Euro energ¨¦tico
Tras veinte a?os, el euro sigue siendo la segunda moneda m¨¢s importante del mundo
El euro sigue siendo la segunda moneda m¨¢s importante del mundo, con un 36% en la denominaci¨®n de los pagos globales en 2017, frente al 40% del d¨®lar de EE. UU. La diferencia se ensancha si consideramos el peso en las reservas internacionales de divisas, con un 60% del d¨®lar frente al 20% del euro. Este predominio como moneda de reserva explica en gran medida su protagonismo hist¨®rico como moneda vehicular en las transacciones de la mayor¨ªa de los sectores en el comercio internacional.
El pasado d¨ªa 5 de diciembre la Comisi¨®n difundi¨® dos documentos con iniciativas destinadas a fortalecer esa proyecci¨®n internacional, uno gen¨¦rico y otro, que es el que motiva los siguientes comentarios, sobre su papel en las transacciones energ¨¦ticas, en el petr¨®leo, productos refinados y gas. La aspiraci¨®n de la Comisi¨®n es llegar a establecer contratos de referencia de petr¨®leo crudo denominados en euros, reduciendo esa hegemon¨ªa que mantiene el d¨®lar desde hace casi cien a?os, no solo en la denominaci¨®n de los contratos principales, sino tambi¨¦n en el transporte y aseguramiento de estos.
No faltan razones para justificar esa pretensi¨®n. La UE es el principal importador de energ¨ªa del mundo. Como se aprecia en el primero de los gr¨¢ficos, en 2016 la dependencia de importaciones de combustibles (la relaci¨®n entre las importaciones netas y el consumo interior) lleg¨® al 53,6%, mucho m¨¢s acusada en el caso de los combustibles f¨®siles: compra en el exterior el 90% de sus necesidades de petr¨®leo y el 70% de las de gas. La factura total alcanza una media de 300.000 millones de euros en los ¨²ltimos cinco a?os. M¨¢s del 93% del volumen de comercio energ¨¦tico es petr¨®leo, cuyos contratos siguen denomin¨¢ndose en d¨®lares de EE. UU., a pesar de que los principales vendedores de energ¨ªa a la UE -Rusia, Noruega, Oriente Medio y ?frica- no tienen como moneda al d¨®lar.
Esta moneda sigue siendo tambi¨¦n dominante en la denominaci¨®n de los contratos en otras materias primas, tanto en los contratos f¨ªsicos como derivados. Y no hay se?ales de que la situaci¨®n vaya a modificarse, con la excepci¨®n quiz¨¢s del aumento observado recientemente en la denominaci¨®n de las transacciones internacionales en gas.
Ese dominio de la moneda americana tambi¨¦n se explica por los reg¨ªmenes cambiarios dominantes en la mayor¨ªa de los pa¨ªses exportadores, que mantienen una estrecha vinculaci¨®n al d¨®lar con el fin de reducir o eliminar el riesgo de cambio. Justo lo contrario de lo que afrontan las empresas europeas.
No hace falta destacar los inconvenientes para las empresas europeas asociados a la utilizaci¨®n de una moneda que no es la propia en la denominaci¨®n de los intercambios internacionales. El m¨¢s destacado es la incursi¨®n en riesgo de cambio, cuya gesti¨®n incorpora costes, en ocasiones importantes. Pero tambi¨¦n cobran importancia las disrupciones en el comercio generadas unilateralmente por el pa¨ªs emisor de la moneda que denomina esas transacciones, EE. UU. En definitiva, costes transaccionales que, adem¨¢s de reducir la autonom¨ªa y aumentar la incertidumbre, encarecen la factura energ¨¦tica en Europa.
La b¨²squeda de alternativas a esa hegemon¨ªa del d¨®lar no es nueva. A las crisis de precios o tensiones geopol¨ªticas en las que ha estado implicado EE.UU., le han sucedido intentos de sustituci¨®n del d¨®lar, en la mayor¨ªa de los casos por una cesta de monedas. La alternativa m¨¢s reciente la ha introducido China con el lanzamiento de contratos de futuros de petr¨®leo en la bolsa de Shangh¨¢i.
Las iniciativas que ahora propone la Comisi¨®n priorizan la inclusi¨®n del euro en contratos de energ¨ªa en los acuerdos internacionales que se firmen con terceros pa¨ªses. Su revisi¨®n previa por la Comisi¨®n deber¨ªa tomar en consideraci¨®n, entre otros aspectos como la seguridad de suministro, la denominaci¨®n monetaria de esos acuerdos. Junto a ello, la Comisi¨®n tambi¨¦n est¨¢ empe?ada en que se extienda el uso del euro en aquellas transacciones financieras asociadas a las operaciones en gas o petr¨®leo, desde luego la financiaci¨®n a los traders en esas materias primas y en sus derivados. Al igual que en las operaciones de inversi¨®n en nuevos proyectos, fortaleciendo las sinergias con el desarrollo de la Uni¨®n de los Mercados de Capitales.
Son empe?os m¨¢s que razonables, pero especialmente en el momento actual en el que la administraci¨®n estadounidense no atiende en la conducci¨®n de sus pol¨ªticas econ¨®micas a ning¨²n otro tipo de consideraci¨®n que no sean los m¨¢s concretos y cortoplacistas objetivos dom¨¦sticos. Favorecer la proyecci¨®n internacional del euro es tambi¨¦n una forma de reducir las amenazas que desde dentro de la propia UE afronta hoy el proyecto de fortalecimiento del ¨¢rea monetaria com¨²n.
Art¨ªculo de reciente aparici¨®n en la revista Empresa Global n? 189 - Diciembre 2018 - Enero 2019. Afi Ediciones Empresa Global
Emilio Ontiveros es presidente de Afi
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