La econom¨ªa global y los pa¨ªses emergentes

El gr¨¢fico adjunto permite visualizar bien la din¨¢mica de crecimiento en estas ¨²ltimas tres d¨¦cadas.

Como puede observarse, desde 1990 y salvo en dos a?os (crisis asi¨¢tica de 1998-99) las econom¨ªas emergentes han definido tasas de crecimiento sustancialmente superiores a la de los pa¨ªses avanzados: en promedio, aproximadamente un 1,5% por encima en el periodo 1990-2012, un excepcional 4% m¨¢s durante la d¨¦cada 2003-12, diferencial impulsado por la fuerte demanda china de materias primas, y en torno a un 2% superior desde entonces. El tama?o y crecimiento de su poblaci¨®n, su composici¨®n por edades y sus bajos niveles de renta iniciales han sido elementos que han contribuido decisivamente a acelerar su crecimiento en el marco de una econom¨ªa mucho m¨¢s global. Su peso en la econom¨ªa mundial se ha incrementado dr¨¢sticamente. Midiendo su tama?o en t¨¦rminos de paridad de poder adquisitivo de sus monedas, las econom¨ªas emergentes suponen ya m¨¢s de la mitad del PIB mundial, mientras que a principios de los noventa apenas representaban un tercio. Pi¨¦nsese que concentran el 80% de la poblaci¨®n mundial. Por consiguiente, a¨²n queda un amplio recorrido en la reducci¨®n de la brecha existente.

Una de las caracter¨ªsticas que persistir¨¢ a¨²n durante alg¨²n tiempo en la din¨¢mica de crecimiento mundial es la relevancia del centro de gravedad asi¨¢tico, donde el gigante chino desempe?a un papel fundamental, pero al que empiezan a unirse nuevos actores como India e Indonesia.

Un segundo aspecto de inter¨¦s es la heterogeneidad existente dentro del amplio y diverso conjunto de pa¨ªses emergentes, ya no s¨®lo por las caracter¨ªsticas espec¨ªficas y estructurales de cada uno de ellos, sino tambi¨¦n por la propia fase de maduraci¨®n de su desarrollo econ¨®mico. El exponente m¨¢s destacado es de nuevo el de China, que en los ¨²ltimos a?os est¨¢ sufriendo una evidente transformaci¨®n desde un modelo econ¨®mico basado en la inversi¨®n a un modelo cuyo protagonismo empieza a descansar ya m¨¢s en el consumo y en los servicios.

Lo cierto es que parece advertirse un cierto punto de inflexi¨®n hacia tasas de crecimientos m¨¢s moderadas de las econom¨ªas de pa¨ªses emergentes debido a ese grado de maduraci¨®n que han alcanzado algunos de ellos y a su mayor exposici¨®n a factores c¨ªclicos. Aun as¨ª, cabe prever que su crecimiento siga m¨¢s que doblando el de las econom¨ªas avanzadas en los pr¨®ximos a?os y, por tanto, sigan siendo el motor de crecimiento de la econom¨ªa mundial y reduci¨¦ndose la brecha frente a los pa¨ªses avanzados.

Otro elemento destacado y positivo es que las m¨¢s bajas tasas recientes de crecimiento de las econom¨ªas emergentes vienen acompa?adas globalmente de una evoluci¨®n m¨¢s estable, lo que es expresivo tambi¨¦n del proceso madurativo en curso. El gr¨¢fico adjunto ejemplifica bien la reducci¨®n de la volatilidad del crecimiento del PIB en el conjunto de los pa¨ªses emergentes.

En cualquier caso, se est¨¢n produciendo numerosas transformaciones en el ecosistema de relaciones entre las distintas ¨¢reas econ¨®micas, transformaciones a las que no son ajenas ni las alteraciones que se est¨¢n produciendo en el marco de relaciones comerciales entre pa¨ªses, ahora en situaci¨®n de cierto stress por el cuestionamiento del status quo forzado por Estados Unidos, ni la extraordinaria innovaci¨®n tecnol¨®gica en curso. Tampoco lo son las debidas al envejecimiento de la poblaci¨®n en los pa¨ªses avanzados o a la preocupaci¨®n porque el crecimiento se desarrolle en un contexto sostenible. Tales transformaciones, y sobre todo como se afronten las mismas, van a ser determinantes en el comportamiento relativo futuro a medio plazo de ambos grupos de pa¨ªses.

*Incluye a China, India, Brasil, Rusia, M¨¦xico, Indonesia y Turqu¨ªa