coche como un bien en propiedad: en vez de quedarse con su autom¨®vil 5, 10 o 15 a?os, el usuario est¨¢ siempre consumiendo el ¨²ltimo modelo y generando as¨ª m¨¢s chatarra. Pero un an¨¢lisis m¨¢s detallado pone en evidencia otras ventajas medioambientales.
Como se?ala Jos¨¦ Mar¨ªa Galofr¨¦, de Volvo Espa?a, una de ellas es el consumo de combustible. "El cliente siempre va a disfrutar de veh¨ªculos con la ¨²ltima tecnolog¨ªa y el m¨ªnimo de emisiones". En el caso de Cadillac, que adem¨¢s permite cambiar de modelo, la ventaja en emisiones de carbono es a¨²n m¨¢s evidente. "Es posible que para tu viaje diario a la oficina prefieras el el¨¦ctrico y que s¨®lo uses el de combusti¨®n cuando te hace falta, el fin de semana", se?ala su responsable de la red minorista europea, Helmut Stadler.
Como est¨¢ dirigido a un cliente de mayor poder adquisitivo, el 'Book by Cadillac' tambi¨¦n podr¨ªa desincentivar la producci¨®n de chatarra, al hacer innecesaria la compra de varios veh¨ªculos. "En vez de tener dos o tres modelos en propiedad en su garaje, el suscriptor tiene acceso al que quiera y cuando quiera, de modo que la tasa de fabricaci¨®n por persona se reduce".
Los suecos se apuntan
Volvo es otra de las grandes con servicio de suscripci¨®n. El precio del Care by Volvo, que s¨ª se puede contratar ya en Espa?a, es inferior al del programa de Cadillac (unos 700 euros mensuales) pero tambi¨¦n son otras las prestaciones. Si bien incluyen los servicios de mantenimiento, impuestos, seguros y conserjes, no dan la opci¨®n de consultar el cat¨¢logo de la empresa para ir cambiando de coche en funci¨®n de las necesidades. S¨®lo el XC40 est¨¢ disponible.
La principal innovaci¨®n de la automovil¨ªstica sueca reside en su definici¨®n de coche compartido. Como explica su consejero delegado en Espa?a, Jos¨¦ Mar¨ªa Galofr¨¦, gracias a una aplicaci¨®n de m¨®vil puden usarlo varios conductores sin "una llave f¨ªsica": "Se autoriza al usuario a trav¨¦s de un c¨®digo digital, y el propietario establece el periodo de tiempo deseado".
Para Manuel D¨ªaz Delgado, especialista en automoci¨®n de la consultora PWC, el auge del coche compartido est¨¢ detr¨¢s de todas estas innovaciones de negocio. "Para el 2030, el parque de autom¨®viles europeo decrecer¨¢ en unos 80 millones de veh¨ªculos por el uso del coche compartido", dijo. ?Malas noticias para los fabricantes? No necesariamente. "Vender¨¢n un 30% m¨¢s porque habr¨¢ m¨¢s rotaci¨®n; si antes ten¨ªas un coche siete a?os y le hac¨ªas ciento y pico mil kil¨®metros, con el coche compartido al a?o y medio ya te vas a estar acercando a ese kilometraje".
Entre las razones que explican esa tendencia hacia el coche como servicio y no como propiedad, D¨ªaz Delgado destac¨® las restricciones que las grandes ciudades imponen al ingreso de veh¨ªculos y el cambio en la movilidad de las nuevas generaciones: "Antes, la ilusi¨®n era un coche para irte el fin de semana a la playa; ahora se cogen un avi¨®n y pasan el d¨ªa en Roma o Par¨ªs". Y por supuesto, la tecnolog¨ªa: "Antes de Internet, las marcas no acced¨ªan al propietario del coche, s¨®lo a los concesionarios; ahora tienen la posibilidad de conocer al conductor y sus gustos".
Audi, BMW, Porsche y Hyundai tambi¨¦n est¨¢n aprovechando ese contacto directo para lanzar sus propios modelos de suscripci¨®n a trav¨¦s de Internet. De todas ellas, s¨®lo el fabricante surcoreano tiene el servicio m¨¢s cercano al bolsillo de la clase media, aunque por ahora limitado al estado de California: 295 d¨®lares por suscribirse al Hyundai Ioniq, un modelo de motor el¨¦ctrico.
El futuro, por ahora, parece sonre¨ªr a las fabricantes de coches, con menos intermediarios y nuevos modelos de negocio. ?Pero qu¨¦ ocurrir¨¢ cuando los coches completamente aut¨®nomos nos lleven de un lado a otro sin ninguna participaci¨®n humana? ?Les daremos la misma importancia que hoy concedemos a un ascensor? Para el consultor D¨ªaz Delgado, es un cambio demasiado grande como para imaginar escenarios. Stadler s¨ª se atrevi¨® a la predicci¨®n: "Siempre habr¨¢ espacio para las marcas premium y de lujo, ?por qu¨¦ hay gente que no compra relojes baratos? ?Acaso no todos sirven para dar la hora?".
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