El ¡®hombre del d¨¦ficit¡¯ y las elecciones de 2020
Es probable que el impulso econ¨®mico motivado por el desfase presupuestario haya llegado demasiado pronto para ayudar pol¨ªticamente a Trump
He o¨ªdo a varias personas insinuar que las elecciones de 2020 ser¨¢n una especie de prueba: ?puede un presidente lo bastante horrible perder unas elecciones a pesar de la bonanza de la econom¨ªa? Y esa es, en efecto, la prueba que pasar¨ªamos si las elecciones fuesen ma?ana. Por una parte, Donald Trump no pierde ninguna oportunidad de recordarnos lo espantoso que es. Su ¨²ltima incursi¨®n en el racismo manifiesto encanta a sus bases, pero repele a todos los dem¨¢s. Por otra parte, dirige una econom¨ªa en la que el desempleo es muy bajo y el PIB real creci¨® un 3,2% a lo largo del pasado a?o. Pero las elecciones no se van a celebrar ma?ana, sino dentro de 15 agotadores meses. La personalidad de Trump no va a cambiar, a menos que sea a peor, lo cual es posible. Pero la situaci¨®n de la econom¨ªa podr¨ªa ser significativamente diferente.
Hablemos entonces de la econom¨ªa de Trump. Lo primero que tienen que saber es que su bajada de impuestos provoc¨® un enorme aumento del d¨¦ficit presupuestario, que el Gobierno prev¨¦ que alcance el bill¨®n de d¨®lares este a?o, cuando en 2016 era inferior a 600.000 millones. Esta oleada de n¨²meros rojos es m¨¢s extraordinaria si cabe de lo que parece, porque se ha producido a pesar de la bajada del desempleo, que normalmente hace que disminuya el d¨¦ficit.
Por extra?o que parezca, ninguno de los republicanos que nos advert¨ªa del apocalipsis de la deuda cuando Barak Obama era presidente se ha quejado de los d¨¦ficits de Trump. Es m¨¢s, hasta los centristas que estaban obsesionados con la deuda federal durante la ¨¦poca de Obama han estado bastante calladitos. Es evidente que los d¨¦ficits solo importan cuando hay un dem¨®crata en la Casa Blanca. Ah, y la inminente crisis fiscal de la que gente como Erskine Bowles sol¨ªa advertirnos sigue sin producirse: los tipos a largo plazo se mantienen muy bajos.
Se supon¨ªa que los menores impuestos elevar¨ªan la inversi¨®n empresarial; pero eso no est¨¢ sucediendo
Ahora bien, las pruebas respecto a las consecuencias del d¨¦ficit presupuestario son claras: proporciona a la econom¨ªa un impulso durante un corto periodo de tiempo, incluso aunque nos acerquemos al pleno empleo. En cualquier caso, el repunte del crecimiento con Trump ha sido menor del esperado si tenemos en cuenta el incremento del d¨¦ficit, tal vez porque la bajada de impuestos estuvo muy mal dise?ada o quiz¨¢s porque las guerras comerciales de Trump han desincentivado el gasto empresarial.
Pero de momento, el ¡°hombre del d¨¦ficit¡± est¨¢ ganando al ¡°hombre de los aranceles¡±. Como he dicho, el crecimiento ha sido bueno durante el ¨²ltimo a?o. Pero se supon¨ªa que el recorte fiscal iba a ser algo m¨¢s que un est¨ªmulo keynesiano a corto plazo. Se vendi¨® como algo que mejorar¨ªa considerablemente el rendimiento a largo plazo de la econom¨ªa; en concreto, se supon¨ªa que unos tipos impositivos m¨¢s bajos para las empresas dar¨ªan lugar a un enorme incremento de la inversi¨®n empresarial que, entre otras cosas, impulsar¨ªa una importante subida de los salarios. Y este importante aumento del crecimiento a largo plazo provocar¨ªa supuestamente un subid¨®n de la recaudaci¨®n tributaria, lo que compensar¨ªa el coste inicial de los recortes de impuestos.
Nada de esto est¨¢ pasando. Las empresas se quedan con una parte mayor de sus beneficios, pero han estado utilizando el dinero para volver a comprar sus propias acciones, no para elevar la inversi¨®n. Los salarios est¨¢n aumentando, pero no a un ritmo extraordinario, y muchos estadounidenses no tienen la sensaci¨®n de estar benefici¨¢ndose de las ventajas de una econom¨ªa que crece.
Y esto es probablemente lo mejor que se puede decir. No vaticino una recesi¨®n. Podr¨ªa ocurrir, y estamos muy mal posicionados para reaccionar si ocurre, pero lo m¨¢s probable es que solo se produzca una desaceleraci¨®n a medida que desaparezcan los efectos del derroche deficitario. De hecho, si creen en los ¡°pronosticadores del ahora¡± (economistas que tratan de analizar prematuramente la econom¨ªa bas¨¢ndose en datos parciales), esa desaceleraci¨®n ya se est¨¢ produciendo. Por ejemplo, el Banco de la Reserva Federal de Nueva York cree que el crecimiento de la econom¨ªa descendi¨® hasta el 1,5% en el segundo trimestre.
Quiz¨¢s el repunte econ¨®mico impulsado por el desfase presupuestario no benefice mucho a Trump
Resulta dif¨ªcil pensar de d¨®nde podr¨ªa proceder otro est¨ªmulo econ¨®mico. Como los dem¨®cratas controlan la C¨¢mara de Representantes, no habr¨¢ otra gran bajada de impuestos. Es posible que la Reserva Federal baje los tipos de inter¨¦s, pero esas bajadas ya se han tenido en cuenta en los tipos de inter¨¦s a largo plazo, que son los que importan para el gasto, y parece que la econom¨ªa se est¨¢ frenando en cualquier caso.
Lo que nos lleva otra vez a las elecciones de 2020. Los polit¨®logos han llevado a cabo muchos estudios sobre el impacto electoral de la econom¨ªa, y por lo que yo s¨¦, todos coinciden en que lo que importa es la tendencia, no el nivel. La tasa de desempleo todav¨ªa superaba el 7% cuando Ronald Reagan logr¨® una victoria aplastante en 1984; y era del 7,7% cuando Obama gan¨® en 2012. Sin embargo, en ambos casos, las cosas estaban mejorando claramente. Seguramente no va a pasar lo mismo el pr¨®ximo a?o. Si no se produce una recesi¨®n, el desempleo seguir¨¢ siendo bajo. Pero el crecimiento econ¨®mico posiblemente ser¨¢ mediocre en el mejor de los casos, lo que quiere decir, si la experiencia del pasado sirve de algo, que la econom¨ªa no ayudar¨¢ mucho a Trump y que ser¨¢ m¨¢s o menos un elemento neutral. Y por otro lado, Trump seguir¨¢ siendo espantoso.
Los republicanos retratar¨¢n al candidato o candidata dem¨®crata ¡ªsea quien sea¡ª como un socialista radical dispuesto a abrir de par en par la frontera a las hordas de violadores de tez morena. Y hay que admitir que esta estrategia podr¨ªa funcionar, aunque fallara el a?o pasado en las elecciones de mitad de mandato. Para ser sincero, me preocupan m¨¢s las consecuencias del sexismo si el candidato es una mujer, y no solo el sexismo de los votantes, sino el de los medios de comunicaci¨®n, que siguen midiendo a las mujeres por un rasero distinto. Pero en lo que a la econom¨ªa se refiere, lo m¨¢s probable es que el repunte impulsado por el d¨¦ficit se haya producido demasiado pronto para beneficiar mucho a Trump.
Paul Krugman es premio Nobel de Econom¨ªa
? The New York Times, 2019
Traducci¨®n de News Clips
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.