Ayudas asim¨¦tricas
Hay paralelismos entre la crisis financiera y la sanitaria que sacan algunas verg¨¹enzas de Europa
Hay paralelismos entre la crisis financiera y la sanitaria que sacan algunas verg¨¹enzas de Europa. Una cosa es clara, es mejor estar dentro que fuera. Hace mucho fr¨ªo fuera del euro. Eso s¨ª, la insolidaridad ¡ªsalvo la acci¨®n del BCE¡ª parece abrumadora. No solamente por el gradualismo, falta de empat¨ªa y tardanza en la entrega de los fondos comunitarios comprometidos para la pandemia. Tampoco porque el debate sobre los fondos de reconstrucci¨®n se posponga y se advierta sobre su condicionalid...
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Hay paralelismos entre la crisis financiera y la sanitaria que sacan algunas verg¨¹enzas de Europa. Una cosa es clara, es mejor estar dentro que fuera. Hace mucho fr¨ªo fuera del euro. Eso s¨ª, la insolidaridad ¡ªsalvo la acci¨®n del BCE¡ª parece abrumadora. No solamente por el gradualismo, falta de empat¨ªa y tardanza en la entrega de los fondos comunitarios comprometidos para la pandemia. Tampoco porque el debate sobre los fondos de reconstrucci¨®n se posponga y se advierta sobre su condicionalidad. Deber¨ªa tambi¨¦n preocuparnos que los pa¨ªses del n¨²cleo del euro ¡ªcon Alemania a la cabeza¡ª nos est¨¢n ¡°comiendo la tostada¡± en materia de ayudas p¨²blicas a empresas.
No porque presten un apoyo fiscal dentro de las normas a su tejido productivo. Eso ser¨ªa comprensible. M¨¢s a¨²n con su mayor margen para gasto p¨²blico. Sin embargo, gran parte de esas ayudas p¨²blicas contravendr¨ªa, en cualquier otro escenario, los principios competitivos de la UE. Pero con el marco transitorio aprobado con la covid-19, se puede solicitar una aprobaci¨®n especial de la Comisi¨®n Europea.
Con la excepcionalidad actual, parece comprensible que las reglas de competencia puedan relajarse. Pero esa misma situaci¨®n extraordinaria recomendar¨ªa que, en un entorno de mercado ¨²nico, los pa¨ªses m¨¢s afectados por la pandemia recibieran m¨¢s ayuda y que la que presten o inviertan en capital de empresas no computara ¡ªo lo hiciera atenuadamente¡ª a los efectos de protocolo del d¨¦ficit. Ninguna de esas dos cosas est¨¢ ocurriendo. Entre tanto, algunos pa¨ªses parecen ¡°saltarse¡± otras reglas. Por ejemplo, Alemania, concentrando hasta la fecha la mitad de las cantidades aprobadas por Bruselas como ayuda excepcional a empresas. Suecia, Dinamarca, Holanda o Austria tambi¨¦n tienen cuantiosos ¡°permisos excepcionales¡±. Buena parte de ellos para, al igual que Espa?a e Italia, dar garant¨ªas p¨²blicas a pr¨¦stamos privados. Otros cuantiosos, no obstante, para inyectar capital directamente en sus empresas.
Desde la crisis financiera de 2008, algunos pa¨ªses se beneficiaron comparativamente de esa asimetr¨ªa. El ¡°marcador¡± (scoreboard) de ayudas p¨²blicas a empresas de la Comisi¨®n Europea muestra que Alemania, Austria o Dinamarca concedieron a sus empresas el triple de ayuda p¨²blica (con aprobaci¨®n especial de la UE) que Espa?a o Italia. Va a resultar que las diferencias de competitividad pueden tener que ver, al menos parcialmente, con el apoyo de pap¨¢ Estado. No es el ¨²nico ejemplo. La uni¨®n bancaria sigue incompleta y los bancos (y otras empresas) de esos mismos pa¨ªses cuentan con la denominada ¡°garant¨ªa impl¨ªcita¡± (respaldo en caso necesario de sus m¨¢s solventes Tesoros nacionales) que se refleja en sus ratings y les permite financiarse m¨¢s barato.
Espa?a deber¨ªa actuar doblemente. Primero, reforzar con intensidad los mecanismos de liquidez a empresas y aut¨®nomos y acometer, donde sea necesario, esquemas temporales (ojo, no nacionalizaciones) de recapitalizaci¨®n participativa. Segundo, una negociaci¨®n m¨¢s dura con la carta de un mayor escrutinio y, en su caso, incluso denuncia en instancias europeas (como ha hecho Ryanair) de las ayudas claramente asim¨¦tricas que otros pa¨ªses est¨¢n otorgando a sus empresas y que distorsionan permanentemente la competencia y el mercado ¨²nico.